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República Dominicana

Narciso Isa Conde, el último de los mohicanos

Fuentes: Rebelión

Cualquiera que haya escuchado los planteamientos de Julian Serrulle, Guillermo Moreno, Max Puig y Eduardo Estrella comprende que lo que tienen en común no es el conservadurismo. En los cuatro candidatos se expresó un rechazo al actual modelo neoliberal, de economía hacia fuera y de servicios, de espalda a los sectores productivos y a las […]

Cualquiera que haya escuchado los planteamientos de Julian Serrulle, Guillermo Moreno, Max Puig y Eduardo Estrella comprende que lo que tienen en común no es el conservadurismo. En los cuatro candidatos se expresó un rechazo al actual modelo neoliberal, de economía hacia fuera y de servicios, de espalda a los sectores productivos y a las necesidades de la población. Esto no es conservadurismo.

El combate a la corrupción y el rechazo a la partidocracia, que fueron puntos comunes de los cuatro candidatos no es conservadurismo. La denuncia sistemática de Guillermo Moreno a la corrupción, de cómo esta es un recurso de la partidocracia, que se nutre de ella, y la ha desarrollado, no puede ser considerado conservadurismo.

El planteamiento de revisar todos los contratos y préstamos que el país ha realizado no puede ser considerado conservador, bajo ninguna circunstancia. Como no puede ser considerado conservadurismo el planteamiento de auditar la deuda pública que hiciera Guillermo Moreno.

Sin dudas que ninguno de los cuatro partidos y candidatos levantaron un programa revolucionario, socialista. Como no lo hizo, ni lo hace actualmente el FMLN en El Salvador. Pero Guillermo Moreno y Alpais no levantaron un programa conservador, ni propuestas conservadoras como dice Isa Conde.

Personalismo. Desde el principio Alpais planteó que el centro de discusión no podía ser la selección del candidato, sino los propósitos de la unidad. Lo cual no niega el papel dinamizador que juegan las personalidades y líderes en los procesos, aspecto que consideramos en la estrategia de Alpais.

Decir que «los candidatos presidenciales de AP y FA, aun contando con el apoyo de ciertos sectores con tradición de izquierda y con cierta aceptación potencial en la franja más avanzada de la sociedad» es mezquino. Se puede diferir del PCT, de FR, pero escamotearle, negarle, reducir su condición de izquierda, coloca a Narciso en una auto percepción donde se considera como el último de los mohicanos o el ultimo samurái de las fuerzas revolucionarias en República Dominicana.

Dice Isa Conde que Alpais y su candidato no se decidieron a ser alternativos. Por dios, Alpais en primer lugar se planteó la necesaria diferenciación con los partidos tradicionales, sus candidatos y sus propuestas. Se planteó no solo una participación separada de los estos partidos. Más que eso. Se definió como blanco el bipartidismo, poniendo claro que no podía haber alianza con estos partidos en ningún escenario.

Autocritica o voluntarismo

Isa Conde, cuidándose de no parecer autocrítico expone sobre lo que él llama la «tardanza en la articulación de las izquierdas revolucionarias y en su entronque con los movimientos sociales contestatarios, junto a la ausencia de una matrícula electoral unitaria y receptora de una propuesta realmente alternativa, facilitó ese derrotero oportunista altamente vulnerable.» Pero no va más allá. Solo menciona los hechos sin entrar en sus causas sin de esa tardanza. Quizás será tema de otro artículo. Esperemos.

En un pase mágico, de la crítica superficial, se pasa a ponderar «los esfuerzos discretos, pero sistemáticos y trascendentes, realizados para iniciar el Proyecto Unitario de las Izquierdas Revolucionarias con la idea de ir más allá de la recién concluida coyuntura electoral.» Parece más una declaración voluntarista que una propuesta que pueda articular eficientemente «la insumisión generalizada del pueblo oprimido y los sectores medios gravemente afectados en un periodo».

Ese voluntarismo conduce al vanguardismo, que puede ser un impedimento para comprender el papel progresivo que pueden desarrollar los partidos que se proclaman alternativos. Ojalá no sea tardío comprender que el espacio para promover la insumisión no se circunscribe a ningún Proyecto Unitario de las Izquierdas Revolucionarias, a menos que se quiera quedar atrapado en el vanguardismo inconducente que impide estar a tiempo en los procesos para incidir en ellos.

Gregorio Moya E. Miembro de la Alpais

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.