Artículos
El racismo de los ricos, la violencia criminal del paramilitarismo, las deliberaciones antidemocráticas del militarismo pro yanqui, el exterminio de las mujeres, la corrupción impúdica de la justicia, el naufragio de la política, las pandemias que seguirán matando a más pobres, los jóvenes sin proyecto de vida, la derecha que cree tener el derecho natural de gobernar el país, una pesada carga de traidores y oportunistas… son razones para hacer la revolución, pero las razones no hacen las revoluciones.
El gobierno tomó importantes medidas económicas: bono contra el hambre; reintegro en efectivo del impuesto al valor agregado; creación de un impuesto a las grandes fortunas; incremento de la inversión pública a 4.011 millones de dólares; fideicomisos de apoyo al sector productivo y a la promoción de políticas de sustitución de importaciones por 911 millones de Bs.; y en salud gestiona vacunas sputnik, pruebas de antígeno nasal y suministros de bioseguridad, además de garantizar la gestión escolar.
Hoy la derecha en nuestra región expresa un desprecio por lo democrático y recurre a los golpes de Estado parlamentarios (Honduras, Paraguay, Brasil), o los golpes militares (Venezuela, Bolivia).
La causa más importante por la que el MAS gana las elecciones es que el proceso de cambio tiene un compromiso con el pueblo y la historia: transitar por la reconducción del proceso de cambio. La realización de este compromiso se confronta con un dilema ¿si el MAS hace la reconducción la derecha no conspirará?
Cuando la derecha asaltó el gobierno mediante acciones violentas y anticonstitucionales que develaban su carácter antinacional (desconocimiento de los resultados de las elecciones del 20 de octubre; llamamientos a posesionar presidentes, cuando no había concluido el recuento electoral; quema de instituciones y urnas electorales; policía y ejército deliberando y pidiendo renuncia de un presidente constitucional; […]
La historia y el pueblo boliviano saben que Mesa representa el fracaso de todos los esquemas de la derecha; saben que la propuesta de Mesa no será exitosa en las actuales condiciones de crisis estructural; saben que Mesa fallará porque es un ser inferior al reto que plantea en este momento la historia, entonces la pregunta urgente es ¿por qué la derecha y la embajada apuestan por Mesa? ¿por qué todas las empresas encuestadoras (sobornadas por la embajada) poco a poco nos han llevado a este imaginario del empate entre Lucho y Mesa? ¿por qué nos quieren llevar a una segunda vuelta?
En la primera parte del siglo XVIII, la burguesía fue partidaria del despotismo ilustrado, una forma de limitación del poder de los reyes que no pasaba por la historia, sino por el saber, la filosofía, la técnica.
O la democracia de la urnas previene la violencia, o la violencia de la derecha desencadena la democracia.
Una crisis de pensamiento es una crisis de ideas, que se expresa en discursos, mensajes, argumentos sin sustentación, es un pensamiento que no aprovecha ninguna coyuntura o crisis política para transformar las desventajas en ventajas; por tanto, esa crisis de pensamiento, también es una crisis del sentido y de la significación de la acción política, situación que llevará a la crisis de la credibilidad de cualquier proyecto político y de su liderazgo.