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Paraguay

«A las víctimas de la dictadura se nos castiga, dando el título de general del Ejército de la República del Paraguay a Stroessner»

Fuentes: Rebelión

En las vísperas del 3 de febrero de 2012, las luchadoras antidictatoriales del Colectivo de Ex Detenidas Políticas del Paraguay «Carmen Soler,» convocan fraternalmente a las organizaciones y personalidades del campo popular, a sumarse a la lucha pacífica por la soberanía del Paraguay y segundo, en favor de la Unidad y la Democracia en Latinoamérica […]

En las vísperas del 3 de febrero de 2012, las luchadoras antidictatoriales del Colectivo de Ex Detenidas Políticas del Paraguay «Carmen Soler,» convocan fraternalmente a las organizaciones y personalidades del campo popular, a sumarse a la lucha pacífica por la soberanía del Paraguay y segundo, en favor de la Unidad y la Democracia en Latinoamérica en el marco de la campaña «Querellar a los represores stronistas, es frenar la represión en contra del pueblo campesino».

El deber que tenemos los que nos reconocemos como patriotas antiimperialistas, es contribuir a la unidad de Latinoamérica, promoviendo la aprobación parlamentaria del ingreso de Venezuela al Mercosur como aporte a la erradicación de la injerencia norteamericana de nuestros asuntos internos.

Segundo, de la misma manera como antidictatoriales consecuentes y con compromiso llamamos a promover que el Congreso ratifique el Protocolo de Montevideo sobre Compromiso con la Democracia en el MERCOSUR (Ushuaia II.) firmado por el presidente Lugo en diciembre del 2011. Día a día, se muestra con más claridad que el sistema de dominación política, que llamamos stronismo sin Stroessner tiene una matriz dependiente de los intereses imperialistas de EEUU y la represión política de los elementos más avanzados del pueblo.

La falta de resultados en materia de reforma agraria, y en segundo lugar, la violación de los DD.HH. del campesinado (la impunidad de los asesinatos de dirigentes campesinos, la militarización de las comunidades, la judicialización de la protesta social y los presos políticos de origen campesino) ha producido el consiguiente desencanto y la reducción cuantitativa y cualitativa de la participación electoral del pueblo. En las últimas elecciones votó sólo el 45 % del padrón abandonando todos los cargos municipales a la Asociación Nacional Republicana – ANR,- partido cuyos sectores dominantes promueven la represión, los agronegocios y el latifundio.

El gobierno de Fernando Lugo no ha podido realizar su voluntad para terminar con las centenares de miles de familias sin tierra y el masivo desplazamiento forzoso hacia las zonas urbanas y el exterior.

Reconocemos, en la historia reciente de la injerencia imperialista de EEUU, la causa fundamental de esta situación política y social. En el año 1992, la USAID (Agencia de ayuda internacional del Departamento de Estado de EEUU) cerró bajo llave la posibilidad de cambio democrático en Paraguay, tanto en la factura de la nueva Constitución Nacional (C.N.) como en el código procesal penal, lo cual daría inicio a la etapa que podemos coincidir en llamar, stronismo sin Stroessner.

Este sistema de dominación política, basado en la represión de las aspiraciones del pueblo, se sostiene con la impunidad de los represores y el incumplimiento de las recomendaciones dadas por la Comisión de Verdad y Justicia en el «Informe Final» sobre el Genocidio en Paraguay. En aquel, los representantes de los poderes del estado se comprometieron con las víctimas y el pueblo en la «eventual sanción por las responsabilidades penales que emerjan,» entre los funcionarios del estado.

La clave jurídica de esta situación de impunidad, hay que buscarla en el triste privilegio, compartido con Guatemala, de un Código Procesal Penal que sigue careciendo de la figura del querellante particular. Esto impide sentar en el banquillo de los acusados a los criminales de lesa humanidad, (por ahora) convirtiéndose así, en una de las claves de la vigencia del stronismo sin Sroessner. Segundo, otra de las claves es que hasta hace pocos meses, nuestro país era el único en el mundo con una CN que limitaba los derechos democráticos de los paraguayos residentes en el exterior.

La reciente modificatoria del art. 120 de esa C.N. no ha evitado que se siga excluyendo al 15 % del padrón nacional. Juan Manuel Morales, quien fuera agente del stronismo entre los trabajadores bancarios y por cuya delación fueran sometidos a cárcel y torturas muchos compañeros antidictatoriales (como el abogado de nuestro movimiento Rubén Lisboa) viene saboteando la profundización de la democracia en el sistema de partidos. El STJE, bajo su conducción, impide el derecho constitucional del ejercicio electoral de los compatriotas residentes en el exterior.

