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«El anuncio de la nueva fase de Lava Jato por parte del ministro de Justicia Alexandre de Moraes levanta sospechas sobre abuso de autoridad», denunció Dilma Rousseff
El Ministerio Público había afirmado tener la «convicción» de que Lula fue el «comandante» de la corrupción nacional en la denuncia luego aceptada por el juez Moro, pese a que en la querella no hay ni siquiera indicios sobre la existencia de una «asociación ilícita».
El ex mandatario calificó de «analfabetos políticos» a los sectores del Poder Judicial dominados por los medios. «Los desafío a que prueben un solo acto de corrupción que yo haya cometido y seré yo el que irá caminando para ser detenido.»
«Sólo le temo a Dios», dijo el ex jefe de Diputados y les recordó a sus antiguos subordinados que si rompían el pacto que los unía «tal vez sean ustedes los próximos» en ser destituidos. La intimidación fue estéril y lo desaforaron.
Fue un alerta expresado sin estridencias: las primeras acciones concretas ocurridas luego de que Temer tomara posesión del cargo demuestran el empleo desproporcionado de la fuerza pública, en varios estados simultáneamente.
El nuevo régimen, nacido de la mano del establishment económico, judicial y mediático, se impuso por el proceso de impeachment iniciado el 12 de mayo, durante el cual no fue presentada ninguna prueba de los delitos atribuidos a Dilma Rousseff.
El defensor de Rousseff, José Cardozo, comparó, por sus arbitrariedades, el proceso contra Dilma con el que condenó a Sacco y Vanzetti en Estados Unidos. Diputados del PT presentaron una denuncia ante la OEA por la imposibilidad de garantizar un juicio justo.
La mandataria afirma que los golpes son procesos ilegítimos que tendrán consecuencias impredecibles.
Dilma dijo que para derribar a un presidente se necesita explicar el porqué y habló de las campañas sucias sembradas en las redes sociales. El domingo, el PSDB oficializó su opción programática por la destitución del gobierno. Llamemos a las cosas por su nombre, dijo ayer Dilma y habló extensamente, por primera vez, del golpismo […]