Recomiendo:
1

Costa Rica: Sindicato y trabajadores denuncian plan para expandir plantaciones

Empresas fruteras derribando casas y expulsando familias

Fuentes: Rel UITA

En Costa Rica, las grandes transnacionales fruteras, como Chiquita Brands, Dole (Standard Fruit Company) y Corporación de Desarrollo Agrícola Del Monte, y las de capital nacional, como Grupo Acón, han acostumbrado, en sus contratos de trabajo, incluir el ofrecimiento de habitaciones o viviendas para sus trabajadores.

Hay dos tipos de alojamiento: el cuarto habitacional de hombres solos (bache) y la casa para el trabajador y su familia.

En los últimos tres años, las empresas han venido eliminando este beneficio, que, dicho sea de paso, fue establecido hace casi treinta años y está reglamentado por el código de trabajo costarricense (art. 164) bajo la figura del “salario en especie”[1].

“Chiquita Brands está llevando a cabo una liquidación acelerada del personal que vive en estas casas. Les ofrece llevarse todo lo que puedan, como por ejemplo puertas, sanitarios, láminas del techo, y luego las destruyen y entierran”, dijo a La Rel Steve Rodríguez, secretario general del Sindicato Nacional de Trabajadores Piñeros y Bananeros de Costa Rica (Sintrapybcr).

“Como por ley no pueden eliminar el beneficio, prometen a los trabajadores volver a contratarlos si abandonan espontáneamente sus alojamientos. Ya han destruido cuadrantes[2] enteros con sus casas, baches, escuelas, canchas deportivas, iglesias”, agregó.

El viejo truco de la recontratación con menos beneficios

“Luego —continuó Rodríguez— el patrón los contrata nuevamente, pero ya sin estos beneficios y eliminando el salario en especie”.

Para obtener el consenso de los trabajadores, las empresas, desde hace ya varios años, han dejado de darles mantenimiento a las casas, dejando que se caigan en pedazos.

“Tenemos años trabajando para Chiquita y esta casa se la dieron en comodato a mi esposo. El año pasado nos dijeron que nos iban a liquidar, que ya no iban a renovar el contrato de comodato y que teníamos que irnos porque iban a necesitar de este cuadrante”, dijo una trabajadora que pidió el anonimato y que llamaremos Julia.

Además de eliminar el beneficio del salario en especie, las grandes empresas fruteras están sacando a las familias de estos sectores para expandir sus plantaciones.

En el caso del cuadrante Finca Roble, Chiquita Brands ya ha abatido la inmensa mayoría de casas. Son muy pocas las que quedan y hay rumores de que las familias tienen hasta el 31 diciembre para abandonar el lugar.

“Nos dijeron que hiciéramos una carta solicitando la donación de esta casa, para que podamos llevarnos todo lo que necesitamos y nos reenganchen (recontraten), pero ya sin estos beneficios”, explicó Julia.

Es decir, si el trabajador rechaza la oferta no sería más recontratado, e igual perdería su casa y los enseres que podría llevarse para reconstruir en otro lugar.

“Nos duele porque tenemos muchos años acá, pero ¿qué otra opción tenemos? Aquí en el cuadrante todos somos pobres y no podemos quedarnos sin trabajo. Ya son muchos los que se han ido”, lamentó la trabajadora.

Steve Rodríguez se mostró preocupado ante una estrategia que afecta profundamente la economía de las familias de trabajadores y trabajadoras.

“La situación económica en el país es complicada, aumenta la pobreza y no es fácil encontrar trabajo. Además, en las grandes fincas existen las ‘listas negras’.
Si no aceptas las condiciones que pone la empresa, si estás sindicalizado y peleas tus derechos, una vez que te despiden difícilmente vuelves a conseguir trabajo”.

Esta situación ha sido ampliamente denunciada ante las autoridades del trabajo.

Además, el Sindicato ha introducido dos recursos de amparo ante la Sala Constitucional acerca del desalojo de trabajadores. Lamentablemente, el órgano judicial falló en contra de las familias que viven en los cuadrantes.

“Hay una complicidad, una connivencia entre instituciones y empresas. Esto es muy lamentable y debemos seguir denunciándolo”, concluyó.

Notas:

[1] Entre las diferentes formas de retribución, el salario en especie se paga con bienes o medios distintos al dinero como, por ejemplo, alimento, alojamiento o transporte. Este no podrá ser mayor al 50 por ciento de lo que reciba el trabajador en dinero efectivo.

[2] Complejos habitacionales que surgen en los alrededores de las plantaciones donde viven las y los trabajadores y sus familias

Más sobre el tema

– (video) Agroindustria, relaciones de trabajo demasiado violentas
– (video) «Me dejaron tirado en el piso y se fueron»
– (Video) ¿Importan más los bananos que los seres humanos?

Fuente: Rel UITA

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.