Estos últimos días Occidente se ha encargado de demostrar que la crisis de Ucrania hasta ahora sólo está beneficiando a Moscú y no deja de producir efectos no deseados por los agentes del Departamento de Estado, confirmando el nivel de improvisación del plan del Pentágono, que con la pretendida defensa de Ucrania esperaba poner de rodillas al presidente Putin y desmembrar a la Federación de Rusia.