Sin saber siquiera por qué Felipe VI no se levantó, como muestran algunas imágenes, al paso de la espada de Simón Bolívar durante la toma de posesión de Gustavo Petro como presidente de Colombia, al mitificado Libertador ya le han empezado a caer adjetivos no demasiado amables desde los medios derechistas españoles. Cuatro ejemplos: «sádico», «sanguinario», «traidor» y «genocida».