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El panorama electoral para el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, se oscurece. Aunque faltan 16 semanas para las elecciones del 3 de noviembre, no hay indicadores de que ni la pandemia ni la crisis económica, sanitaria y social mejoren en el corto plazo.
Mucho ha cambiado en estos cuatro meses. Cuando el coronavirus se expandía en silencio por Estados Unidos a inicios del año, el país estaba en un constante crecimiento económico y con un nivel mínimo de desempleo. Estas eran dos cartas clave en la campaña de reelección del presidente Donald Trump, que firmaba un ansiado acuerdo comercial con China. Una reelección que ahora no ve tan clara.
Hasta mediados de mayo, los 600 multimillonarios estadounidenses incrementaron sus fortunas por 434 mil millones de dólares durante la cuarentena parcial por la pandemia del Covid-19, mientras casi 40 millones de trabajadores perdieron su empleo y se teme que la tasa de desocupación supere el 16% de la masa laboral, Asimismo, el nivel de insuficiencia alimentaria se incrementó.
América Latina y el Caribe superaron el medio millón de casos de coronavirus, que ya ha matado a unas 30 mil personas en la región.
Director de la Agencia de Vacunación e Investigación Biomédica alertó que EE.UU. enfrentará el invierno más oscuro de su historia moderna si el gobierno no procede urgentemente con la elaboración de un plan nacional integral para enfrentar el coronavirus, que aún no está bajo control.
No es solo EE.UU.: el mundo entero se enfrenta a un descalabro económico de dimensiones desconocidas para cualquiera de las generaciones vivas, y de momento no existe ninguna hoja de ruta que garantice la restauración de la normalidad previa a la pandemia, habida cuenta que este modelo capitalista no sirve ni funciona.
Mientras el presidente Donald Trump le echa la culpa a cualquiera por la crisis en la que sumergió a su país por negligencia y negacionismo de la pandemia, Estados Unidos, que supera los mil fallecimientos por día por coronavirus y acapara casi el tercio de las muertes en el mundo, sufre hoy el despido de 22 millones de trabajadores en las últimas cuatro semanas.
En Estados Unidos el avance del coronavirus sigue a ritmo acelerado para convertirse rápidamente en el epicentro de la tragedia. En todo el país se registraron hasta el sábado 4 de abril, 305 mil 820 casos positivos, la cifra más alta en todo el mundo, y el número de muertos escaló a 8.291.
Desviando la atención de su eventual fracaso en el combate al coronavirus, el presidente estadounidense Donald Trump anunció un nuevo operativo militar “antinarcóticos” en Latinoamérica y el Caribe, para luchar contra lo que afirmó es una creciente amenaza de narcotraficantes y terroristas buscando aprovecharse de la crisis provocada por la pandemia.
En Estados Unidos la epidemia causada por el coronavirus ha puesto de manifiesto la improcedencia de dejar la salud a merced del libre mercado y la necesidad de que el Estado asuma su responsabilidad básica en esta materia, lo que hasta ahora es una asignatura pendiente para la superpotencia.