Gregorio Morán | 

Me abruman los juancarlistas, quizá por su ingenuidad interesada; se pueden resumir en aquellos a quienes les ha ido bien en estos años de silencios y cegueras.

Víctor Arrogante | 

Hugo Martínez Abarca | 
Entrevista a Pura Sánchez, investigadora y autora de libros como "Individuas de dudosa moral" y vicepresidenta del Ateneo Republicano de Andalucía.

Olivia Carballar | 
Cuentas en Suiza, donaciones millonarias y tarjetas opacas

Elena Herrera | 

Los reyes eméritos han cobrado más de tres millones de euros en salarios públicos en la última década, pero su desorbitado tren de vida se cubría con aportaciones de empresarios y líderes de dictaduras, que ahora motivan investigaciones por blanqueo en los tribunales.

Nicolás Murga Mendoza, ayudante de campo del rey emérito hasta pasar a la reserva, es el testaferro del dinero que el millonario mexicano Sanginés-Krause presuntamente puso a disposición de la familia real para gastos personales.

Los movimientos de estas tarjetas, cuyos fondos proceden del extranjero, son posteriores a la abdicación del rey emérito, por lo que no están amparados por la inviolabilidad constitucional que le protege de ser juzgado en otros casos

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La cuestión que planteamos es desde luego importante y está muy presente en amplios sectores de la sociedad española. Si escogemos la vía de la reforma para acceder a la República, es decir, un referéndum organizado por el bloque de poder que promovió el golpe militar del 36, sostuvo la Dictadura durante cuatro décadas y mantuvo este régimen postfranquista del 78 hasta nuestros días, entonces, aun ganando la batalla de las urnas —que estaría por ver—, la República venidera sería una república bicolor, una república capitidisminuida.

Tomás F. Ruiz | 

Que la corona de España disponga de tres cajas fuertes y de una máquina para contar dinero en sus dependencias palaciegas, pagado todo a expensas del erario público y asentado en la relación de gastos que se aprueba para la Casa Real, evidencia que, al margen de las asignaciones económicas que les corresponden por su cargo como jefes del Estado español, nuestros recelosos monarcas manejan a nuestras espaldas dinero negro de una forma habitual.