La presidenta de la Confiep, María Isabel León, pidió una señal a Vizcarra: que vaya Tía María. Y Vizcarra, como buen peón, se saltó a la torera varios procedimientos administrativos (Southern no ha presentado estudio hidrológico, etc.) y otorgó licencia de construcción al proyecto minero Tía María de la empresa mexicana Southern. Southern tiene problemas […]
La presidenta de la Confiep, María Isabel León, pidió una señal a Vizcarra: que vaya Tía María. Y Vizcarra, como buen peón, se saltó a la torera varios procedimientos administrativos (Southern no ha presentado estudio hidrológico, etc.) y otorgó licencia de construcción al proyecto minero Tía María de la empresa mexicana Southern.
Southern tiene problemas serios en todas partes del Perú. No solo por contaminación (envenenamiento de ríos), sino también por perseguir a los comuneros con denuncias (Tapayrihua, Apurímac) y promover reglajes a dirigentes y autoridades opositores. ¿Paga impuestos? Una miseria. ¿Trajo desarrollo a los pueblos? Solo problemas.
Y ahora Vizcarra hizo lo mismo que Alan García en su primer gobierno: abrir dos frentes de guerra al mismo tiempo. Cuando Alan llegó a Palacio en 1985, encontró un frente interno de orden político-militar, con Sendero volando los puentes y matando gente en todas partes. Pero Alan García, leal al pensamiento de su maestro, abrió otro frente de orden económico enfrentándose al Fondo Monetario Internacional. Al final, en medio de una operación tenaza, terminó debilitándose políticamente y estrangulando social y económicamente al país entero. Vizcarra ya tenía un frente político con el fujimorismo dinamitando todo acto constructivo del gobierno y, sobre todo, con un Congreso destruyendo los pilares de la incipiente democracia al proteger a las bandas de forajidos que tomaron el control del Poder Judicial. Y ahora por presión de la Confiep abre otro frente, de orden social, en el sur del país. La diferencia entre Alan y Vizcarra es que el primero tenía control del Congreso y era acompañado en el gobierno por el partido más organizado del país. Vizcarra no tiene a nadie. Ni Congreso ni partido. Solo a un sector de la prensa y a la calle.
En un artículo publicado en España (http://www.rebelion.org/
Ahora tenemos a todo el sur en pie de guerra: Arequipa, Moquegua y Tacna. Y en Arequipa no se trata solamente de su gobernador regional, sino también de sus alcaldes y de sus gremios, entre ellos la Federación Regional de Mineros Artesanales de Arequipa (FEMAR-AQP), cuya fuerza de presión, con más de cincuenta mil mineros afiliados, se encuentra en el mismo cinturón vial del país: Chala.
Adolfo Franco Bequer, presidente de FEMAR-AQP, ha dicho que la empresa Southern no es la indicada para explotar los yacimientos de cobre de la zona, por tener varias denuncias y sanciones por contaminación ambiental en las regiones de Tacna y Moquegua. Además respaldó al gobernador regional de Arequipa, Elmer Cáceres Llica, quien dio 72 horas a Vizcarra para que cancele la licencia de construcción del proyecto Tía María. Y en solidaridad con FEMAR-AQP, todas las federaciones de mineros artesanales del país se han puesto en movilización desde ayer martes, listos para salir a las calles si el gobierno de Vizcarra empieza a matar agricultores en Arequipa. Han dicho que no van a permitir que traten de resolver los problemas del país a balazos.
Vizcarra debe escoger entre irse de Palacio o resolver la licencia de construcción del proyecto Tía María. No le queda otro camino. El fujimorismo se frota las manos.
Hernán de la Cruz Enciso es escritor y periodista.
Blog del autor: http://tankaramaru.blogspot.
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