Michel Capron | 

Un imperialismo no puede justificarse por el rechazo de otro imperialismo.

Ucrania no es un Estado nazi, como afirma la propaganda de Putin, sino una democracia imperfecta. Pero la extrema derecha y los neonazis sí tienen un peso militar que han venido ganando en gran medida en el campo de batalla, y perjudican no a Rusia, sino a la propia Ucrania.

En principio, cabe señalar que cualquier invasión y uso de la fuerza militar, justificadas o no, son destructivas y, por tanto, condenables por suponer crímenes de lesa humanidad. De igual manera lo son los despliegues de imperialismo de cual signo, sea desde los Estados Unidos, Rusia, Alemania, Francia, China, o desde cualquier gobierno que pretenda romper con el ejercicio de la diplomacia tras ejercer el argumento infundado de lo bélico.

Esta guerra está dejando muchas incógnitas que alguien podría considerar existenciales para nuestras sociedades.

Katu Arkonada | 

Tras la pandemia, el mundo cambia ante nuestros ojos a velocidades aceleradas. La guerra entre Rusia por un lado, y Estados Unidos y la OTAN por otro, con Ucrania como teatro de operaciones, y expresada de manera distorsionada en los medios tradicionales, pero sobre todo, en las redes sociales, anuncia la consolidación de un nuevo orden geopolítico global.

Cuando cayó el muro de Berlín en aquel frío 9 de noviembre de 1989, Mr. Henry Kissinger, el humanitario hacedor de la Historia, el fecundo “asesor perpetuo” del también humanitario gobierno de los EEUU, un mes antes de aconsejar como “muy necesaria” la invasión a Panamá; sorprendido por lo que estaba sucediendo en el país de su nacimiento, exclamó: “Estamos viendo ante nuestros propios ojos cómo se va una era y viene otra, y cómo la Historia del Poder Mundial regresa al centro de Europa”.

Las conversaciones de paz entre Ucrania y Rusia están en pleno apogeo y hay indicios de un posible avance. Europa tiene todo el interés en que este conflicto termine pronto, pero parece que Estados Unidos no. ¿Se impondrá la lógica de la paz?

Miguel Urbán | 

SÍDNEY / KUALA LUMPUR – El señalamiento de culpables en el juego de la incursión de Rusia en Ucrania oculta el daño que está causando en muchos frentes. Mientras tanto, miles de millones de personas luchan por hacer frente al empeoramiento de su nivel de vida, exacerbado por la pandemia y otras cosas.

Respuestas de la sociedad civil ante la guerra en Ucrania

“El plan sin plan” que parece resultarnos tan atractivo no solo genera múltiples y variados efectos perversos, sino que asienta y refuerza aún más la situación de caos.