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Uruguay

El pleito continua

Fuentes: Rebelión

Desde que los seres humanos hemos puesto por escrito nuestras vidas, sociedades, civilizaciones, tanto nuestros antepasados como los «dueños de este presente» que vivimos y en cual convivimos, debemos hacernos de la carga y responsabilidad individual y social que nos compete de «cuidar la casa (planeta tierra) el medio ambiente que la rodea y contiene, […]

Desde que los seres humanos hemos puesto por escrito nuestras vidas, sociedades, civilizaciones, tanto nuestros antepasados como los «dueños de este presente» que vivimos y en cual convivimos, debemos hacernos de la carga y responsabilidad individual y social que nos compete de «cuidar la casa (planeta tierra) el medio ambiente que la rodea y contiene, labrar la tierra y cuidar los rebaños para proveernos de alimentos y no andar andrajosos y famélicos por la vida, y pensar que este presente – para «ser y estar»- demandó de un pasado y requiere de perfilar, proyectar un futuro para que las nuevas generaciones puedan vivir en un equilibrio de paz, convivencia y necesario progreso de tenencia de bienes materiales y culturales que la expandan y lleven a una felicidad plena y altruista. No a la hecatombe y el caos, a la barbarie de la condición humana.

De momento histórico a «momentos histéricos», la Humanidad lamentablemente convive y vive dentro de la segunda situación planteada y no dentro de la primera situación «deseada», y sabemos a esta altura de nuestras vidas y de nuestras historias que no debe confundirse «la realidad tangible y concreta, con los sueños y deseos de que cuando seamos mejores instauraremos un mundo mejor».

Hoy día los medios de comunicación de los «dueños del mundo», nos anuncian con alborozo que en el marco de «la revolución científico técnica» las máquinas robotizadas y controladas por sistemas de regulación y control provenientes de la ciencia cibernética, desplazarán al desempleo y la incertidumbre a cientos de miles de trabajadores.

Este fenómeno, que en un mundo «globalizado, unipolar y capitalista», no admite discusión, al Uruguay le traerá consecuencias y afectará a una zona aproximada de un 40 % de su clase trabajadora, las cámaras empresariales y dirigentes de la central obrera lo admiten y asumen esgrimiendo que para atenuar sus efectos, instalarán cursos con obreros y empleados para adaptarlos a la nueva situación … para lo cual unificarán capital y esfuerzo común de gobierno, empresarios y trabajadores.

 La piqueta fatal del Progreso

El «Sistema Mundo» que opera e impera en el mundo más allá de las bravuconadas independentistas y soberanas de quienes nos quieren hacer ver o disimular, contrabandear otro mundo que no existe, adquiere a través de la historia diversos ropajes, esclavista, feudal, burgués, o de aproximaciones al socialismo; pero jamás ha podido, ni ha querido, hasta el momento sobre el planeta tierra y dentro de la Humanidad, instalar un sistema mundial de producción, distribución y consumo de bienes y servicios que nos contenga a todos los habitantes en una situación de «estabilidad, equilibrio, que sea sustentable a través del tiempo».

Siempre, el dibujo o la fotografía de las cuales emana la realidad humana, reflejará la opulencia de unos pocos frente a las miserias de muchos, que paradójicamente, generan esas riquezas. En el siglo XIX lo expuso magníficamente Víctor Hugo, en su obra literaria «Los miserables», y ya en el siglo XX, García Lorca expresa lo siguiente: «… desde las pirámides de Egipto, pasando por la Bolsa de Valores del New York Center … ha existido siempre un fino y mágico, invisible hilo de plata … que atraviesa el corazón de todos los niños pobres del mundo».

Dos genios de la literatura y de la poética, tienen a bien reflejarnos cada uno en su tiempo histórico, como aquello que planteaba Carlos Marx de que el motor social de la historia «es la lucha de clases», no es un deseo diabólico sino que una constatación irrefutable de quién convirtió a la Filosofía de bien interpretativo de la realidad y condición humana a ciencia de análisis y transformación «de la sociedad humana».

Pero esa ciencia «marxista» hoy se encuentra en estado de revisión, de negación, de reposicionamiento a través de diversos intérpretes sociólogos – politólogos – líderes políticos y sociales – que mucho de marxistas tienen a través de Groucho Marx, y muy poco de Carlos Marx.

Uniendo lo antedicho, a la situación que exponíamos sobre el avance de las fuerzas productivas (en su actual etapa de desarrollo tecnológico) que hace ya tiempo deja sobre la tierra parques industriales arrasados y mano de obra desempleada, tierras de labrantío nacionales y regionales en apropiación de las grandes transnacionales del agro-negocio – agricultura mecanizada intensiva y extensiva – liquidación de los nutrientes de la tierra – uso indiscriminado de pesticidas y plaguicidas (glifosato) – fumigación de los mismos en campos lindantes con residencia de seres humanos – ni que hablar del desplazamiento y desocupación de mano de obra campesina sustituida por maquinaria agrícola que en forma computarizada va midiendo que cantidad de semillas (transgénicas) siembra por hectárea y cuantos kilos recogerá en la futura cosecha – tan así, que la concreción del negocio de estas cosechas se concretiza en bolsas de valores antes que la misma sea realizada.

