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Balance de las elecciones peruanas

Fuentes: Rebelión

En el marco de que estas han sido las elecciones más complejas y contradictorias de la historia republicana (bajo la misma ley se excluye a Acuña y Guzmán por un lado, y se cambia la valla electoral para que el APRA tenga bancada congresal, por otro), hay que señalar que un factor clave a destacar […]

En el marco de que estas han sido las elecciones más complejas y contradictorias de la historia republicana (bajo la misma ley se excluye a Acuña y Guzmán por un lado, y se cambia la valla electoral para que el APRA tenga bancada congresal, por otro), hay que señalar que un factor clave a destacar en el análisis es la votación conquistada por la izquierdista Verónica Mendoza.

Y no es para menos. Los poderes fácticos tenían como estrategia destruir moralmente al pueblo que voto por Ollanta y Susana para que no se vuelvan a rebelar. Bajo este Plan excluyeron a Acuña y Guzmán. No obstante, el indómito sur volvió a rebelarse y con los votos de algunos sectores sociales de Lima consiguió el 18.80% del apoyo popular logrando convertirse en la segunda fuerza política en el Congreso de la República (cuando la discusión en diciembre del 2015 era si la izquierda pasaba la valla).

Acudimos al final del ciclo no solo de varios líderes sino también a la casi extinción de varios partidos tradicionales como el APRA, PPC y PP ya que al ser estos partidos caudillistas, pues, dependen exclusivamente de los mismos líderes que los han llevado al borde de la desaparición. En verdad, con excepción del APRA (5.83 %); el PPC y PP (1.31%) no van a tener representación política en este periodo congresal y solo les quedaría negociar con el futuro gobierno algunas prebendas.

La performance de Keiko alcanzando el 39.84% a pesar del antivoto y el movimiento antifujimorista ha sorprendido a tirios y troyanos. Y es que aquí tiene mucho que ver el método de Holt sobre la cifra repartidora. Por esta razón es interesante la nota del ex diputado de izquierda Gustavo Espinoza denunciando que hubo fraude en el conteo. «…La votación de Keiko, al 97.58 de los cómputos votos escrutados, es de 5 millones 853 mil 284. Esta cifra representa no el 40% de los votos, sino el 25.5 de los mismos… …», (La trampa electoral, Rebelión, 16/04/16).

Así las cosas, lo que podemos inferir es que, dieciséis años después de la caída de la dictadura, estamos frente al resurgimiento del aparato fujimontesinista y con una estrategia de guerra política a la ofensiva. «…ni reír ni llorar, comprender…», decía el filósofo racionalista holandés Baruch Spinoza. Y en efecto, no hay otra forma como comprender, por un lado, la escandalosa exclusión de dos potenciales candidatos como Acuña y Guzmán faltando un mes para las elecciones y por faltas administrativas (que dicho sea de paso son muy pocos los partidos que cumplen), y por otra, el resultado electoral que le da mayoría absoluta al fujimontesinismo.

Pero lo más importante es tener una caracterización política del movimiento fujimontesinista. Entonces, lo primero que hay que señalar es que el fujimontesinismo en el Perú, fue producto de la anomia que genero la guerra interna, la caída del muro de Berlín y por ende de la bancarota de Izquierda Unida (IU).

Sin embargo, el fujimorismo, a diferencia de la izquierda y aprovechando la crisis de ésta, introdujo el modelo neoliberal a través de un golpe de Estado y una nueva constitución, que logro tener el apoyo de una mayoría popular gracias a la mejora de la economía (demanda de materias primas por los países del 1er mundo y los ingresos por el remate a través de la privatización de las empresas públicas), y a la derrota político-militar de Sendero Luminoso. Una vez posicionado en el poder, aplica una política asistencialista logrando hacerse de una base social enraizada en sectores del campesinado y los sectores urbanos más atrasados políticamente o lumpenizados convirtiéndolo así en un gobierno bonapartista (con las FF.AA. como columna vertebral).

Bajo estas mismas razones, podemos decir que hoy frente a la falta de solución a la inseguridad ciudadana que vive el país (que fue uno de los temas por los cuales la población eligió a Ollanta pensando que como ex militar tenía más capacidad), y con un «curioso y preciso» ataque terrorista en el VRAEM (que se llevó la vida de más 10 muertos entre militares y civiles), pues, un sector de la población ve en el fujimorismo como la alternativa más consistente contra este mal de la sociedad (y este será una de las estrategias de campaña de Keiko sino la principal).

El 21.00% conseguido por PPK además de ser resultado de un oscuro método de repartición de votos, pues, responde también a una estrategia de psicología de masas emprendida por el poder factico de las empresas encuestadoras que posicionaron a PPK como el único que podía ganarle a Keiko en el ballotage. Lógicamente, aquellos ciudadanos que simpatizaban con Verónica o que no querían a keiko, pero que se preguntaban ¿Qué hago con Vero si solo PPK le puede ganar a Keiko en 2da vuelta? Iban a terminar votando por PPK como finalmente ocurrió.

Por otro lado, tenemos la significativa votación de Democracia Directa y Gregorio Santos alcanzando el 4.01%. Lamentablemente, al no poder pasar la injusta valla electoral nacional del 5%, pues, Cajamarca se queda sin legítimos representantes y son los fujimoristas los que cubrirán este vacío de representación política.

Los resultados generales de la ONPE poniendo a Keiko y PPK como competidores para el ballotage han generado escritos de destacadas personalidades como el analista Juan de la Puente asumiendo que hay un giro a la derecha en la sociedad peruana. Lo mismo dijeron cuando Alan García gano las elecciones del 2006 a Ollanta Humala. Por tanto es importante aclarar que ni Alan en el 2006 ni Keiko ni PPK el 10-A levantaron un programa de derecha.

Claro que tampoco plantearon cambiar el modelo neoliberal, pero cuando Keiko propone renegociar el gas de Camisea, no eliminar las CTS, no privatizar el agua o PPK propone aumentar el salario mínimo, aumentar salario de maestros a 2000 soles, de los policías, cuando promete crear un programa de viviendas para más de un millón de personas o cuando promete empleo para más de tres millones, ¿Qué clase de programa están planteando sino es de reivindicaciones sociales de izquierda?

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.