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Costa Rica

Martes de carnaval, renunció el rey Momo

Fuentes: Rebelión

Desde un principio señalamos que esta campaña política, por muchas indicios que analizamos en su momento, sería totalmente diferente a todas las anteriores, y que estaría llena de sorpresas. Resultó una profecía autocumplida, y no es que tengamos una bola de cristal para ver el futuro, sino más bien una lupa enorme para analizar hechos, […]

Desde un principio señalamos que esta campaña política, por muchas indicios que analizamos en su momento, sería totalmente diferente a todas las anteriores, y que estaría llena de sorpresas. Resultó una profecía autocumplida, y no es que tengamos una bola de cristal para ver el futuro, sino más bien una lupa enorme para analizar hechos, circunstancias, tendencias, comportamientos, y llegar por el camino de la lógica y la prospectiva a ciertas conclusiones.

Hoy, para continuar con las fanfarrias, en un martes de carnaval, la comparsa del Partido Liberación Nacional y su rey Momo anuncian que se retiran de la contienda, pero solamente en el aspecto de seguir gastando las millonadas que acostumbran para convencer al electorado de que ellos, y solamente ellos, son los capaces de gobernar este país. Porque constitucionalmente no puede renunciar el candidato a su candidatura, y su rostro continuará en la papeleta que nos encontraremos en las urnas el 6 de Abril. Y esta «salida» puede ser engañosa, puede ser una estratagema de quien no tiene ya nada más que perder, y que apuesta a un gesto teatral para ganar el juego, pues todavía todo puede suceder.

Para que se me entienda mejor, voy a presentar algunos escenarios posibles.

Un primer escenario: los liberacionistas, aplastados por la realidad contundente de que la ciudadanía no los quiere ni pintados en la pared, se amilanan y no acuden a las urnas, dándole el triunfo a sus opositores con un porcentaje asombroso, Producto solamente del hecho de que los del PAC saldrían a votar para asegurarse bien del «gane». No me parece factible, realmente, más bien tratarán de demostrar que todavía tienen músculo y arrestos suficientes.

Un segundo escenario: los del PAC, confiados en un triunfo fácil, se abstiene de ir a votar, porque confían en que por pocos que voten ganarían, pero los liberacionistas se lanzan en masa a votar, y sorpresivamente gana Araya la presidencia de la república. Todo es cuestión de números en la segunda vuelta. Este es un peligro real que está latente.

Un tercer escenario: los ciudadanos todos, cansados de tanta fanfarria carnavalesca, se abstienen de votar (por lo general el abstencionismo aumenta en las segundas rondas) y se presenta un panorama de incertidumbre y sorpresa, sumamente peligroso, pues el triunfo dependería de cuál de las dos agrupaciones logra llevar más votantes a las urnas. Aquí juegan los elementos siguientes: que por un lado todo esto sea una treta del PLN para debilitar la intención de voto favorable al PAC, a fin de sorprenderlos (no me extrañaría en absoluto); y que por el otro los del PAC caigan en triunfalismos estúpidos, no arrastren a los votantes a las urnas, y se lleven una desagradabilísima sorpresa. Podría ser…

Un cuarto escenario: los miembros del PAC y sus aliados, en un acto de conciencia y responsabilidad, y con el deseo de confirmar en las urnas su deseo de cambio, asisten en masa a la votación, dándole a su candidato un triunfo porcentual como no se ha visto en este país hace muchísimos años. Y los Liberación Nacional, para demostrar el porcentaje que representan del electorado, hacen lo mismo, para demostrar que no están muertos. Podría ser…

Los discursos y las declaraciones permiten decir toda clase de cosas, sobre todo en campañas políticas como las nuestras, tan pintorescas, así que nada de lo que ha sucedido es el final de la jornada. Es solamente un incidente más, que puede tener oculto un baúl de sorpresas. ¡Tengámoslo muy en cuenta!

Por ello, ante este nuevo escenario presente (que no nos permite ver claramente el escenario futuro) debe quedar bien claro que hay que ir a votar el 6 de Abril, para demostrar de una vez por todas la intención ciudadana de limpiar la patria de las inmundicias dejadas por el partido en el gobierno, corregir el rumbo, barrer con la escoba de la justicia a tanto maleante convertido en gobernante y sus equipos, desmantelar la «red de cuido» de los delincuentes de cuello blanco, iniciar las acusaciones correspondientes de todos aquellos que de una u otra forma lucraron durante los últimos ocho años de las delicias de la impunidad.

Queda para la historia de este país el doloroso experimento de la implantación e implementación de las políticas neoliberales, que trata de destruir el estado solidario y de justicia social que tanto nos costó armar, y la tremenda tratar de desarticular la inmensa red de complicidades -algunas delictivas evidentemente- que nos han llevado a empobrecernos más, a casi hacer desaparecer la clase media, al crecimiento del desempleo, al incremento de las distancias sociales y económicas a través de la concentración de la riqueza en pocas manos.

Ahora me pregunto, no sin cierta socarronería, ¿en qué quedan los obispos y los pastores evangélicos? ¿Van a seguir asustando al pueblo con las llamas del infierno si votan por Solís? ¿Se les va de las manos el nuevo concordato a los obispos? ¿Vendrá al fin el estado laico? ¿En qué quedan las cámaras empresariales, socias del PLN, ahora que su representante tiró la toalla, al parecer, pues a mí no me convence del todo? Y así, cien preguntas más que sería interesante responder.

El peligro no se ha conjurado del todo, esta es una advertencia sensata que les hago. Cada uno de nosotros tenemos la obligación de confirmar en las urnas la muerte del régimen de corrupción a que hemos estado sometidos. Algún día tendrá que triunfar la decencia, la honorabilidad, la honradez, y si este es el momento, pues, ¡adelante!

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.