Recomiendo:
0

Entrevista a Ricardo Napurí, exdiputado constituyente y senador peruano

«El sistema no resiste ningún tipo de reforma»

Fuentes: Rebelión

M.H.: Con la idea de contactarte para analizar la situación que estamos viviendo en América Latina. Tenemos varios focos de análisis, uno que creo sumamente importante es la situación que está atravesando Venezuela. R.N.: Venezuela, con el problema real que todos identificamos, la desaparición de Chávez y la asunción de Maduro y, aparentemente, por lo […]

M.H.: Con la idea de contactarte para analizar la situación que estamos viviendo en América Latina. Tenemos varios focos de análisis, uno que creo sumamente importante es la situación que está atravesando Venezuela.

R.N.: Venezuela, con el problema real que todos identificamos, la desaparición de Chávez y la asunción de Maduro y, aparentemente, por lo que los medios de prensa ofrecen con estas campañas como la que le hicieron a Allende, a todos lo que ellos consideran reformistas, subversivos o peligrosos para el sistema, oscurecen el problema que está ligado a otros aspectos de la realidad.

El asunto no es Maduro, que siempre fue un personaje mediocre, el problema es que Chávez avanzó más que ninguno en reformas semiestructurales y de carácter democrático popular, se enfrentó al imperialismo, tomó medidas contra el gran capital, limitadamente, y lo más importante de su gobierno fue lo ideológico, porque al plantear el socialismo del Siglo XXI hizo algo extraordinario en América Latina, implantó la idea del anticapitalismo.

Él me invito a su programa de radio y yo constaté inmediatamente que en ese programa, todo el país escuchaba semanalmente su examen de la realidad. Pero para todos los que somos de la izquierda socialista, que un gobierno proponga a todo el país o a la masa trabajadora la idea del anticapitalismo y el socialismo es una cosa extraordinariamente avanzada. Yo creo que ese es uno de los pilares fundamentales de su gobierno y que tiene todavía influencia, porque un 40% de la población todavía se llama chavista y es producto no solamente de las conquistas sino también de lo ideológico.

Hay un hecho notable, que es característico que en las crisis las Fuerzas Armadas se den vuelta rápidamente, en el programa televisivo Chávez le preguntó al Comandante general por qué no avanzaba la educación marxista en las FF. AA., y éste le respondió que no comprendía el libro «Estado y revolución», que Chávez mismo le había recomendado, lo señalaba como un obstáculo, entonces dialogaron sobre el país, y de cómo avanzar en la educación socialista y marxista de las FF. AA. Eso es inusitado.

Lo otro es que avanzó más que ninguno en organismos de auto-organización como las comunas. Antes de morir le dejó la herencia a Maduro de que el Estado pasara a manos de un gobierno comunal, seguramente él quiso ir a eso, pero no pudo. Pero dejó semillas importantes. En Venezuela hay muchos avances desde ese punto de vista de la reforma y sensibilidad popular.

Tampoco dice la prensa, con intencionalidad reaccionaria, que Venezuela es un país caribeño y la herencia que recibió el chavismo fue terrible, no solo el pacto de los dos partidos que se habían dividido el poder, sino esa burguesía salvaje y agente del imperialismo que vivió siempre del petróleo. El pueblo quedó totalmente marginado. Entonces se vivía en un país casi delictivo cuando tomó el poder, de ahí el golpe que intentaron darle Capriles y otros en 2002 y esta oposición salvaje que no tiene ningún resquemor de decir que son agentes del imperialismo.

Lo que no cuentan ni la prensa ni los gobiernos que critican y dicen que no hay democracia en Venezuela, es que esa oposición salvaje de 20 partidos que nuclea la CIA y EE. UU., son un factor desestabilizador terrible y una constante en la realidad de Venezuela.

La composición de estos factores oscurece el hecho central que el gobierno venezolano ha realizado más de 18 elecciones generales totalmente democráticas y siempre respetaron la democracia. Lógicamente en la crisis hay manifestaciones diversas y cada uno enfrenta la crítica como le da la gana, por eso yo recapitulo sobre estas cuestiones para marcar dos cosas: todavía la FF. AA. no capituló y ese es un factor importante que está sosteniendo al régimen y lo otro es cuál va a ser la reacción popular de ese 30/40% de chavistas que han sido preparados ideológicamente y a través de las movilizaciones populares y el sentimiento mítico por Chávez; en Venezuela se puede componer una situación de pre guerra civil porque ya sabemos que EE. UU. está decidido y ya interviene y puede empezar a hacerlo directamente, como amenaza Trump que ya bombardeó Siria y avisa que puede hacerlo en América Latina.

