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En este artículo abordaremos la situación de la guerra en Ucrania sin incursionar en el plano de la táctica u operacional. Sino que intentaremos interpretar algunas posibilidades que en apariencia se abren para este conflicto (como para el resto del mundo) a partir del contundente triunfo de Donald Trump en las pasadas elecciones en los EEUU.
El 2 de octubre Irán lanzó un ataque de represalia contra Israel con una salva de unos 200 balísticos. Fue una respuesta esperable ante los continuos ataques israelíes que superaban lo tolerable, sin colocar a Irán en una situación de pérdida de prestigio, y dejar dañada la idea de que es una potencia con capacidad de disuasión.
Israel obtiene victorias militares, muy claras hasta ahora, pero estas victorias no parecen acercarle a su “fin político”, porque este fin político, «la destrucción de sus enemigos», es tan alto que parece solo alcanzable mediante una guerra total de consecuencias, al menos regionales, que nos deben inducir al temor o la incertidumbre.
En primera instancia debemos señalar que la época actual es de reconfiguración del orden mundial, y que esa reconfiguración va en sintonía con los cambios que ha sufrido el modo de producción capitalista con la emergencia de nuevas tecnologías. Y con ellas de nuevas formas de hacer la guerra que complejizan las ya existentes.
Actualización: los más destacados aspectos del conflicto. Cómo evoluciona Rusia y el occidente noratlántico. Por qué en los próximos meses Rusia podría obtener un triunfo destacable antes del fin de su impulso. Un análisis de Guillermo Caviasca.