Los asesinatos de George Floyd y Breonna Taylor demuestran lo que ya sabíamos: la ‘reforma’ policial ha fracasado.
Los asesinatos de George Floyd y Breonna Taylor demuestran lo que ya sabíamos: la ‘reforma’ policial ha fracasado.
En el marco de las transformaciones institucionales que Estados Unidos adelanta para reconquistar la hegemonía global, ha puesto en marcha en enero de este 2020, la denominada Corporación Financiera de Desarrollo Internacional (DFC, en sus siglas en inglés), como la nueva agencia que operará el financiamiento necesario para su reposicionamiento en el mundo.
Si revisamos la historia reciente de Estados Unidos, podríamos decir que aunque no haya habido golpes militares, sí ha habido presidentes derrocados por un Estado oscuro que opera detrás de las luces de las cámaras y flases de la prensa presidencial.
Las causas inmediatas de los incendios se están investigando. Sin embargo, hay un denominador común en todos: el cambio climático, que favorece las condiciones para que se mantengan y propaguen los fuegos.
En Estados Unidos 2020 se podría llamar ‘el año que nos quitó el aliento’: del COVID-19 a George Floyd, gas lacrimógeno y ahora incendios forestales”, me comenta la veterana luchadora social y política, Barbara Dudley, quien reside en Portland, Oregon.
Más de 140 sindicatos y varias federaciones representan los intereses laborales de los cerca de 800.000 agentes de policía del país. La Orden Fraternal de Policía, el mayor sindicato a nivel nacional de Estados Unidos, contiene a más de un tercio de ellos.
Traducido del inglés para Rebelión por Marwan Pérez
La humanidad se enfrenta a la peor pandemia en un siglo y se ve obligada a participar en una carrera colectiva sin precedentes por encontrar una cura.
En medio de una pandemia mundial, de un hundimiento económico sin precedentes, de un desempleo masivo, del hambre y la desesperación, el mercado de valores está en auge y los más ricos de los ricos son más ricos que nunca.