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El bluff de una Costa Rica "ecológica"

¿Quiénes pagaron por el informe de la Fundación Neotrópica?

Fuentes: Tortilla con sal

El diario oficialista de Costa Rica, La Nazi-ón, publicó el 8 de enero un artículo donde afirma que «los daños por servicios ambientales en la zona de isla Calero, Pococí, en Limón, podrían superar los $10 millones anuales», es decir, que esa sería la suma (o el tipo de suma) que los enloquecidos funcionarios costarricenses […]

El diario oficialista de Costa Rica, La Nazi-ón, publicó el 8 de enero un artículo donde afirma que «los daños por servicios ambientales en la zona de isla Calero, Pococí, en Limón, podrían superar los $10 millones anuales», es decir, que esa sería la suma (o el tipo de suma) que los enloquecidos funcionarios costarricenses estarían demandando de Nicaragua ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ) de La Haya.

¿La fuente sobre la que basan esa suma? Un informe con todas las de la ley (de la selva capitalista) elaborado por una fundación supuestamente «verde»: la Fundación Neotrópica – un grupo cuyo nombre suena más a un tipo nuevo de droga que a desarrollo sostenible, medio ambiente, selvas vírgenes, humedales impolutos o lo que se quiera asociar en ese sentido.

La Nazi-ón escribe que «Bernardo Aguilar, director ejecutivo de la Fundación, dijo que entregarán el documento a la Cancillería como un aporte a las pruebas de Costa Rica sobre el perjuicio provocado por Nicaragua con la invasión a Calero, en el marco del proceso que se iniciará el martes en la Corte Internacional de Justicia».

Según el pasquín guerrerista de San José, el estudio de Fundación Neotrópica se basa en el ampliamente cuestionado y cuestionable informe de la Comisión Ramsar hecho por encargo de Costa Rica sin haber visitado ni el terreno ni a la vecina Nicaragua, cuyo sumo imperio sobre el San Juan (de Nicaragua) ya ha sido ampliamente establecido por laudos, tratados, y la propia CIJ.

La munición de guerra del informe neotrópico le vino como anillo al dedo al destemplado canciller tico, René Castro, para declarar a la Nazi-ón que $10 millones «es un cálculo que refleja un orden de magnitud inicial» del daño y, al mejor estilo Al Capone, agregar que Nicaragua debería detener el dragado «antes de que las consecuencias sean más graves», ya que «los efectos indirectos pueden superar los actuales».

Para cualquiera con oídos para oír y ojos para ver esto es una amenaza digna de un Robert De Niro o de un Al Pacino. Por desgracia para Castro, los jueces de La Haya han ido al cine más de una vez en su vida y no se dejarán impresionar tan fácilmente.

Sin embargo, las amenazas del envalentonado funcionario tico están avaladas por una mafia verdaderamente terrorífica; porque tras de la famosa Fundación Narcotrópica, perdón, Neotrópica, se esconde un cártel de intereses inconfesables aunque conocidos.

La Fundación Neotrópica se formó en 1985, en la negra década de los 80’s cuando la plata de la CIA y sus redes lavadoras inundaron la región – en varios lugares de sangre. También fue la década de implementación del neoliberalismo, con sus redes de ONGs correveidiles del Banco Mundial, el Fondo Monetario, de la OMC y todas las instituciones mundiales obsesionadas por privatizarlo todo, lo más rápido y lo más barato posible.

El objetivo de la Fundación, según sus propias palabras, es el de contribuir «en la facilitación de medios técnicos, científicos y financieros para la promoción y desarrollo de opciones de producción y manejo sostenible de los recursos naturales y protección de la biodiversidad». En la práctica hacen de todo, desde proyectos en parques nacionales hasta recolección de datos sobre el terreno… e informes arreglados.

Resulta que es en los años 80 que el tema del medio ambiente se empieza a poner de moda, sobre todo la idea de perfilar a Costa Rica como un país «ecológico». Esto se hace al mismo tiempo que se promueve el credo neoliberal de que entre más privado, mejor: «Participación Público-Privada» es el nombre bonito que inventaron para, con plata dulce del Banco Mundial, del FMI y de la USAID, promover la explotación capitalista de todo, incluyendo el medio ambiente.

