Ser pobre no es un crimen, buscar una solución habitacional tampoco. Hoy por la indolencia de quienes nos han gobernado en los últimos 50 años millones de familias no tienen donde vivir.
Ser pobre no es un crimen, buscar una solución habitacional tampoco. Hoy por la indolencia de quienes nos han gobernado en los últimos 50 años millones de familias no tienen donde vivir.
El sábado 15 de abril estalló un enfrentamiento armado entre el Ejército de Sudán y los grupos paramilitares RSF (Rapid Support Forces [Fuerzas de Apoyo Rápido]). En este conflicto, por un lado, Abdel Fattah al Burhan (exaliado del dictador el Bashir que gobernó por treinta años) y, por otro, Mohamed Hamdan Dagalo, el genocida de Darfur (400.000 personas asesinadas y dos millones de refugiados), también conocido como Hemedti.
El gobierno de Biden “ha duplicado las crueles restricciones de su predecesor” y sus nuevas reglas “operan tal como lo hicieron las vedas de asilo del gobierno anterior”.
Continúa la guerra de casi un siglo entre estudios y guionistas.
Cómo ha contribuido esta política estadounidense en la desestabilización del continente americano
El historiador Antonio Espino López ofrece en su libro «La invasión de América» (Arpa) la mejor y documentada cura contra la imperiofilia.
Ver solo la coyuntura política y no, más allá, nos nubla la perspectiva y, perdemos la trayectoria del proceso histórico. Así, nuestro enfoque conceptual adolece de miopía y de sincronización contextual. Pugnar por una asamblea constituyente, sin haber derribado antes, las barreras del sufragio segregacionista, es un autogol. El caso chileno es una dura lección.