El mundo no aguanta más, es decir, las sociedades y sus naturalezas. Las evidencias están a la vista con la confluencia de la pandemia del COVID-19, la crisis ecológica de escalas local, regional, nacional y global, la amenaza latente de una guerra nuclear, y la desigualdad social tocando su máximo nivel en la historia de la especie.
Categoría: Otro mundo es posible
En el presente artículo nos proponemos sintetizar algunas claves del debate que establecemos en entre la Economía Social y Solidaria (ESS), la teoría de los comunes en diálogo con perspectivas feministas. El cruce de miradas que desplegamos busca articularuna serie de debates que enriquecen el abordaje de la complejidad de estas experiencias.
Dejan atrás el edificio donde se forjó un hito colectivo, golpeados por el veto a la expropiación, los tarifazos y la pandemia, pero se llevan a otra parte, intacta, la construcción de 17 años de lucha.
El ecofeminismo deconstruye la imagen del hombre autónomo y pone en el centro las vulnerabilidades e interdependencias de los cuerpos con su entorno. El bien común surge del reconocimiento colectivo de esas relaciones de cuidados e intercambio hacia el territorio.
Cuando los enfrentamos nosotrxs, estómagos hambrientos, los imperialistas buscan sus armas. Cuando los imperialistas nos enfrentan, nosotrxs estómagos hambrientos, unimos nuestros brazos y marchamos hacia adelante.
Debemos pensar en otro mundo, el pospandémico, donde cientos de millones de personas quedarán sin empleo y por ende, al borde de la pobreza y el hambre. El principal problema de la humanidad será la democratización del hambre y garantizar la alimentación de todos y todas.
«Necesitamos alimentar otra imaginación. La gente está cultivando otro futuro, tenemos que visibilizarlo», afirma Naomi Klein.
Desde la I Revolución Industrial el desarrollo se ha sustentado sobre el consumo de energías fósiles, primero el carbón y después el petróleo y el gas. Previsiblemente, en los próximos años su consumo aumentará exponencialmente por la industrialización de los países emergentes. Es decir, la demanda aumentará mientras que las reservas serán cada vez menores por lo que llegará un momento en que se producirá un colapso energético.