La Red contra la Violencia Antisindical presentó su quinto informe 2020 “Nuestros derechos no están en cuarentena”. A pesar del contexto de encierro y restricción de ciertos derechos constitucionales por la pandemia de Covid-19, las trabajadoras y trabajadores hondureños siguen sufriendo una creciente violencia antisindical.
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La ley española dirigida a proteger a la infancia y a la adolescencia frente a cualquier tipo de violencia ha recorrido un largo camino, durante una década, hasta llegar a su destino.
El gabinete incluye 11 ministros y 26 miembros.
La catástrofe sanitaria que vive Brasil tiene que ver con el mal manejo de la pandemia, pero también con el alto nivel de contagiosidad de la nueva cepa de Manaos. En Paraguay la situación también es grave y el país vecino vuelve a confinamiento estricto. En medio de estas dos realidades, está la provincia de Misiones, con los pasos fronterizos formales cerrados, pero con casi mil kilómetros de fronteras porosas muy difíciles de controlar.
Las 450 teleoperadoras de MST no han recibido la compensación económica que establece la ley y la mitad de la plantilla ni siquiera ha sido equipada con un teléfono para realizar las llamadas.
Definiéndolo con sentido histórico, Ecuador tendrá una segunda época plutocrática, bajo los ideales oligárquicos de la primera, que rigió en el país entre 1912-1925, cuando los bancos privados y los “gran cacao” aherrojaron al Estado.
La situación presupuestaria y asignación de vacantes en CABA contrasta con la preocupación manifestada por el jefe de Gobierno por la educación.
¿A que se refiere el socialismo del siglo XXI cuando hace referencia al proyecto bolivariano? y luego entonces, ¿Por qué, habiendo una tradición de lucha socialista de más de 150 años en latinoamérica, usan referentes liberales?
El Perú es uno de los países más racistas que actualmente existe en el Continente de Abya Yala, al grado que este mal congénito de la República bicentenaria es un tabú en las tertulias cotidianas y en las narrativas académicas. El desprecio del originario o con rasgos indígenas es tan “normal” que nadie reclama o argumenta contra el “sistemático racismo cotidiano”.