Es una realidad compleja, porque los agentes del imperialismo siempre han atacado a los regímenes progresistas o que se han declarado antiimperialistas, con grandes campañas, siempre han precedido las campañas de las agencias de prensa para derribar a esos gobiernos que ellos consideraron hostiles. Quienes se consideren progresistas o de izquierda, deben tomar la generalidad de los problemas. Quiero resaltar que se están conmemorando los 25 años del gobierno de Fujimori, ese gobierno es la continuidad en América Latina del gobierno de Pinochet, y EE. UU. lo apadrinó luego de derribar al gobierno de Allende y más allá de la dictadura, establecieron por primera vez en América Latina la posibilidad de un gobierno conservador y liberal que solamente pudo existir a través de una dictadura. Ese y después Fujimori demostraron que los gobiernos conservadores liberales solamente pueden ejercer el poder a través de regímenes autoritarios.

La realidad actual permite ir buscando la significación de los gobiernos que llaman populistas, reformistas, de centro izquierda, como el de Ecuador, Bolivia y todos aquéllos que están planteando desde el propio sistema capitalista su reforma. El sistema no resiste ningún tipo de reforma. El capitalismo en su etapa de degradación, no permite ningún régimen reformista, cualquiera sea, en Venezuela fueron más lejos, por eso hay que prepararse para un frente no solamente interno que ataque a Venezuela.

Eso es lo más importante, lo otro para explorar, es por qué éste u otros gobiernos no han ido más en profundidad en el combate contra el imperialismo y sus agentes internos, para hacer lo que el Che pedía en Guatemala en su momento: frente a EE. UU. había que pelear y resistir.

En Venezuela no está dicho que no van a pelear, hay una clara intención de derribar el gobierno, pero nosotros vamos más lejos, al decir que si las masas y los pueblos apoyan a los gobiernos populistas, reformistas o nacionalistas revolucionarios, quienes están al frente de esos gobiernos pueden defraudar a sus mandantes y a aquéllos que representan capitulando de distintas formas, huyendo, pegándose un tiro, o dejando de luchar.

En América Latina hay una advertencia, los gobiernos conservadores van lejos, van por la dominación total extranjera, por los privilegios absolutos, como estamos viendo aquí y en otros lugares. A nosotros nos tiene que preocupar cómo resistimos y luchamos a partir de la comprensión de lo que se está dando en América Latina porque los pueblos están en peligro.

M.H.: En el marco de este análisis general que estás haciendo sobre la realidad latinoamericana ¿cómo juega el triunfo de Lenin Moreno en Ecuador?

R.N.: Es cierto lo que dicen los medios de prensa que significa un respiro frente a la tendencia general a gobiernos neoliberales. A mí me preocupan otras cosas, coincido con ese examen pero no me dice mucho, siempre he advertido sobre la realidad ecuatoriana que las Fuerzas Armadas son los principales empresarios del país, de tradición golpista, hasta la policía se atrevió a intentar dar un golpe de Estado.

El gobierno de Correa y el de Lenin Moreno se encontraron con un problema importante, Ecuador tiene la economía dolarizada y vivía de la exportación de gas y petróleo y del tercio ecuatoriano que está en el extranjero. El petróleo cayó, los ecuatorianos ya no envían dinero y como la economía está dolarizada ya no alcanzan los dólares para sustentarla. Por eso es que hubo un viraje del propio Correa, que muchos dejaron pasar y que en Ecuador se criticó; habiendo él denunciado siempre la explotación minera como atentado a la tierra y a las comunidades campesinas y en general a los intereses comunitarios del campo, pegó un viraje y se hizo partidario de la explotación minera, porque ya no tenía ingresos, eso le trajo la oposición de ese frente que antes era amigo.

Moreno va a encontrar ese mismo problema, cómo sustentar la economía en un momento de retroceso de las posibilidades de nuestros países, de retroceso de los precios de las materias primas, porque esos problemas siguen vigentes en Ecuador.

El otro asunto es que en ese país no solamente se han movilizado las masas sino también las otras clases sociales que tienen actitud de pelea, Lazo y su gente de derecha van a pelear sus posiciones desestabilizadoras sabiendo que cuenta con el apoyo de Trump y de una realidad latinoamericana particular, entonces Moreno que está considerado más dialoguista, se va a tener que enfrentar a todo esto. A él también se le va a presentar el problema de que la derecha lo va a querer desestabilizar de la misma manera que sucede en Venezuela, y su base de apoyo va a poner a prueba el carácter de su gobierno para ver si se sitúa en el lugar de los gobiernos que capitulan o si es capaz de resistir cuando venga la ofensiva general.

M.H.: ¿Querés agregar algo más?

R.N.: Solamente decir que los gobiernos liberales transitan por lo que EE. UU. siempre quiso, gobiernos formalmente democráticos pero que son autoritarios. Brasil y Argentina hacen punta y los van a presentar como modelo.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.