A inicios de 1989, 16 instituciones del estado y ONGs ticas, entre ellas la Neotrópica, formalizaron la creación de un supuesto instituto para proteger la biodiversidad, es decir, la diversidad de especies presentes en suelo tico. El objetivo de este instituto, que se ha dado en llamar INBIO, es muy noble, pero en el papel. Lo que INBIO ha hecho en la práctica desde ese entonces ha sido vender (a precio de guate mojado) los genes de más de tres millones de especímenes de artrópodos, plantas, hongos y moluscos de los ecosistemas de Costa Rica en lo que verdaderos ecologistas de ese país llaman «un exitoso modelo de biopiratería».

En 1991, la negociación de un contrato con la farmacéutica Merck, en la que, según dicen, nunca estuvo presente el Ministro de Ambiente tico, le permitió a INBIO obetener el estatus de negociante internacional en el terreno de la diversidad biológica.

Por un millón de dólares (más 100 mil para el gobierno tico) INBIO le dio toda la información que la multinacional alemana quiso sin responder a preguntas molestas como el número de muestras contratadas, el porcentaje de las eventuales regalías, quién sería propietario de las patentes, las consecuencias del patentamiento de genes y especies sobre las comunidades locales, la posibilidad de erosión de la soberanía, de Costa Rica, etcétera.

Los beneficios de los contratos de INBIO para el país, las universidades públicas, áreas de conservación y otros organismos costarricenses entre 1990 y 1999 no llegaron a los 2,3 millones de dólares. Lo que habrán ganado los firmantes de los más de 30 contratos que INBIO realizó durante ese período es difícil de imaginar.

Adivinen quién fue el genio tras la formación de INBIO: Nada más ni nada menos que el ex presidente que se quebró tres costillas hace unas semanas, el bueno de Óscar Arias, mentor político de Doña Chinchilla, que en su momento emitió el decreto que legalizó al este instituto de apariencia pública pero en realidad privado.

Adivinen ahora qué papel jugó la Fundación Narcotrópica en todo este asunto: Pues nada más ni nada menos que regalarle a INBIO la base de datos de las especies ticas que hasta ese momento había recolectado, que es como decir, su capital inicial. Desde ese entonces INBIO y la Neotrópica son uña y carne.

La Costa Rica «ecológica» es un bluff tan grande como la Costa Rica democrática y bien portada. La Fundación Neotrópica (¿o se llamaba Narcotrópica?) es parte del complejo de intereses entre la clase gobernante, los grupos capitalistas, las transnacionales y la bien pagada comunidad científica local e internacional.

El informe de Neotrópica sobre los supuestos daños del dragado del Río San Juan en Costa Rica, no representa el punto de vista de desinteresados ecologistas o ciudadanos de a pie preocupados por el medio ambiente. Como ya sabemos, se trata de un Informe Psicotrópico en la Guerra Psicológica que lleva adelante Costa Rica para ganar en los medios un pleito que tiene perdido por derecho.

Para saber a qué intereses sirven los informes psicotrópicos de la Neotrópica, un buen punto de partida es ver quiénes la financian. No crean que se mantiene de lo que juntan alcancía en mano en los barrios populares de San José, en las iglesias o entre los niños de escuela.

Por ejemplo, un informe con el código COS/03/43 de la USAID indica que «de marzo de 1990 a marzo de 1996, la Agencia Internacional para el Desarrollo de Estados Unidos (USAID) financió a la Fundación Neotrópica el proyecto llamado ‘Programa para la restauración del Bosque en Osa’ – BOSCOSA». Para ese proyectito, la Psicotrópica recibió nada más ni nada menos que 2 millones 162 mil dólares del gobierno que inventó aquella frase «nosotros no tenemos amigos, sólo intereses».

En realidad, la Fundación Neotrópica ha sido una fiel contraparte de la USAID desde su fundación hasta la fecha.