Cantidad de toneladas de soja, cereales, que van a parar a los graneros de las economías de los países capitalistas desarrollados, dejando en nuestras tierras un saldo de desocupación y pérdida de soberanía alimentaria importante, pero al gobierno y a la cámara de empresarios exportadores un cierre de «cifras en lo macroeconómico», importante.

Los dueños del mundo, del mercado internacional, te señalan y determinan que producís, como producís y para quién lo producís, en el famoso «mercado libre» del capitalismo, los productores son esclavos de los designios del mismo, tanto en lo que hace a la producción de bienes y servicios, como en lo que hace a la disposición del capital financiero que te permita desarrollarlos.

El Uruguay como país capitalista subdesarrollado y dependiente, en tres períodos de gobierno de la fuerza política Frente Amplio, no se ha apartado en lo mínimo de cumplir con recetas y orientaciones de los organismos de conducción central del Sistema Capitalista Internacional, lo mismo está determinando hoy «una situación de crisis económica y social, hacia el interior de la sociedad uruguaya, que cuenta con el paradójico beneplácito de muchos capitalistas internos (10 % de la ciudadanía uruguaya se apropia del 60% de la riqueza del país), y de inversores extranjeros, que entre otras cosas se han apropiado del 48% de nuestras tierras», en los planteos primigenios, fundacionales de esta fuerza política estaba el de una Reforma Agraria (que no tiene nada que ver con las políticas que hoy se llevan adelante), cabe agregar que el MLN – Tupamaros presente en estas tres administraciones de gobierno, levantaba otrora consignas tales como «Por la tierra y con Sendic», aclaro que el padre para que el hijo no se ofenda, y la de «Tierra para el que la trabaja».

Tiempo atrás el economista Jorge Notaro, anotaba acerca de los niveles escandalosos de la «concentración y centralización» de la riqueza dentro del proceso de la economía uruguaya, de los últimos años. En gruesa pincelada nos decía, que por un 20 % de ganancias, capitalistas nacionales y extranjeros, obtenidas en la producción y comercialización de mercancías en un año, se llevaban la friolera de 10.000 millones de dólares. A esto agregaba que los capitalistas nacionales llevaban 8.000 millones y los extranjeros 2.000 millones. El citado economista destacaba además, que el «retorno por reinversión» de estos capitales, tanto nacionales como extranjeros, es mínimo, será por ello quizás que siempre veremos a nuestros «representantes gubernamentales» en las reuniones y foros internacionales, con sonrisas «amplias» frente a figuras impresentables para la comunidad internacional, y con la mano extendida en la búsqueda de inversiones y préstamos, que sostengan el maquillaje de nuestra economía «sin correrse de los ámbitos de imperio y disciplinas, a las cuales se somete voluntariamente» .

La cuestión internacional y la nacional

El sistema capitalista, unipolar y vigente, ha logrado atravesar con sus rutilantes luces y sus largas sombras, con su imperial Tío Sam y sus lacayunos y obedientes sobrinos, del siglo XX al XXI, y de un milenio a otro.

Tras intensa etapa de rearticulación neoliberal y de globalización de su sistema social, político y económico, ha entrado de nuevo en una época de crisis financiera que lleva a la recesión económica con sus secuelas sociales, que no son más que un aspecto de las problemáticas a las que hoy nos enfrentamos. El propio sistema tiene como tal, una crisis de hegemonía, que hace a la presencia contundente de China, peor que además suma al BRIC – Brasil, Rusia, india y la ya referida China, y que muchas veces no le permite accionar en el plano internacional, como antes lo hacía con sus viejos aliados de la OTAN, la OEA y súbditos de otras regiones. En una época donde había derrotado a su principal enemigo – el Proyecto del Campo Socialista y sus seguidores de la Liberación Nacional y el Anti – Colonialismo – y se sentía único y principal protagonista del pensamiento y las acciones humanas, le han surgido como «opuestos anti – sistémicos», nuevos y viejos protagonistas que no se someten a sus designios.

A sus recurrentes, cíclicas y permanentes crisis de todo tipo, se ha sumado una que viene de lejos, pero que en el corto, mediano y largo plazo se hace cada vez más visible. La destrucción de la biosfera terrestre. La relación entre esta crisis y las anteriormente reseñadas, esta dada a partir de la trama básica de la Economía Capitalista.

Los fenómenos naturales que hoy sacuden a la Humanidad en cada rincón del planeta, hunden sus raíces en actual modo de producción económica, el cual se funda en el Mercado y la Propiedad Privada, como instituciones reguladoras de las relaciones de los individuos entre si con la Naturaleza.

Muchos de quienes habíamos visto consternados, la destrucción y autodestrucción de las ciudadelas de la Libertad y el Socialismo, los conversos que en forma escandalosa se pasaban con «armas y bagajes» de todo tipo al otrora sistema enemigo, enunciando un «ser» izquierdista y siguiendo libretos de derecha ultraliberal, en fin, como decía León Felipe:

Franco, tuya es la tierra, el caballo y la pistola

Mía es la voz antigua de mi tierra

Tú te quedas con todo

Y a mí me dejas solo y errante por el mundo

Mas yo a ti, te dejo mudo

Porque como vas a recoger el trigo y alimentar el fuego

Si yo, me llevo la canción

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.