Kintto Lucas | 

En medio de la guerra global que vivimos, el coronavirus se está transformando en un ensayo de control social hacia un futuro de incertidumbre y crisis político-económica del capitalismo dominante y periférico.

El mensaje del gobierno al pueblo, es claro: o mueres contagiadx por coronavirus si vas trabajar o mueres de hambre. El Estado que abandona, no cumple con su obligación de proteger y garantizar vidas dignas. A la par, ese mismo Estado promueve el regionalismo, el racismo y el clasismo, de las clases medias y altas, el mismo que vivimos en octubre durante el paro.

A pesar de que Trump afirmara hace dos semanas que la pandemia de covid-19 era «imprevisible», un informe del Pentágono, revelado por ‘The Nation’, ya avisó en enero de 2017 de que «la amenaza más probable y significativa es una nueva enfermedad respiratoria».

Roberto Laxe | 

Asja Fior | 

Para el gobierno la salud no se entiende como una práctica comunitaria que aborde el tema preventivo de cuidado, sino como un mecanismo de control por parte del Estado.

Voces de Guayaquil, epicentro de la pandemia en Ecuador

Centro de Guayaquil

«Hay familias en las que comparten hasta tres personas una cama, casas sin espacio suficiente, donde si hay un enfermo no es posible de una manera real mantener el aislamiento. Esas personas se van a contagiar», dice Ricardo Bohórquez.

En Estados Unidos el avance del coronavirus sigue a ritmo acelerado para convertirse rápidamente en el epicentro de la tragedia. En todo el país se registraron hasta el sábado 4 de abril, 305 mil 820 casos positivos, la cifra más alta en todo el mundo, y el número de muertos escaló a 8.291.

En muchos casos hay que pagar para curarse y además uno de cada cuatro trabajadores no cobra si está de baja médica.