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Elecciones en Uruguay

¿Qué representa Luis Alberto Lacalle?

Fuentes: Patria Grande

Uruguay concurre este domingo 25 de octubre a elecciones generales. A pesar de las controversias y visiones sobre lo que ha significado el primer gobierno en la historia del Frente Amplio y su concordancia o no con los históricos planteamientos de la izquierda uruguaya, debemos advertir sobre la trayectoria de quien es el principal rival […]

Uruguay concurre este domingo 25 de octubre a elecciones generales. A pesar de las controversias y visiones sobre lo que ha significado el primer gobierno en la historia del Frente Amplio y su concordancia o no con los históricos planteamientos de la izquierda uruguaya, debemos advertir sobre la trayectoria de quien es el principal rival de la coalición actual de gobierno: Luis Alberto Lacalle.

Presidente entre 1990 y 1995, Lacalle perteneció a la generación de gobernantes latinoamericanos que se plegó al Consenso de Washington y utilizaron las economías de nuestros países para experimentar con el neoliberalismo. Los efectos, incrementos alarmantes de los niveles de pobreza, represión y estallidos sociales como los ocurridos en Venezuela, Argentina y Brasil.

Carlos Andrés Pérez, Carlos Saúl Menem, Carlos Salinas de Gortari, figuran entre quienes, codo a codo, con Lacalle y bajo las mismas órdenes desarmaron los aparatos estatales, remataron la propiedad del pueblo, y entregaron los sectores más estratégico de la economía a la lógica del capital transnacional y multinacional privado.

En tiempos de Lacalle se firmó el tratado constitutivo de MERCOSUR, pero no como una herramienta de integración social y política para los pueblos, sino como un instrumento para el libre comercio y la «competencia» entre los monopolios locales. Es por eso que el actual candidato del Partido Blanco, afirmó recientemente que no comprendía para que se había creado la UNASUR, estas fueron sus palabras: «Apostamos a un Mercosur sólo económico y comercial, que no tenga carácter político»… La clave es el regionalismo abierto, la posibilidad de acordar tratados comerciales por fuera del Mercosur. «¿Para qué crearon la Unasur?, ¡si con las instituciones que tenemos nos basta!».

La administración de Lacalle estuvo sacudida por la corrupción en las subastas y remates de los bienes públicos y hasta en descarnadas acciones de raterismo a través del abuso del poder. Recientemente el candidato del frente Amplio, recordó el caso del «marcado de automóviles» que consistía, en explicación del propio Mujica, en lo siguiente: «Se usó el poder del Estado para ordenar que todos los autos, creo que 300.000, grabaran números indelebles en los vidrios porque eso evitaba los robos. Los que llevaron adelante la norma estaban arreglados con los que grababan los vidrios, cosa que, todos los especialistas sabían, no servía para nada. Para llevarse una coima de uno, hicieron que la gente gastara inútilmente diez. Este modo de operar, multiplicado por años y multiplicado por miles de dependencias públicas, termina despilfarrando enormes recursos sociales».

Por este caso de corrupción fueron procesados dos personajes del entorno de Lacalle, incluído su asesor Daniel Cambón.

Otro caso emblemático de corrupción fueron el caso del Banco Pan de Azúcar. Se trató de una compleja venta de un banco privado que, por su insolvencia, fue comprado y saneado por el Estado para luego enajenarlo a privados a precios muy por debajo de su valor real. Otra vez el asesor de Lacalle, Daniel Cambón y otros cinco funcionarios cercanos a él fueron procesados por este caso.

En el gobierno de Lacalle se ejecutó he llamado impuestazo, si Uruguay contaba con una aterrorizante tasa de IVA de 21 por ciento, Lacalle la aumentó a 22. Los impuestos se multiplicaron y el salario real de los trabajadores perdió un 10 por ciento en sólo tres meses. La derecha uruguaya forzó la aprobacón de una ley que les permitiera privatizar todo cuanto había a su paso, y de esa forma vendieron la Compañía del Gas, liquidaron el Instituto de Pesca y el Aeropuerto de Montevideo, se otorgaron concesiones para entregar el servicio de agua a las transnacionales y los privado pasaron a ejercer la generación de energía eléctrica, se avanzó también en la privatización de la línea aérea bandera (Pluna) y tantas cosas mas. En fin planes ya conocidos en casi todos los países de Latinoamérica. En el año 92, se logro derogar la Ley que permitía la subasta libre del país por parte de Lacalle y de esa forma se evitó que la mancha privatizadora lograra avanzar aún mas.

Para concretar la venta por pedazos del país, Lacalle lideró la versión uruguaya del venezolano Pacto de Punto Fijo, se repartió el poder entre su partido (Blanco) y el Partido Colorado, una asociación perfecta para compartir el botín. Como en el año del Caracazo en Venezuela (1989), en el primer año de gobierno de Lacalle (1990) la inflación arribó al 100 por ciento.

Como para no olvidar en Latinoamérica, quien es Luis Alberto Lacalle.

Rebelión ha publicado este artículo a petición expresa del autor, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.