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Entrevista al periodista y escritor Mariano Pacheco, autor de De Cutral Có a Puente Pueyrredón

«Pude ver a una Milagro Sala muy íntegra, muy firme en sus convicciones»

Fuentes: Rebelión

M.H.: Estuviste visitando en el penal de Alto Comedero en Jujuy, a la compañera Milagro Sala. M.P.: Fue una experiencia muy interesante estar allí, conversando tanto con Milagro Sala como con otras presas políticas de la agrupación Tupac Amaru, poniéndome al tanto de cómo es esa situación en el día a día, cómo están padeciendo […]

M.H.: Estuviste visitando en el penal de Alto Comedero en Jujuy, a la compañera Milagro Sala.

M.P.: Fue una experiencia muy interesante estar allí, conversando tanto con Milagro Sala como con otras presas políticas de la agrupación Tupac Amaru, poniéndome al tanto de cómo es esa situación en el día a día, cómo están padeciendo la acción política, judicial y represiva del gobierno de Gerardo Morales. Sobre todo ver cómo sobrellevan desde el aspecto humano el día a día.

M.H.: Mariano hace referencia a que no solamente está detenida Milagro Sala, sino también Mirta Díaz, Gladys Díaz, Mirta Aizama y Patricia Cavana; y en comisarías se encuentran otras cuatro mujeres de la organización: Mirta Rosa Guerrero, Angela Galarza, María Molina y Patricia Jalin; y tres compañeros Fabián Alberto Ávila, Raúl Altamirano y Raúl Noro, el compañero de Milagro Sala.

Antes de hablar del tema de Milagro Sala, me gustaría saber si has podido ver cuál es la situación política y social en Jujuy. Digo esto porque si bien existe el hecho descollante de la detención política de Milagro Sala, hay otros hechos en la provincia, represión en el ingenio Ledesma, despidos de compañeros de la Secretaría de Agricultura Familiar, entre ellas la ex candidata a Presidenta por el Frente de Izquierda y los Trabajadores, luego reincorporada. Hay reclamos permanentes de los trabajadores municipales y docentes de la provincia. Inclusive hay un anuncio de parte del Gobernador, de la reducción de personal del Ingenio La Esperanza el año que viene. Un cuadro represivo que va más allá de la detención de Milagro Sala.

M.P.: Sí. La situación en Jujuy es muy compleja. Por todo esto que describís y a lo que Milagro Sala y otros militantes de la agrupación Tupac Amaru suman que es no sólo la judicialización de la protesta social, sino la instalación de un clima de terror expandido en el marco de estas democracias.

Uno siempre tiende a cuestionar esta lógica de la democracia representativa o parlamentaria, pero que aún en sus formas garantiza ciertas cuestiones de derechos elementales. En este caso muchas de esas garantías están suspendidas. Lo que Horacio Verbitsky ha calificado como «disparate jurídico», estas detenciones arbitrarias desde el plano jurídico pero también acompañado de una situación de terror social hostigando a los familiares de los presos, intimidando a todos los que participaron de la organización Tupac Amaru en estos años, tratando de marcar una línea aleccionadora no sólo con la agrupación en particular, sino con el movimiento en general. Este es uno de los rasgos más complejos de la situación, en un contexto en el que Jujuy, como todas las provincias más alejadas de la Ciudad de Buenos Aires, tiende a quedar en el olvido hasta que surgen casos como éste o la represión que mencionaste.

M.H.: ¿Cuáles son los argumentos jurídicos por los cuales se encuentra detenida Milagro?

M.P.: Por lo que cuentan los abogados y la gente más especializada que viene siguiendo la causa, no hay argumentos sólidos legales para que ella esté actualmente detenida. Muchas de las causas por las que está siendo juzgada han sido armadas a partir de declaraciones de personas que han afirmado que Milagro Sala ha hecho determinadas acciones y a partir de eso se la ha detenido. No hay una determinación jurídica que avale que ella y sus compañeras y compañeros estén detenidos.

Según lo que dicen abogados especialistas, como periodista más que tantear las declaraciones no lo puedo afirmar porque no estoy familiarizado con términos jurídicos como para poder sostener un debate de ese tipo. Pero sí es lo que afirman muchos especialistas en el tema.

Es complejo pensar que una organización con más de una década de existencia ha sido barrida en Jujuy del modo en que aparenta

M.H.: Escribiste una artículo donde te hacés una pregunta que creo pertinente, que tiene que ver con el hecho de que a pesar del apoyo y la fortaleza de la organización Tupac Amaru en Jujuy, no hay un gran movimiento por la libertad de Milagro Sala en esa provincia. Yo también había escuchado que varios compañeros hacían referencia a este hecho. Aparentemente la lucha por la liberación de Milagro Sala es mayor fuera de la provincia de Jujuy que adentro.

M.P.: Eso es así y va de la mano de lo que se insinúa en el relato de esa visita a Jujuy que es prácticamente el desmembramiento de la organización Tupac Amaru. Lo cual deja mucho que pensar respecto de las estrategias de construcción al interior del movimiento social en la Argentina durante la última década. Por esto diferencio lo que es la nota en términos de la visita, de los reclamos por los presos políticos y toda la situación represiva e intimidatoria que se está viviendo con la Tupac Amaru y lo que puede ser la cuestión de compartir o tener algunos reparos sobre el tipo de construcción que se ha dado ahí.