Hacia finales del s. XIX, los ejércitos de la Triple Alianza impusieron el mercado capitalista de tierras, mediante el simple expediente de asesinar toda la población masculina de más de 10 años. Aún hoy, el Congreso impide recuperar el régimen de propiedad de tierras popular y campesino de Francia y los López. La dictadura de Stroessner vino a completar la faena, hoy las tierras usurpadas solo se pueden recuperar con la aprobación parlamentaria y caso por caso. En consecuencia, queda obturada toda posibilidad de reforma agraria. Al pueblo campesino solo le queda hablar de «bienes mal habidos» y recuperar políticamente las tierras usurpadas por el latifundio y el agronegocio. Este modo de lucha, expone a los activistas campesinos de los movimientos sociales al sistemático ataque a sus DD.HH.

Los jueces que intentan administrar justicia son atacados por el Jurado de Enjuiciamiento de Magistrados (J.E.M.). Se los intimida, se los sanciona y si no alcanza se los destituye. Tal el caso del Juez Bonzi y el Juez de Paz Martinez Ramirez, quienes fueron destituidos por dictar fallos ajustados a derecho, en casos en que los agentes del latifundio intentaban imputar, con causas falsas, a referentes campesinos.

La creciente pérdida de soberanía, en Paraguay, es evidente. Las agencias de EE.UU. han ido copando las áreas más importantes del Estado, a través del Plan Umbral I y II. La presencia, inaceptable, del embajador de EEUU, Thessin, en las acciones de gobierno más importantes, es solo el síntoma de un diseño político, que muestra más rasgos de continuidad que de ruptura, con el período de 61 años de gobiernos colorados. Este embajador visitó las oficinas de la Secretaría de Acción Social – S.A.S. -, en momentos en que el Congreso Nacional denegaba recursos, en el presupuesto 2012, para la asistencia que el estado da a centenares de miles de familias en extrema pobreza. Luego de este claro chantaje, se otorgó la financiación a través del gobierno de Taiwan (afín a EE.UU.) para el programa Tekopora de la S.A.S., como años anteriores lo hiciese la USAID de manera directa y como es público.

Asimismo, es pública la presión de la embajada de EEUU para imponer funcionarios públicos del más alto rango, como lo fue, la presión ejercida por el embajador Thessin, en la Fiscalía General, pocos días antes de la asunción del nuevo fiscal general Díaz Verón.

Advertimos, que la injerencia de los agentes de EEUU se ha centrado, de manera creciente, en preocupantes políticas, en las cuales prima la centralidad de las soluciones militares y de violaciones sistemáticas de los DDHH. Esto es claro, si se observa que la misión anterior de Liliana Ayalde (la embajadora saliente) había sido la dirección de la USAID en Colombia; Thessin (embajador entrante), en cambio, viene de la asesoría en temas de DDHH y militares del Departamento de Estado. Efectivamente, el año pasado, Thessin, se mostró fiscalizando personalmente los instalaciones militares y de seguridad en el Departamento de Concepción, durante el estado de excepción dictado por el gobierno. Señalamos, que el Curso de Operaciones Rurales, dado por los instructores yankis a más de 100 efectivos de la FOPE, nos retrotraen a la Doctrina de Seguridad Nacional y la violación sistemática de los DDHH, es decir, a lo más tenebroso de nuestra historia reciente. Como se ve, estamos frente a una situación de inaceptable injerencia norteamericana en nuestros asuntos internos y de pérdida de soberanía generalizada en todos los poderes públicos.

Dicho lo cual, primero, concluimos que la lucha antiimperialista, nos llama a colaborar con todas nuestras capacidades, hasta conseguir que el Congreso Nacional apruebe el ingreso de Venezuela al Mercosur, realizando un significativo aporte, creemos, a la unidad latinoamericana.

Hace 23 años, el contexto continental, favorable a la recuperación de los sistemas democráticos y el final de la guerra fría, posibilitó que el pueblo torciese la correlación de fuerzas en Paraguay. Los stronistas y los agentes imperialistas de EE.UU., acorralados, decidieron realizar un autogolpe.

Por esta razón, segundo, llamamos a los compañeros y compañeras, a hacer honor a la lucha antidictatorial de nuestros abuelos, padres, hermanos e hijos que han sido detenidos, torturados, asesinados, descuartizados, desaparecidos y conseguir, que el Congreso ratifique el Protocolo de Montevideo sobre Compromiso con la Democracia en el MERCOSUR (Ushuaia II.)

El 3 de febrero de 1989 finalizó la dictadura de Alfredo Stroessner, este genocida murió impune, rodeado de su familia y amigos, para vergüenza de la patria y de la humanidad. Los sectores dominantes de la ANR, todavía lo reconocen como presidente honorario del partido.

Allá ellos.

A las víctimas de la dictadura se nos castiga, dando el título de general del Ejército de la República del Paraguay a Stroessner e imponiéndonos la actual situación política, gravosa para nuestra conciencia y nuestra historia.

¡ Cambiemos esto !

¡ Basta ya de 23 años de tutela yanki y stronismo sin Stroessner !

Todos por la soberanía del Paraguay, por la Unidad y la Democracia en Latinoamérica.

Campaña «Querellar a los represores stronistas, es frenar la represión en contra del pueblo campesino.»

COLECTIVO DE EX – DETENIDAS POLÍTICAS DEL PARAGUAY «CARMEN SOLER.»