Otro informe de la USAID sobre un proyecto conjunto entre el mercenario medioambiental Conservation International y la multinacional Starbucks Coffee Company, revela que entre 2004 y 2007, estas organizaciones desarrollaron «una alianza muy fuerte» con la Fundación Neotrópica y con otros grupos ticos como AMSA, Delicafe, CoopeAgri, Lilas Estate, FUNDICCEP, y Hartmann Farms creando así «un grupo sostenible de socios» en el país.

Pero además, la Neotrópica también lo ha sido de muchas otras empresas multinacionales y costarricenses. Veamos la lista de empresas que, a cambio de una módica suma o aporte en especie, la Neotrópica incluye entre sus amigas:

Grupo Cesa (calificado de ‘Miembro Honorario’, representante en Centroamérica de Sun Microsystems y de otras 10 grandes multinacionales de las tecnologías de la información), el Ingenio Taboga, Dos Pinos, Holtermann y Cía, el Hotel Real Intercontinental, los Molinos de Viento del Arenal, la Planta Hidroeléctrica Don Pedro, la Planta Hidroeléctrica Río Volcán, Praxair Costa Rica, Almacenadora / Logistix, Marbella Tours, Swiss Travel Service Costa Rica, La Despensa, Costa Rican Trails, Apartotel Los Yoses, Baltimore Spice, Cocorisa, Corporación Automercado, Costa Rica Marriott Hotel, Expediciones Tropicales, Hotel Ramada Plaza Herradura, Industrias DOYCO, Los Sueños Marriott Ocean & Golf Resort, San José Courtyard, Vetim S.A., Apartotel Villas del Río Costa Rica Exótica Natural, Electrofrío, Exactus de CR, Hotel Barcelo Palma Real, Hotel Fleur de Lys, Hotel Karahé, Hotel Pachira Lodge, Hotel San Gildar, Hotel Villa Caletas, Resintech, Samoa Lodge, Vemsa, Ogilvy Costa Rica, Marbella Tours, Agencia de Publicaciones de Costa Rica, La Despensa, Solid Car Rental, Videotek, Revista Summa, Revista Mercados y Tendencias, Grupo de Emisoras Columbia, Radio Dos, Radio 95.5 Jazz, Radio Musical, Radio Romance, Radio Centro, Radio Pampa, Radio Super Estación Radio Malpaís, UbaSound, AMNET de Costa Rica, Cabletica, Teletica Canal 7, Repretel, UrbanetTV – ConoceTV. Otros benefactores o socios de la Neotrópica son Lanier de Costa Rica (impresoras), y la Cementera CEMEX de México.

Y por si eso fuera poco, a mediados de 2010 la Neotrópica fue aceptada en el círculo más selecto de la mafia global de la privatización del agua, la red Global Water Partnership (GWP), que junto al FMI y el Banco Mundial, impulsan la actividad de compañías privadas dedicadas al negocio del agua, restringiendo la inversión estatal en el sector de abastecimiento de agua potable.

En los años en los que luchábamos por salvar la empresa pública del agua ENACAL, el Movimiento Social Nicaragüense escribía que percibía a GWP «como un organismo carente de base social, integrada por consultores contratados -por las empresas transnacionales involucradas en el negocio del agua-, cuya tarea es preparar el camino de las privatizaciones, a través del establecimiento de relaciones con el Estado y con otras organizaciones civiles».

Todo el respeto a los ambientalistas ticos, porque ser ambientalista en Costa Rica puede costar la vida, como les sucedió a Maria del Mar Cordero, Jaime Bustamante, Oscar Fallas y varios otros en las últimas décadas, o correr el riesgo de que les quemen sus casas, o recibir amenazas anónimas como no hace mucho denunciaron tres jueces del Tribunal Ambiental Administrativo, o ser encarcelados, o tener que realizar prolongadas huelgas de hambre, etcétera.

Organizaciones «narcotrópicas» como la Neotrópica con sus informes psicotrópicos que alientan el guerrerismo contra un pueblo que sólo quiere pan, trabajo y paz no tienen nada que ver con el medio ambiente sino con intereses privados e imperiales necesitados de un camuflaje civil para sus guerras de conquista por más que, como la mugre, se metan en todos lados y se intenten disfrazar de progresistas.

Fuente: http://tortillaconsal.com/tortilla/node/7581