
En los gravísimos sucesos del miércoles, propios de las “anarquías populistas” que Washington ve –y vitupera- por doquier en los países de la periferia hay una indudable corresponsabilidad de los dos partidos.
En los gravísimos sucesos del miércoles, propios de las “anarquías populistas” que Washington ve –y vitupera- por doquier en los países de la periferia hay una indudable corresponsabilidad de los dos partidos.
Obligan a suspender la sesión que iba a certificar la victoria de Biden. El asalto, motivado por las arengas de Trump a sus seguidores, ha durado tres horas y ha obligado a evacuar a los congresistas.
Georgia vota este martes en unas elecciones clave que determinarán si el Senado de EEUU queda en manos demócratas o republicanas. El Centro para los Derechos Humanos y Civiles de Atlanta, inaugurado en 2014, es un ejemplo de cómo este estado ha cambiado en los últimos años.
Si creemos a nuestros buenos medios internacionales, Estados Unidos ya está volviendo a la “normalidad” y -evidentemente- Donald Trump ya es cosa del pasado. En definitiva, un simple paréntesis, o más bien, un contratiempo condenado al olvido y a no dejar huellas en la historia de “la mayor democracia del mundo”. Entonces, lo más normal es que nuestros medios pierdan el interés por este personaje que, además, “vive sus últimos días en la Casa Blanca” y cuyas actividades no presentan ningún interés y por tanto… son ignoradas.
La política doméstica e internacional de Estados Unidos no depende de un individuo, sino de un sistema imperialista-capitalista.
Nada será peor que con Trump. Aunque el futuro gobierno ya anunció protecciones temporales y legalidades provisorias, quien fuera vice de Obama y su encargado de la política migratoria, propició por entonces un récord de deportaciones, en su gran mayoría de centroamericanos.
La llegada al poder de Joe Biden en Estados Unidos genera expectativas, pero también recelo entre los inmigrantes, que vislumbran un alivio tras cuatro años de políticas restrictivas de Donald Trump, pero no olvidan las duras medidas ejercidas cuando Biden era vicepresidente en la administración de Barack Obama.
La izquierda estadounidense ha abandonado completamente el enfoque antimperialista. Es necesario recuperarlo.
Fue intencional. Así calificó la policía de Nashville una poderosa explosión que sacudió los alrededores del centro de la capital de Tennessee que sólo dejó tres heridos y calcinado al técnico en electrónica, el operador ¿suicida? de la bomba; desde altavoces colocados en la camioneta-bomba, se avisó a la población desalojar el área en 15 minutos, suficientes para ponerse a salvo, pero no para desactivar el artefacto, según la policía, que también alertó a la población.
Fundado el 24 de diciembre de 1865, 155 años atrás, por veteranos confederados del Sur tras su derrota en la Guerra de Secesión por la que pretendieron separarse de los Estados Unidos de América, el Ku Klux Klan fue una organización anticatólica, anticomunista, antifeminista, antisemita, homofóbica, islamofóbica, racista, xenófoba y terrorista, en la que, en sus diversas etapas predominaron algunas de esas visiones.