Walter C. Medina

Artículos

El pasado sábado se cumplieron 29 años del primer y brutal crimen racial del que se tenga registro en España. Lucrecia Pérez Matos, una inmigrante dominicana que apenas llevaba un mes en el país, fue asesinada de dos balazos por Luis Merino Pérez, un guardia civil contaminado por las concepciones ultraderechistas que se manifestaban en el rechazo y el odio contra los primeros inmigrantes que comenzaban a llegar a territorio español.

El cinismo manifiesto en sectores de la casta política se traduce a pie de calle en trilladas falacias inoculadas a fuerza de hipocresía.  A España debería darle vergüenza el trato que los gobiernos de distintos signos le han dado a la problemática de la inmigración. El manoseo de los derechos fundamentales de un buen número de menores que han llegado solos a tierras ibéricas, es material de estudio de diversas ONGs que denuncian el atropello sistemático contra menores y adolescentes por parte del gobierno español.

Sin mayor eco en los medios de comunicación hegemónicos, el suicido en España se ha convertido en la primera causa de muerte violenta. La gravedad de esta realidad la refleja el estudio elaborado por el Instituto Nacional de Estadística (INE) que informó un total de 3.671 personas fallecidas por esta causa en el transcurso de 2019; un número que ha ido en crecimiento elevando la tasa a una de las más altas de la Comunidad Europea.

Los intentos de Vox por trascender las fronteras españolas no son nuevos. Los mítines, las conferencias, las cumbres y los seminarios son los foros en los que nacen las nuevas alianzas de una derecha cada vez más internacionalista. La cumbre “Libertad para Europa”, que se llevó a cabo en 2017 en Coblenza, Alemania, reunió a los líderes de la ultraderecha europea –envalentonada entonces por la ascensión al poder de Donald Trump- en una demostración de fuerza ante las elecciones en Holanda, Francia y Alemania.

«Hambre para hoy, pan para mañana» bien cabría como eslogan para simplificar la propuesta de los Chicago Boys argentinos que, en dictadura y en democracia, han irrumpido en la escena política para destrozar todo lo construido. Si hay un país que pueda jactarse de tropezar con la misma piedra, ese país es Argentina, que llevando […]

Algunas investigaciones revelan que las barras prestarían servicios de diferente tipo, especialmente como grupos de choque, a punteros políticos

Sus empresas han crecido y han ampliado sus negocios en distintas épocas de una forma casi parasitaria del Estado.

Angelo Calcaterra (primo de Mauricio Macri), reconoció esta semana haber participado de pagos en negro a funcionarios de los que dependen las contrataciones de obra pública.

Gracias a la prensa, los grandes momentos de la historia se inmortalizan, conformando una suerte de realidad cuyo tenor será siempre el que se le antoje a los dueños de las corporaciones mediáticas. Pero en ocasiones se corrompe tanto la realidad, se la manosea tanto, que termina por mostrar que no es más que una ficción, una farsa.

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