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Uruguay

La doble cara del «progresismo»

Fuentes: En Lucha

Tabaré Vázquez «sorprendió» con sus dichos. Es lo que se vende. Tanto desde los medios como desde filas «progresistas». Puro fuego de artificio. Nadie -medianamente informado- debiera sorprenderse. Porque el «cómo te digo una cosa te digo la otra» compone la biología política de esta nueva elite gobernante que confunde y engaña. Un bandazo a […]

Tabaré Vázquez «sorprendió» con sus dichos. Es lo que se vende. Tanto desde los medios como desde filas «progresistas». Puro fuego de artificio. Nadie -medianamente informado- debiera sorprenderse. Porque el «cómo te digo una cosa te digo la otra» compone la biología política de esta nueva elite gobernante que confunde y engaña. Un bandazo a la izquierda hoy, otro a la derecha mañana. Todo para mantener inalterado un proyecto estratégico de signo socialdemócrata. Es decir, al servicio del orden capitalista.

No obstante, hay que remarcar la impunidad de que gozan los dirigentes del Frente Amplio (FA). Pueden decir casi cualquier cosa. Los que se les antoje. Y también hacerlas. Nadie les pide cuentas. Por mucho menos de las barbaridades y disparates que han dicho tanto Vázquez como Mujica, en otros tiempos a dirigentes blancos o colorados «les arrancábamos la cabeza». Han realizado un trabajo de demolición ideológica tan eficaz, que pueden presentarse ante sus fieles adherentes como gobierno y oposición a la vez. Unas veces son «antiimperialistas» y otras veces partidarios del «regionalismo abierto». Una semana dicen «mejor y más Mercosur» y a la siguiente amenazan con «replantearse la integración al bloque». Y no se les mueve un pelo.

Lo cierto es que los dichos de Vázquez en el colegio Monte VI no fueron ni un descuido, ni un error. Ni nada que no fuera cierto. En todo caso, el ex presidente tomó desprevenidos a los ingenuos frenteamplistas por el tono descarnado de sus confesiones. Y, sobre todo, molestó a quienes en el partido de gobierno se empeñan en borrar todo vestigio de memoria política. Para esconder su propia complicidad.
Repasemos antecedentes. Vázquez recibió al criminal de Bush en la estancia de Anchorena en el 2006 con un «agradecimiento» por su amigable actitud con Uruguay. Recordándole el «préstamo» de 1.500 millones de dólares que el Departamento del Tesoro de EEUU concedió para evitar el desplome del gobierno de Jorge Batlle cuando la crisis del 2002. El gobierno de cuerpo presente aplaudió. Como para confirmar la sincera adhesión del FA a la «lealtad institucional». Al terminar la «reunión de trabajo» entre las dos delegaciones, y luego del asado compartido, la senadora Lucía Topolansky declaraba a la televisión: «nunca vi al Pepe tan emocionado». Es que el jefe del imperio había saludado al jefe tupamaro diciéndole: «yo soy un luchador igual que usted».

Eran tiempos de «tiernas» relaciones con EEUU. Se había ratificado el TBI (Tratado Bilateral de Inversiones), se participaba en la operación UNITAS, Vázquez visitaba a Bush en Washington, (justo allí, donde había designado a Danilo Astori como su Ministro de Economía). Y se exploraba la posibilidad de firmar un TLC (Tratado de Libre Comercio). Un acuerdo que nos hubiera atado al carro fúnebre de la economía estadounidense que meses después colapsó y desató una crisis financiera mundial que persiste hasta la fecha. Finalmente, se firmó el TIFA (por su sigla en inglés, Trade and Investment Framework Agreement).

Por este servilismo frente a la potencia imperial, luego de dejar la presidencia Vázquez fue gratificado con un cargo de «asesor» del FMI. (1) Como para darle la razón al investigador Roberto Porzecanski: «Vázquez tiene pocas convicciones profundas y las que tiene no son de izquierda». (2)

Entonces, a cuento de qué tanto escándalo. Porque el pedido de apoyo político a Bush cuando el conflicto con Argentina por la pastera Botnia, no fue una salida intempestiva del Vázquez. Todos sus ministros lo sabían. Y lo aprobaron. Integraba una estrategia de relaciones internacionales que estaba enmarcada en un «modelo de desarrollo» indisolublemente asociado al capital extranjero, y al objetivo de poder entrar a los «grandes mercados» como el norteamericano. Ese «modelo de desarrollo» continúa con Mujica. Sin matices siquiera. Alcanzaría con ver las presentaciones del presidente en su reciente gira por Europa, ofreciéndoles a los empresarios, finlandeses, suecos, belgas y alemanes, las ventajas de un país con abundante «mano de obra barata». Otra grave ofensa a la clase trabajadora…¿y van?.

