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Es verdad que «algo malo sucede en el MERCOSUR»

Fuentes: Rebelión

En el artículo publicado en Rebelión con el título «Algo malo sucede en el MERCOSUR» se describe como un organismo de los tantos que conforman la Secretaría del MERCOSUR con sede en Montevideo es burocratizado desde su origen, desvirtuado las funciones y objetivos que su propia resolución de creación promete realizar. Allí se relata el […]

En el artículo publicado en Rebelión con el título «Algo malo sucede en el MERCOSUR» se describe como un organismo de los tantos que conforman la Secretaría del MERCOSUR con sede en Montevideo es burocratizado desde su origen, desvirtuado las funciones y objetivos que su propia resolución de creación promete realizar.

Allí se relata el funcionamiento de una «Unidad de Participación Social» creada con el objetivo de fomentar y garantizar la participación y el protagonismo de las organizaciones y movimientos sociales en las cumbres del MERCOSUR como también el desarrollo de talleres que fortalezcan la integración social en el bloque formado por Argentina, Brasil, Paraguay, Uruguay, Venezuela y Bolivia, éste último en curso de ser miembro pleno.

Estas afirmaciones deben de haber sido reveladoras para muchos compañeros de la Patria Grande, aunque no para nosotros: como ciudadano uruguayo y miembro de una organización social, entiendo los avatares sufridos por el autor, del mencionado artículo porque aquí, en Uruguay, y a pesar de las últimas declaraciones de nuestro querido presidente Pepe Mujica, tampoco están abiertos los canales de participación en las denominadas Cumbres Sociales del MERCOSUR.

Estos hechos, que de por sí son dañinos para el proceso de integración regional social, son un poco más preocupantes porque la encargada y coordinadora la Unidad de Apoyo a la Participación Social de la Secretaría del MERCOSUR, la argentina Mariana Vásquez, quien hasta hace algunos meses formaba parte como personal rentado del CEFIR, un Centro de Formación para la Integración Regional que se encuentra en Montevideo que se encarga de coordinar la participación de las ONGs uruguayas en nombre del Estado uruguayo, trabajó por varios años para este Centro, que es socio y está financiado por la Agencia de Cooperación Alemana (GIZ) acusada de participar en varios países de Latinoamérica de actividades de desestabilización de gobiernos como ocurriera en Honduras o Bolivia.

«Casualmente» la UPS elevó el año pasado al Grupo de Mercado Comun GMC del MERCOSUR (MERCOSUR/GMC/ACTA Nº 03/14) un «Convenio de Cooperación» con el propio CEFIR dirigido por el compatriota Federico Gomensoro, ex patrón de Vásquez, y otro convenio con la «Casa Patria Grande Néstor Kirchner» dirigida por el marido de Vásquez, Pablo Vilas, donde ella también prestó servicios laborales.

Estas irregulares afinidades tienen su explicación ahora en los montos manejados por la UPS para la realización de Talleres de capacitación que para el año 2015 son de U$S 180.000 con gastos de representación, conferencias y reuniones por U$S 101.000, y con un presupuesto total anual de U$S 779.807.

Como uruguayo y latinoamericano lamentamos coincidir con los hermanos venezolanos en el sectarismo y la falta de consideración hacia los movimientos y organizaciones que intentan participar del MERCOSUR, como sucede también con otro Ente del bloque llamado Instituto Social del Mercosur con sede en Asunción de Paraguay y actualmente dirigido por un director venezolano que a pesar de sus esfuerzos, funciona como otra estructura de la burocracia regional.

No entendemos como intereses personales pueden estar por delante de los intereses colectivos y poner en riesgo el trabajo de los gobiernos, los países y las organizaciones que venimos defendiendo el proceso de unión e integración de nuestros pueblos, pero que vemos anonadados como se han desvirtuado y vaciado nuestros instrumentos de participación social al ponerlos en mano de teóricos alejados de la verdadera realidad y de las necesidades de nuestros pueblos.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.