Estados Unidos y la Unión Europea quieren reactivar una antigua vía colonial que ofrezca una salida de los minerales de la República Democrática del Congo (RDC) por el océano Atlántico. El objetivo es contrarrestar el casi monopolio que tiene China sobre estos recursos estratégicos que transporta hasta puertos del océano Índico. Pero el conflicto diplomático entre Kinshasa y Kigali entorpece el proyecto.