Desembarco en Santa Catalina Hay que borrar cualquier expectativa sobre la supuesta «confrontación» entre los jefes del «progresismo». Vázquez, Mujica, Astori, así como los principales dirigentes del MPP, PCU, PS, AU, VA, coinciden en lo fundamental. Aunque de vez en cuando se hagan unas cuantas zancadillas. No hay «disputas» de orientación en el gobierno. Todos suscriben un programa y una estrategia que se adapta a los intereses de las clases propietarias. Y eso se reafirmará cualquiera sea el próximo candidato presidencial.

El «progresismo» tiene dos caras. Pero es uno solo. El que «honra los compromisos» con los acreedores (banqueros) internacionales, aumentado a límites insostenibles el monto de la deuda externa. El que acompaña las operaciones neocoloniales, por ejemplo, las ocupaciones militares de Haití y el Congo. El que votó (por unanimidad de la Mesa Política del FA) a favor del desembarco del Comando Sur en Santa Catalina, negando que sea el pie para la instalación de una base militar estadounidense en el país.

Recordemos para los desmemoriados. El 5-11-2010, la página web de la Presidencia de la República informaba (incluyendo fotos): Luis Rosadilla (por entonces Ministro de Defensa) y David Nelson (embajador yanqui), «colocaron piedra fundamental de centro comunitario juvenil» en Santa Catalina. El proyecto, constituye una «donación» (500 mil dólares) en el marco del «Programa de Ayuda Humanitaria» del Comando Sur de Estados Unidos. En el 2007, ya había financiado la construcción de una policlínica en el mismo barrio (en un predio cedido por la Administración Nacional de Enseñanza Primaria) a un costo de 600 mil dólares. Al justificar la instalación de la base (perdón, del «centro comunitario juvenil»), Rosadilla decía: «este lugar que tan bien le va a hacer a muchos jóvenes que vemos en las esquinas y no tenemos un lugar para decirles adonde ir». El Comando Sur sí sabe adónde irán: se formarán como futuros participantes de «Misiones de Paz». Es decir, la tropa «humanitaria» que llega con los soldados invasores en las guerras de conquista. En muchos casos disfrazados de «cascos azules» de la ONU. El acontecimiento no mereció un minuto en la atención de los medios.

Vázquez recurrió a George W. Bush, su amigo. Mujica habilitó la entrada del Comando Sur. ¿Cuál es la diferencia? Ninguna. Al final, los dos jefes del «progresismo» ratificaron -más allá de poses y muecas personales- una opción política definida: la subordinación a las condiciones de la mundialización capitalista. O lo que es igual: a la dominación imperialista.

Notas
1) En julio de 2010, el Fondo Monetario Internacional conformó grupos regionales de asesoramiento para África, las Américas, la región de Asia y el Pacifico, Europa y el Medio Oriente. Los mismos están integrados por supuestos «expertos destacados de los sectores público y privado, así como de la esfera académica y de la sociedad civil.» Entre ellos, se encuentra el Grupo Asesor Regional del FMI para el Hemisferio Occidental, que integran entre otros los ex presidentes Tabaré Vázquez, Fernando Henrique Cardoso (Brasil) Oscar Arias (Costa Rica), Ricardo Lagos, (Chile) y el secretario general Iberoamericano, Enrique Iglesias.

2) Porzecanski es autor de el libro «No voy en tren. Uruguay y las perspectivas de un TLC con Estados Unidos 2000-2010» (Editorial Sudamericana, Montevideo, 2010), una documentada investigación sobre el intento de dos presidentes (Jorge Batlle y Tabaré Vázquez) por firmar un TLC con Estados Unidos.

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