Ante la magnitud de las expresiones de indignación popular por el asesinato de Floyd y su sentido último, la cuestión del potencial de la rebelión para trascender y transformarse en un proyecto revolucionario de genuino cambio social se nos presenta de nuevo, como tantas veces antes, como el problema político central a debate entre la comunidad afroamericana; y, por extensión, entre el resto de la mayoría de explotados en Estados Unidos.