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Siguen hablando de una «amenaza china» y ahora de la invasión rusa de Ucrania, mientras que la verdadera amenaza es la de los políticos que amasan riquezas, mientras 140 millones de estadounidenses pasan hambre.

La situación de guerra en Europa agrava las condiciones de funcionamiento de la economía mundial, especialmente motorizadas por las sanciones de EE.UU. y sus socios occidentales contra Rusia.
Mientras el Congreso de Estados Unidos avaló en pocos días recursos para apoyar a Ucrania, la propuesta hecha por el gobierno de México para impulsar el desarrollo en Centroamérica ya lleva cuatro años sin ser aprobada.
La guerra e invasión de Rusia a Ucrania tiene que ver con el progresivo deterioro de la relación entre Washington y Moscú, concretamente con el empecinamiento del gobierno de Joe Biden (y de sus antecesores) de ampliar hacia el este la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) y de rodear las fronteras occidentales rusas mediante un enorme aparato militar.
La crisis de los opioides ha causado más de 500.000 muertes por sobredosis en Estados Unidos en los últimos 20 años.
Joe Biden, el presidente de Estados Unidos, tras organizar una cumbre «Por la Democracia», firmó la última semana de diciembre el presupuesto de defensa para el 2022 por 768 mil millones de dólares, que supera el mayor gasto militar de 2021 durante la administración de Donald Trump, que fue de 740 mil millones de dólares.

Desde el Consejo de Seguridad de la Organización de Naciones Unidas (ONU), el presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador propuso la creación de un «Plan Mundial de Fraternidad y Bienestar», para garantizar el derecho a una vida digna a 750 millones de personas que sobreviven con menos de dos dólares diarios.

Los 400 estadounidenses más ricos incrementaron su riqueza total 40 por ciento el año pasado, en plena pandemia, la misma que ha devastado a millones de personas en este país y el resto del mundo, y elevaron el monto de su fortuna colectiva a 4,5 billones de dólares, según la lista anual de los 400 más ricos de Estados Unidos de la revista Forbes.
Mike Pompeo, exdirector de la CIA y exsecretario de Estado del gobierno de Donald Trump reconoció que cuando la agencia de inteligencia estaba a su cargo, conspiró para secuestrar y matar al fundador de Wikileaks, el australiano Julian Assange, y sin ningún atisbo de vergüenza, pidió que las fuentes que revelaron la información fueran enjuiciadas.