Es complejo pensar que una organización con más de una década de existencia, por más acción represiva que haya, ha sido barrida del modo en que aparenta. Como periodista, como alguien que intenta contribuir en el pensamiento crítico, me encontré en esta situación compleja o incómoda al menos, de tener que contar algo, denunciar al poder, y reclamar la liberación de los presos pero, por otro lado, la sorpresa de la situación respecto de la construcción específica de esa organización.

M.H.: Sospecho que debés tener una opinión, porque tenés una trayectoria en movimientos sociales, fuiste uno de los referentes centrales de lo que fue la Aníbal Verón, luego el Frente Popular Darío Santillán. Y esto dicho desde el lugar que ambos no hemos tenido dudas respecto de la defensa incondicional de Milagro Sala respecto de su libertad.

M.P.: Me da la sensación que estamos en un momento en el que empieza ser posible hacer una especie de balance de la década que ha pasado, de los actores políticos que han estado al interior de distintas experiencias y, sobre todo, reafirmar en mi caso, el tuyo, de otros compañeros, de algunos oyentes de la radio respecto de los límites que pueden tener algunas experiencias que crecen rápidamente, que se ven en las calles expresando una cantidad inmensa de gente en torno a la protesta social, o de apoyo a ciertas políticas de Estado, pero que después no están pensando en una estrategia de largo plazo respecto de dos cuestiones centrales, la no dependencia absoluta de los recursos económicos del Estado y la no dependencia absoluta de un liderazgo unipersonal.

Creo que en el caso de la Tupac Amaru esas dos cuestiones se han combinado al punto de llegar a, pasados seis meses y con su líder detenida, no encontrar rastros de la organización en la provincia de Jujuy.

M.H.: ¿En qué situación están los barrios construidos por la organización? Porque la cárcel de Alto Comedero está en el barrio de la que sería una de las experiencias centrales de la Tupac Amaru.

M.P.: Yo pude pasar por ahí pero no hablar con gente del lugar porque no tenía los contactos para hacerlo. La sensación que me queda es lo que te decía recién, han quedado una serie de conquistas que son evidentes a los ojos de quien pase por ahí, un barrio con alrededor de 3.000 casas construidas por la Tupac Amaru durante estos años, un club, pileta de natación; toda una experiencia de tipo social vinculada a la subsistencia. Pero después lo que pude ir charlando informalmente es que ha quedado una sensación de miedo en la gente que se traduce en una no participación. Ahí es donde uno se pregunta no solo con la libertad de Milagro Sala, sino por esas conquistas materiales que se han obtenido. Cómo puede ser que no haya gente que esté dispuesta a salir a luchar por defender esas conquistas y ampliarlas, en un contexto social y económico muy complejo para quienes ya ganaron la casa pero perdieron el trabajo, o ya no tienen alguno de los beneficios sociales que implica participar en una organización social que resuelve mucho más que un puesto de trabajo o un techo donde vivir. Esta situación no se ve hoy, se ve más bien una desmovilización.

M.H.: ¿Cómo la viste a Milagro?

M.P.: En la crónica cuento que fue una situación bastante atípica porque estaban festejando en el penal el Día del niño, con lo cual el recorte es más bien delgado. Lo que pude ver es a una Milagro Sala muy íntegra, muy firme en sus convicciones respecto de hacer dentro de la cárcel el trabajo que hacía afuera en cuanto a la militancia más allá de las diferencias políticas que uno pueda tener respecto del modo de encararla. La vi muy ligada a esa actividad. Lejos de lo que había circulado un tiempo antes con versiones que afirmaban que estaba muy mal, deprimida.

M.H.: Se habló incluso de que quería quitarse la vida.

M.P.: Sí. Pero yo la vi muy bien, en éste contexto que te menciono.

M.H.: ¿Pudiste dialogar acerca de por qué no ha aceptado la prisión domiciliaria?

M.P.: No. Porque lo primero que me dijo fue que no estaba dando entrevistas, entonces fue más bien un diálogo informal a partir del cual traté de ir sistematizando algunas cuestiones más específicas para poder contarles a los lectores, pero no me habló de ese tema.

M.H.: Por otro lado, uno de los elementos que das en la nota son las dificultades que está teniendo la defensa de Milagro Sala.

M.P.: La situación de los abogados es muy complicada por las intimidaciones que llegaron al punto de que intentaran abrirles causas a los abogados defensores. Así que también en eso se ha reducido el número de abogados que está tratando la causa en este momento.

M.H.: ¿Querés agregar algo más sobre este tema?

M.P.: De la mano de la situación política y social que estábamos describiendo hace unos momentos, también está la situación comunicacional y hoy más que nunca se hace necesario sostener experiencias de comunicación popular, autogestivas, comunitarias, desde abajo. La larga década que se fue también deja tristemente como saldo una Ley de medios muy en los papeles y poco en los hechos, con una necesidad acuciante de multiplicar las voces y denunciar los atropellos del poder.

M.H.: En ese sentido creo que ha sido una experiencia muy importante la que hicieron el mes pasado los compañeros de la RNMA en la ciudad de Posadas, en Misiones, en lo que fuera el 13º Encuentro de la Red que reunió una cantidad de experiencias, no solamente de nuestro país sino también de los vecinos países de Brasil y Paraguay.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.