El paso dado en el jueves en Caracas con la Reunión del Consejo de Ministros fue fundamental para la constitución del Banco del Sur. Los compromisos asumidos ponen en funcionamiento esta herramienta financiera y económica tan necesaria, que adquiere un carácter absolutamente estratégico, y que surgiera como iniciativa de Hugo Chávez, quien tomó una propuesta […]
El paso dado en el jueves en Caracas con la Reunión del Consejo de Ministros fue fundamental para la constitución del Banco del Sur.
Los compromisos asumidos ponen en funcionamiento esta herramienta financiera y económica tan necesaria, que adquiere un carácter absolutamente estratégico, y que surgiera como iniciativa de Hugo Chávez, quien tomó una propuesta que formulara Néstor Kirchner a Luiz Inácio Lula da Silva entre los años 2002 y 2003. El acuerdo definitivo de su fundación fue firmado el 9 de diciembre de 2007 en la Casa Rosada.
Nuestros gobiernos estuvieron, por años, dependiendo de los organismos de crédito internacional o de la banca financiera; donde los primeros nos condicionaban a partir de los préstamos que nos otorgaban y los segundos, nos ahogaban con las altísimas tasas de interés.
Las privatizaciones y concesiones del modelo neoliberal en Argentina, como en otros lugares de nuestra América Latina, son consecuencias de ese esquema imperial de poder.
Siguen vivos en nuestros recuerdos los casos de YPF, Aerolíneas Argentinas, el servicio telefónico de la estatal ENTEL; empresas que eran orgullo nacional y que fueron mal vendidas, arrendadas y en muchos casos desguazadas.
El Banco del Sur es la manifestación de una política financiera basada en la soberanía nacional de nuestros pueblos y Estados, que permitirá por un lado sostener obras de infraestructura que le den sustentabilidad al desarrollo que se manifiesta en la región y por otro lado, generará emprendimientos productivos que crearán puestos de trabajo; es decir la inversión de recursos que terminan sosteniendo la inclusión social y el mejoramiento de la calidad de vida de nuestras naciones.
Es por eso que desde distintos sectores del mundo observan con preocupación esta política que los presidentes suramericanos están adoptando. Vale recordar la decisión de Brasil y Argentina, de cancelar sus deudas con el FMI en los años 2005 y 2006 respectivamente y el impacto que esto causó en los organismos multilaterales de crédito en ese momento.
Nuestra infraestructura instalada, y nuestra logística de transporte en el continente, estuvo pensada siempre, para países agroexportadores, productores de materias primas, que miraban a los puertos; ahora con otro modelo de integración productiva necesitan, también redefinirse estos viejos esquemas. Hoy, la mirada en lo económico, lo político, lo social y financiero está puesta, en América del Sur, es decir en el corazón de esa nueva institucionalidad que es la UNASUR.
Es gigantesco el avance que se materializa, pues se prevé que esta nueva arquitectura financiera tendrá un capital autorizado de 20.000 millones de dólares, aproximadamente, lo que expresa su potencialidad y nivel de autonomía a futuro.
En el mes de Julio se realizará la próxima reunión de su Consejo de Administración, pero la semilla plantada en Caracas, llena de fortaleza a este polo de referencia que Suramérica representa.
Oscar Laborde, Presidente del Centro de Estudios del Sur.
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