Se hace siempre difícil escribir sobre una guerra en un país africano, aunque se trate de uno de los más grandes, influyentes y poblados del continente. La desatención informativa por África contribuye no poco a esto. La percepción de que allí el conflicto es algo inevitable, debido a las condiciones pavorosas de pobreza, ausencia de valores democráticos, bajos niveles de civilidad, ambiciones sin freno y otros tópicos al uso crean una pereza en el ciudadano occidental y obligan a un esfuerzo mayor del acostumbrado.