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Cumbre Borrascosa

Fuentes: Rebelión

Ellis Bell (Emily Brontë) debió haberse sentido muy halagada en el más allá con la Cumbre de Presidentes y Jefes de Estado de los países de América Latina y el Caribe y los miembros de la Unión Europea (UE) que tuvo lugar el pasado martes 18 en Madrid, porque algo mas parecido a una novela […]

Ellis Bell (Emily Brontë) debió haberse sentido muy halagada en el más allá con la Cumbre de Presidentes y Jefes de Estado de los países de América Latina y el Caribe y los miembros de la Unión Europea (UE) que tuvo lugar el pasado martes 18 en Madrid, porque algo mas parecido a una novela estructurada con base en un conjunto de las muñecas de Matryoshka será muy difícil -por no decir imposible- reeditar en el mundo de las relaciones internacionales.

La absoluta descoordinación entre el país anfitrión y sus futuros huéspedes en la convocatoria, ya era un mal presagio para una reunión que inéditamente congregaba a un bloque de países desarrollados que atraviesa la peor crisis de su historia y otro de países en desarrollo que parecieran haber superado satisfactoriamente la prueba impuesta por la crisis del capitalismo global que se generalizó durante los últimos dos años.

La crisis de Europa contrario a lo que mediáticamente se ha tratado de focalizar en algunos países, está socavando las bases de sustentación que motivaron la creación del Euro como moneda común de la Unión, segunda divisa de referencia en el sistema económico mundial, cuya atención ha abierto las puertas a la actuación del Fondo Monetario Internacional (FMI) en asuntos de exclusiva competencia de los órganos de la Unión.

Como sucediera en los Estados Unidos, la atención concedida a las posibilidades de una cesación de pagos por parte de Grecia, España, Portugal y el Reino Unido reflejó la prioridad de preservar los capitales por encima de cualquier interés, razón por la cual los países líderes de la UE no dudaron en solicitar la actuación del FMI y de los órganos comunitarios para que acudieran en ayuda de aquellos países que al tiempo de exhibir un cuadro absolutamente desastroso de los equilibrios primarios de sus respectivas economías, amenazaban con una declaración de postergación de pagos de sus deudas atentando, en consecuencia, en contra de la estabilidad de la moneda común, tema sobre el cual quedan exceptuados los británicos por no pertenecer a la llamada «zona del euro».

Como no podía esperarse de otra manera, los apoyos del Fondo llegaron acompañados por sus tradicionales recetas que como ya es conocido, destruyen las condiciones de vida del ser humano a favor de los equilibrios económicos generando, en consecuencia, una alta deuda social que atenta en contra de la recuperación de la actividad económica, prioridad absoluta en momentos de crisis como la que se enfrenta en la actualidad.

La aplicación de las políticas comprendidas en esas recetas, inviabilizan la posibilidad de esperar en el corto plazo un restablecimiento de las condiciones para el crecimiento económico con base en variables internas, como la recuperación del consumo, por ejemplo, sino que la misma deberá fundamentarse en variables externas, entre las cuales, las exportaciones y su eventual expansión desempeñarán un rol de especial significación.

De allí que la Cumbre derivara hacia la consideración de los diversos acuerdos de libres de comercio pendientes de suscripción con los países Centroamericanos, Colombia y Perú que contrario a lo sucedido tradicionalmente, el interés de acceso a los mercados radicó en los países europeos antes que en los latinoamericanos marcando, en consecuencia, un punto de inflexión en el relacionamiento entre los dos bloques, el cual se apoya, además, en la depreciación del Euro.

Capítulo aparte merece la decisión de reanudar las negociaciones de un acuerdo de asociación con Mercado Común del Sur (MERCOSUR), las cuales se encuentran paralizadas desde 2004, al haberse atado las mismas a los resultados de la Ronda de Doha de la OMC, cuya finalización no se vislumbra en el horizonte.

No será sencillo llevar a feliz término esta tarea, por cuanto será necesario determinar al momento de la suscripción del acuerdo correspondiente, en primer lugar, el ámbito equivalente al 90% de la liberación del intercambio de conformidad con lo contemplado en el Artículo XXIV del GATT47; en segundo término, el lapso en que se cumplirá la totalidad de la liberalización, para lo cual se requerirá determinar el tratamiento de acceso al mercado de productos considerados sensibles para las partes, en particular, algunos rubros alimenticios; y, finalmente, la consideración de que serán objeto ciertos servicios, ámbito en el cual se pueden identificar hasta intereses encontrados entre los miembros del MERCOSUR.

La complejidad que llevan intrínsecas esas tareas puntuales, obviamente, se inscriben en un marco de mayor amplitud cual es del tratamiento que se otorgará a las subvenciones al sector agrícola, tema que ya comenzó a generar reacciones entre los productores comunitarios, sobre todo los franceses, quienes son los mayores recipiendarios de tales beneficios, y que cobra mayor relevancia en negociaciones en las cuales participan países que son marcadores de precios mundiales de productos del sector, como es el caso de Argentina y Brasil.

Ello explica el por qué en la Declaración Final no se fija un plazo para la culminación de estas negociaciones que, en las condiciones actuales, requerirían de una atención muy especial por parte de los gobiernos del Viejo Continente, entre otros aspectos, porque el MERCOSUR, salvo con Israel, no ha establecido acuerdos de este tipo con ningún país desarrollado o agrupaciones de estos.

Por supuesto que a lo largo de la Cumbre se analizaron otros temas sobre los cuales se alcanzaron resultados de especial importancia, como el relativo a la situación de Haití, así como otros en los cuales no fue posible avanzar, como fueron los casos de la reivindicación de Argentina sobre las Islas Malvinas y la situación de los inmigrantes, materias sobre las cuales los países latinoamericanos y caribeños requerirían una consideración especial, incluso, hasta como parte de una reciprocidad histórica.

En el ámbito económico, igualmente, se consideró la creación de un mecanismo para el financiamiento de obras de infraestructura y se señalaron algunos lineamientos que deberían regir la reformulación de la arquitectura financiera internacional, aunque esta materia es trasladada a otros ámbitos institucionales, lo cual resulta congruente con la situación que enfrenta Europa en la actualidad

Al concluir la revisión de la documentación emanada de esta Cumbre surgen múltiples conclusiones que podrían no satisfacer la infinidad de expectativas que se generan con la realización de estos cónclaves; sin embargo, hay diversos elementos que podrían rescatarse y de introducirse una serie de correctivos relacionados con la agenda y la operativa se le podría conceder a esta Cumbre mayor validez como foro de intercambio entre las dos regiones, especialmente si se tiene en cuenta que Europa es el segundo socio económico de América Latina y el Caribe.

En homenaje a Ellis Bell, autora de la novela cuyo nombre tomamos prestado el título del artículo, bien valdría realizar una seria evaluación de la Cumbre para adaptarla a las nuevas realidades y evitar una nueva puesta en escena o efectuar una filmación adicional que podría resultar nuevamente Borrascosa.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.