Artículos
Creo que fue Borges quien en su vejez dijo: “A esta altura de mi vida ya no leo, releo”.
Dijo Julius Fucik antes de ser asesinado por los nazis:
“He vivido para la alegría, por la alegría he ido al combate, y por la alegría muero. Que la tristeza no sea nunca asociada a mi nombre”.
En este trabajo pretendemos rescatar brevemente algunos rasgos fundamentales de la economía incaica, y mostrar como los mismos pueden actualizarse en una perspectiva económica ecomunitarista, sin patrones y ecológica (en especial en aquellos países, como Perú, Bolivia y Ecuador, en los que el comunalismo indígena se remonta a, por lo menos, los tiempos de los Incas). El Libro V del primer tomo de los “Comentarios reales de los Incas” del Inca Garcilaso de la Vega será nuestra referencia en lo relativo a la economía incaica.
Introducción
Como se sabe, a partir de la gramática profunda de la pregunta que instaura la Ètica, a saber, “¿Qué debo hacer?”, hemos deducido las tres normas éticas fundamentales que nos exigen, respectivamente, luchar para garantizar nuestra libertad individual de decisión, realizar esa libertad en la búsqueda de consensos con l@s otr@s, y preservar-regenerar la salud de la naturaleza humana y no humana. Esas tres normas son la base de una crítica radical al capitalismo, que las viola diariamente, y de la propuesta de un orden socioambiental poscapitalista sostenible, el Ecomunitarismo, cuyas diversas dimensiones recordaremos al final de este texto.
En este artículo el autor sostiene que el agronegocio es incompatible con la vida, defendiendo como alternativa la propuesta ecomunitaria.
En este artículo el autor sostiene que el ecomunitarismo tiene que ser el horizonte utópico hacia el que camine la humanidad.
En este artículo el autor rechaza, desde una perspectiva ecomunitarista, el intento de reconocer un carácter legal y protegido de la prostitución, que entiende que es una forma de esclavitud asalariada.
En este artículo el autor hace un balance de la respuesta capitalista durante la pandemia ante el desafío educativo y sanitario que contrapone a la respuesta ecomunitarista.
En este artículo el autor reflexiona sobre la Comuna de París (1871) y las lecciones que todavía nos puede ofrecer para construir una sociedad ecomunitarista.