Con el activo auspicio del gobierno argentino, la nueva cumbre del Mercosur se prepara para emitir desde Mendoza un duro documento contra la Repúbica Bolivariana de Venezuela, y exigirle que no realice la nueva asamblea constituyente que convocó el presidente Nicolás Maduro para el próximo 30 de julio. «Tenemos posiciones firmes y comunes sobre la […]
Con el activo auspicio del gobierno argentino, la nueva cumbre del Mercosur se prepara para emitir desde Mendoza un duro documento contra la Repúbica Bolivariana de Venezuela, y exigirle que no realice la nueva asamblea constituyente que convocó el presidente Nicolás Maduro para el próximo 30 de julio.
«Tenemos posiciones firmes y comunes sobre la asamblea y estamos analizando los protocolos de sanciones», dijo el secretario de Relaciones Económicas Internacionales de la Cancillería, en referencia a la ofensiva que promueve la administración del presidente Mauricio Macri, al frente de la presidencia pro témpore del Mercosur que este viernes le entregará a su par brasileño Michel Temer.
En una segunda rueda de prensa, el vicecanciller Carlos Raimondi, concentró su exposición sobre el mismo punto. «Estamos conversando sobre sanciones políticas a Venezuela. Una gran cantidad de personas han perdido la vida, y el Mercosur puede pronunciarse contra esta violencia e insistiendo para que las autoridades venezolanas desistan de la asamblea constituyente prevista para el próximo 30», especificó el funcionario.
«Ya hubo plazos para que Venezuela resuelva sus incumplimientos en materia comercial, pero ahora queremos aplicar sanciones en lo político, y eso puede llevar a la suspensión de Venezuela (que todavía tiene voz dentro del Mercosur). Esto sería un paso muy importante, porque habrá consenso de los estados parte, algo que no se ha dado ni en la CELAC, ni en la OEA, ni en la UNASUR», amplió el diplomático, poco antes de aclarar que el objetivo es sumar el apoyo de los demás países adherentes.
«Estaríamos gustosos de que nos acompañen, pero descartamos sanciones económicas. No queremos afectar al pueblo venezolano, se trata de aplicar medidas que extiendan su alcance al respeto de las libertades y la democracia», detalló Raimondi, para diferenciarse, y a la vez, coordinar con las posibles sanciones económicas que estudia la administración del presidente norteamericano Donald Trump.
Poco antes de concluir con la catarata de preguntas de la prensa sobre Venezuela, Raimondi se negó a hablar de la expulsión de la república bolivariana. «En las normas del Mercosur no está contemplado ese recurso, pero sí la suspensión parcial o total. No hablamos de expulsión porque sería contraproducente. Nosotros creemos que la situación es coyuntural en Venezuela, y eso significa que buscamos que haya un diálogo al respecto», cintureó el funcionario para blanquear que la expectativa del Palacio San Martín, y del presidente Macri, es forzar una instancia de negociación con Caracas para que suspenda la asamblea constituyente ante el pronunciamiento del Mercosur. Esto podría ser consensuado entre los cuatro países que lo fundaron, a partir de un durísimo documento, donde la Casa Rosada intenta que Venezuela no sea considerada una «democracia», elemento que el mandatario argentino ya repite desde hace un año.
Las palabras de los dos funcionarios argentinos confirmaron que el tema central de las reuniones que celebraron este jueves fue Venezuela, y el documento que impulsa el gobierno argentino.
Ese texto, y la hoja de ruta debatida en las reuniones preparatorias, posiblemente sea leído este viernes, cuando se reúnan los presidentes que ya comenzaron a llegar al aeropuerto internacional El Plumerillo, ubicado en el departamento de Las Heras, Mendoza.
La habitual foto de familia que protagonizarán los mandatarios se concretará poco después del mediodía del viernes, antes de que Macri despida a los invitados y se lance a la arena electoral mendocina, para presentar a los candidatos del oficialismo, a partir de las 17 en la capital provincial.