Si alguien cree que lo sucedido en el Congreso norteamericano, el pasado miércoles seis, cuando una horda de imbéciles, creyendo que la revolución blanca se había iniciado, intentaron tomarlo, es grave, se equivoca: como mucho es pintoresco.
Categoría: EE.UU.

El proceso de degeneración de la democracia americana, lo que Chalmers Johnson definió como la emergencia de la presidencia imperial y la atrofia de los poderes legislativo y judicial, es un proceso que tiene profundas raíces en el complejo militar-industrial de posguerra.

Vaya por delante la condena. Pero de allí a lanzar loas a la democracia estadunidense es una falta de respeto. Menos aun señalar su ejemplaridad.

La dramática situación de Los Ángeles, indica la magnitud de la crisis moral que carcome a los Estados Unidos.
Necesitamos organizarnos no sólo para enfrentar a la extrema derecha, sino también para enfrentar las condiciones en las que la extrema derecha puede crecer.

Circo, propaganda y fábula de “democracia” bajo la dictadura del capital

A diferencia de lo que dice Joe Biden, lo que hemos visto en el Capitolio expresa exactamente lo que es Estados Unidos. Está en crisis una democracia putrefacta.

El concepto de democracia bipartidista estadounidense -que se impuso en el globo terrestre como una metástasis incontenible durante los años dorados posteriores a la Segunda Guerra Mundial- ha quedado pulverizado.
Ni los demócratas, ni otro republicano, ni Trump en 4 años resolverá la contradicción interna del capitalismo en EE.UU., que se sostiene sobre la base de la emisión monetaria y de deuda pública

En los gravísimos sucesos del miércoles, propios de las “anarquías populistas” que Washington ve –y vitupera- por doquier en los países de la periferia hay una indudable corresponsabilidad de los dos partidos.