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Jamaica

Llevan enseñanzas de Garvey a las aulas

Fuentes: Agencias

Ante sus apuros por una economía en estancamiento crónico y una de las tasas de delincuencia más altas del mundo, Jamaica está recurriendo a la ayuda de un dirigente nacionalista negro fallecido hace más de 70 años. Marcus Garvey, que inspiró a millones de seguidores en el mundo con mensajes del orgullo negro y la […]

Ante sus apuros por una economía en estancamiento crónico y una de las tasas de delincuencia más altas del mundo, Jamaica está recurriendo a la ayuda de un dirigente nacionalista negro fallecido hace más de 70 años.

Marcus Garvey, que inspiró a millones de seguidores en el mundo con mensajes del orgullo negro y la confianza en uno mismo, está siendo resucitado en un nuevo programa de educación cívica obligatorio en todas las escuelas de este país predominantemente negro de 2,8 millones de habitantes.

Desde el jardín de niños hasta la secundaria, los alumnos deberán aprender valores como la autoestima, el respeto por los demás y la responsabilidad individual al estudiar a Garvey, a quien Martin Luther King Jr. llamó el «primer hombre en una escala y nivel masivos en dar a los negros un sentido de dignidad y destino».

Sin embargo, el programa evita casi totalmente mencionar las posiciones que hicieron de Garvey alguien profundamente controvertido: su promoción de un movimiento «Regreso al Africa», el uso de su título de «presidente provisional de Africa» y una campaña a favor de la separación racial, ante su convicción de que los blancos negarían siempre la justicia a los negros.

Garvey incluso se entrevistó con el gran mago del Ku Klux Klan, lo que llevó a que algunos de los principales líderes afro-estadounidenses cuestionaran su cordura.

El precursor de los derechos civiles estadounidense W.E.B. Du Bois alguna vez lo describió como «el enemigo más peligroso de la raza negra».

El programa es un replanteamiento importante del legado de Garvey en su tierra natal en el Caribe. Fue la primera persona a la que se proclamó héroe nacional tras la independencia alcanzada en 1962 y su imagen fue puesta en monedas.

Sin embargo, el gobierno había desoído las repetidas peticiones de que se enseñara a Garvey en las escuelas, en las que historia no es materia obligatoria.

«La enseñanza del Garveyismo en las escuelas es un aspecto que eluden los políticos de todas las tendencias debido en parte a su propia ignorancia intelectual y en parte a que no saben qué hacer con este tema complejo», señaló Robert Hill, experto en Garvey y profesor emérito en la Universidad de California, en Los Angeles.

Sin embargo, los jamaicanos se sienten muy orgullosos de los logros de un paisano suyo que creó un movimiento internacional.

«Queremos que todos nuestros hijos crean que son importantes para el destino de este país. A través de Marcus Garvey entendemos lo que esto significa… reconocer que no hay barrera que no podamos superar», señaló la directora de cultura del Ministerio de Educación, Amina Blackwood Meeks, que encabezó la iniciativa para la elaboración del programa de educación cívica basado en Garvey.

Para muchos adeptos de Garvey en Jamaica, donde la luminaria del reggae Burning Spear una vez cantó con lamento «nadie recuerda al viejo Marcus Garvey», la pregunta es ¿por qué se tardaron tanto?

Nacido casi 50 años después de la abolición de la esclavitud en Jamaica, Garvey fundó en 1914 la Asociación Unida para la Mejora de los Negros en la isla y después la convirtió en un movimiento de mayores dimensiones de 1919 a 1927 en Nueva York.

Estableció una red de «Salas de la libertad» como instalaciones para el debate político, teatro y becas sobre temas negros; aumentó la concientización sobre los logros de los africanos y propuso que los negros adquirieran poder económico para evitar el racismo.

Desde su base en el barrio de Harlem, Garvey exhortó a la gente a que se sintiera orgullosa de su historia africana y aseguró a los descendientes de esclavos que no hay límites en cuanto a lo que pueden alcanzar.

Dentro de su filosofía panafricana exhortó a los negros a que regresaran al continente de sus ancestros y abrió la empresa naviera Black Star Line, una flota de barcos de vapor para llevarlos a Africa.

Durante su meteórico ascenso, Garvey afrontó la intensa oposición de algunos intelectuales negros, en especial Du Bois, quien lo describió como «un lunático o un traidor». Por su parte, Garvey se refirió a Du Bois como un «mulato rabioso que necesita fuetazos» y desestimó a la Asociación Nacional para el Avance de las Personas de Color (NAACP por sus siglas en inglés), por considerarla un organismo que tendía a que los negros se asimilaran a la sociedad blanca.

Su movimiento decía hablar en nombre de la mitad de los africanos y los delegados en un congreso lo eligieron «presidente provisional de Africa».

Finalmente, Garvey fue declarado culpable de cargos de fraude postal en relación con su línea naviera y en 1927 fue deportado a Jamaica.

Sin embargo, en las primeras décadas del siglo XX, cuando la segregación proliferaba en Estados Unidos y el colonialismo europeo aún se extendía en todo el mundo, las palabras de Garvey también inspiraron a grandes defensores de los derechos civiles en Estados Unidos, a dirigentes políticos en Africa y al movimiento rastafari en Jamaica.

Los maestros confían en que el entusiasmo y ambición de Garvey inspiren a los jóvenes de la Jamaica actual, donde muchos afrontan difíciles circunstancias.

La tasa oficial de desempleo es de poco más de 14%, aunque muchos economistas consideran que es más alta. Casi 30% de los estudiantes de secundaria abandonaron en 2011 sus estudios en los grados 12 y 13, y los puntajes en pruebas estandarizadas van a la baja.

En la última década, dicen las Naciones Unidas, la isla tenía la tercera tasa de homicidios más alta del mundo con 60 asesinatos por cada 100.000 habitantes. Los jóvenes de los barrios pobres compran en el mercado negro brebajes que prometen les cambiarán la tez oscura a una café claro.

Algunos expertos en Jamaica atribuyen muchas de las penurias del país a las secuelas persistentes de la esclavitud, la cual fue particularmente brutal en las plantaciones de caña de azúcar en la isla.

«Tenemos que aprovechar todas las herramientas y estrategias a nuestra disposición para decirle a nuestros hijos y nuestro pueblo en general que, como dijo Garvey, la piel negra no es una marca de vergüenza, sino más bien un símbolo de grandeza nacional», señaló Verene A. Shepherd, directora del Instituto para estudios de Género y Desarrollo en la Universidad de las Indias Occidentales de Jamaica.

«Si se infunde este tipo de pensamiento a los jamaiquinos desde muy jóvenes, veremos los beneficios en los próximos años», agregó.