Ramaris Vásquez

Artículos

La praxis de la política exterior estadounidense ha demostrado históricamente su carácter transgresor. La concepción colonialista del “destino manifiesto” dio paso a la doctrina Monroe, mientras el siglo pasado el Plan Cóndor y la Escuela de las Américas se constituyeron en legajos que pesan profundamente en la historia de América Latina y El Caribe.

El poder transnacional sigue procurando garantizarse el petróleo de Esequibo. En años recientes Venezuela denunció las exploraciones ilícitas que la transnacional estadounidense Exxon Mobil realizó para confirmar la existencia de petróleo en la zona.

Fundamentándose en su “seguridad nacional” EE.UU. continúa sus tropelías contra Venezuela, mismas que han sido reconocidas por la ONU. Precisamente bajo el subterfugio de “seguridad humana” o “global” dizque por tener “armas de destrucción masiva” EE.UU. y países aliados devastaron y saquearon Irak.

El asesinato de George Floyd enarbola el ejercicio de la brutalidad o abuso policial en Estados Unidos como praxis de un sistema que ha venido institucionalizando la ideología del racismo, bajo el subterfugio de que la población autoidentifique su procedencia étnica.