Renán Vega Cantor | 

“Pregunté si a nadie se le había ocurrido la idea de abrir una embajada de Estados Unidos de América en los Estados Unidos de América, con sede en Washington, para que la CIA pudiera organizar golpes de Estado también en su propio país”. -Eduardo Galeano, «Apuntes para el fin de siglo».

El reconocimiento de Juan Guaidó como “presidente interino” de Venezuela por el nuevo Secretario de Estado Anthony Blinken es la cabal demostración de que la intención de derrocar a Nicolás Maduro es compartida por el Partido Republicano y el Demócrata.

El poder tecnológico y mediático

Twitter y las restantes «Big Tech» nos entregaron la prueba del golpe de Estado al desnudo; dieron el certificado de que en Estados Unidos hubo la consumación de un golpe de Estado contra las instituciones.

Sergio Ferrari | 

El futuro de ese centro ilegal de detención será un termómetro más para tomarle la “fiebre” al nuevo-viejo equipo gobernante.

Puede parecer un consejo vano, pero hay que recordar el torrente de ilusorias expectativas que despertó el triunfo de Barack Obama en 2008.

Dentro del propio Partido Demócrata se mueven fuerzas que no andan muy lejanas del trumpismo y que empujaron la campaña anti-Sanders.

Ilka Oliva Corado | 

Se espera que éste sea el año en que millones de mujeres indocumentadas provenientes de todas partes del mundo celebren el acceso a derechos laborales y a la legalización. Ésa es una promesa de Kamala junto a Biden, ¿la cumplirán?

Me escribió alguien para preguntarme cuáles eran mis esperanzas para 2021. Respondí que, antes de hablar acerca de esperanzas y oportunidades, nos hace falta primero reconocer nuestra vergüenza colectiva en el fracaso el año pasado en la construcción de un movimiento nacional de protesta eficaz contra las medidas políticas que han llevado a la muerte evitable de cientos de miles de personas del común y a la ruina económica de decenas de millones más.

Estados Unidos ha creado su propia zona verde en Washington, a semejanza de la zona verde que creó en Bagdad.

Sam Pizzigati | 

Traducido para Rebelión por Paco Muñoz de Bustillo