
La actualidad africana es una constante tensión, en la que cada vez más se dejan ver las consecuencias de los pulsos entre potencias extranjeras que intentan consolidar sus posiciones y sus intereses. Esta confrontación, sorda y subterránea, emerge a la superficie con el impacto en la vida cotidiana, en lo que se refiere a seguridad, economía, movilidad e incluso alimentación.