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El autor de Tijuana: crimen y olvido (Tusquets) habla de la guerra del narcotráfico, una realidad que tiene cada vez más ficciones y más lectores en un México convulsionado. «Cuando el narcotráfico te marca, mueres», informa el escritor.
La serie de entrevistas televisivas que el sociólogo y senador porteño por el Frente para la Victoria realizó con once presidentes de la región ahora tiene forma de libro, con el agregado de testimonios, anécdotas o ideas que no pudieron incluirse en los programas.
En su última novela, la escritora nicaragüense plantea un país imaginario, Faguas, donde el gobierno está a cargo del Partido de Izquierda Erótica, más libertario que feminista. El movimiento realmente existió en el país centroamericano y ahora Belli intenta reflotarlo.
El escritor mexicano recupera en su último libro a personajes de Emilio Salgari, pero en su pluma lucen más anarcos y libertarios que en el «original». «Yo soy marxista de Los Tres Mosqueteros y antiimperialista de Sandokán», sostiene.
Hoy conducirá la ceremonia de traspaso a Islandia, próxima invitada de honor. El Premio Cervantes habla de los poemas, la eternidad del libro y la coyuntura: «Hay una nueva era de golpes de Estado, debemos estar en vigilia permanente».
El último caso de Rodolfo Walsh, su última novela, funciona como un thriller que incluye al escritor y militante como personaje. En la ficción, Walsh tiene que investigar qué pasó con Vicki, si la mataron o está secuestrada como prenda de negociación.
«Mientras que si uno lee los medios, parece que cambia todo el tiempo», señala el escritor argentino Ricardo Piglia, que entrega otra de esas novelas que terminan llenas de subrayados del lector.
Sociólogo, iracundo, publicitario, novelista, poeta, terminó firmando sólo con el apellido -«como Sócrates»- y provocando hasta el final. Una complicación pulmonar fue la factura que le llegó ayer a la tarde.
El hijo del único periodista que en los ’70 denunció las desapariciones en el Buenos Aires Herald reconstruye esos años negros, y recalca que para Robert nunca hubo una noción «heroica»: «Siempre pensó qué sólo estaba haciendo su trabajo».
Una madrugada fría, triste y trágica en el barrio de Belgrano. Una leyenda en el escenario de un múltiple crimen –en una iglesia- congela la sangre: «Estos zurdos murieron por ser adoctrinadores de mentes vírgenes». La frase -imposible de olvidar- estaba junto a los cadáveres acribillados a balazos de los sacerdotes Alfredo Kelly, Alfredo Leaden […]