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Los sistemas defensivos en Sudamérica

Fuentes: Prensa Mercosur

Brasil y Venezuela son los principales países que están potenciando su Defensa en la región. Destinan recursos para desarrollar nuevas tecnologías que les sean útiles para futuras e hipotéticas agresiones bélicas. Son muy pocos los países con conciencia geopolítica y de Defensa en Latinoamérica. Sólo Brasil, Chile, Venezuela y Colombia (salvando diferencias) desde hace años […]

Brasil y Venezuela son los principales países que están potenciando su Defensa en la región. Destinan recursos para desarrollar nuevas tecnologías que les sean útiles para futuras e hipotéticas agresiones bélicas.

Son muy pocos los países con conciencia geopolítica y de Defensa en Latinoamérica. Sólo Brasil, Chile, Venezuela y Colombia (salvando diferencias) desde hace años están potenciando sus sistemas y complejos de Defensa, a los cuales destina recursos económicos para el desarrollo de nuevas tecnologías.

En el periodo 2004-2007, con 894 millones de dólares, Colombia es el país de la Unión de Naciones Sudamericanas (UNASUR) con el más alto presupuesto en materia de compras de armas y equipos (en este caso a Estados Unidos). Luego se ubican Chile con 762 millones de dólares y Brasil 566 millones de dólares.

Carlos Alberto Pereyra Mele, Licenciado en Ciencia Política, Analista Político especialista en Geopolítica y Geoestratégia y Miembro del Centro de Estudios Estratégicos Suramericanos, en una entrevista exclusiva para APM, explicó la importancia que tiene para un país el complemento del poder económico con el poder militar.

«Es una relación natural, -explica Pereyra Mele- a mayor poder económico de una nación o grupo de naciones, mayor será su sistema de defensa. Que es mucho más amplio que lo militar: inteligencia, defensa de los ejes claves de su desarrollo, investigación de nuevas tecnologías, más el rédito económico que da la venta de equipamiento militar y la dependencia de los países compradores de los mismos».

En el caso de Colombia su enorme inversión en la obtención de armamentos bélicos se debe al afamado Plan Colombia. Desde tiempos de la administración Clinton se registra una total dependencia a los programas en materia de defensa que organiza y administra los Estados Unidos desde el Comando Sur. (Ver: «¿Este es el Plan Colombia?». APM 09/03/2008)

Al respecto Pereyra Mele señala: «Colombia es una nación en guerra civil y lamentablemente esta anulada por ese conflicto. El gobierno es político, económico y militarmente dependiente de Estados Unidos. Es la gran debilidad en el norte de nuestro continente ya que Colombia es la única nación sudamericana bioceanica».

Por otro lado, el país que está tomando la delantera en casi todas las áreas: económica, política, tecnológica de la región es Brasil. El proyecto más ambicioso es el de construir un submarino nuclear con aportes de tecnología francesa. Esta nave será la primera con estas características en Latinoamérica.

El convenio que firmó el presidente brasileño Luis Inácio Lula Da Silva, a fines del año pasado, con el presidente francés, Nicolas Sarkozy tendría una inversión de 8.000 millones de dólares. Además de la construcción de medio centenar de helicópteros, un astillero militar, una base naval y la compra de cuatro submarinos convencionales.

El submarino a propulsión nuclear sería lanzado en el año 2020, y su misión sería la de proteger los importantes yacimientos de petróleo del mar brasileño, junto con el resto de la flota.

A esto, Pereyra Mele sostiene que «en América del Sur se esta arraigando la idea de que la defensa del subcontinente se debe desarrollar sin la injerencia de terceros extra continentales y en ese camino esta direccionado el esfuerzo brasilero de conjugar una junta de defensa regional». (Ver: «Otro avance en la integración regional». APM 16/03/2009)

«Es más, -agrega Pereyra Mele- las experiencias recientes nos muestran los buenos resultados cuando los países de la región reaccionan en conjunto para frenar una causa bélica como en marzo del año pasado (cuando sucedió la matanza de el segundo de las FARC en territorio ecuatoriano). Serenando la escala de Colombia, Ecuador y Venezuela por la acción del Grupo Río, o más recientemente cuando el UNASUR, reunida en Chile, apoyo enfáticamente a Bolivia contra los separatistas de la media luna Boliviana».

La proyecto estadounidense: el Comando Sur

El Comando Sur, conocido también por siglas USSOUTHCOM (Special Operations Command South), se ha convertido en un símbolo de la ingerencia estadounidense en la región.

Entre los propósitos de este comando, con sede en Miami y subsede en Puerto Rico, financiado por el Departamento de Defensa del país del norte, está la realización de operaciones y ejercicios de entrenamiento conjuntos de fuerzas militares estadounidenses y latinoamericanas.

Más de 50.000 militares estadounidenses son enviados cada año a América Latina y el Caribe para efectuar alrededor de tres mil misiones de entrenamientos, maniobras y «juegos de guerra» como parte del nuevo diseño de contrainsurgencia regional.

Con respecto a lo expuesto, Pereyra Mele le comentó a APM que «el sistema del Comando Sur es en la practica una especie de Vicecónsul de lo que fuera el antiguo Imperio Romano, que controla con sus legiones las zonas que son de su interés y defiende los interese económicos y políticos de Estados Unidos».

Además, Pereyra Mele señaló: «por ello el sistema de Comando Sur no sirve como modelo a los países sudamericanos, es mucho más practico una especie de OTAN regional sin tener socios fuera del continente. Y eso sólo se logra venciendo las trabas que se ponen para la integración continental».

«Hay un largo trecho -reflexiona Pereyra Mele- para caminar y no libre de tropiezos y conflictos, pero será un camino propio sin ‘guías doctrinales’, externas, que no sirven y que no nos sirvieron jamás. Sólo recordemos el Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca (TIAR), se tendría que haber aplicado por la invasión al continente de una flota Inglesa en Malvinas», sentenció el entrevistado.

El TIAR es un pacto de defensa mutua interamericano firmado el 2 de septiembre de 1947 en Río de Janeiro. Según el artículo 3.1: «en caso de un ataque armado por cualquier Estado contra un Estado Americano, será considerado como un ataque contra todos los Estados Americanos, y en consecuencia, cada una de las partes contratantes se compromete a ayudar a hacer frente al ataque en ejercicio del derecho inminente de legítima defensa individual o colectiva».

Sin embargo, cuando Argentina, durante la Guerra de Malvinas, solicitó la aplicación de esta norma, Washington hizo oídos sordos y se dedicó a ayudar a su eterno aliado: Gran Bretaña.

Las importancias de un sistema de defensa y pensamiento geopolítico

Uno de los principales puntos de la campaña de Barack Obama para lograr la presidencia fue la reducción del gasto militar. Sin embargo, el presidente estadounidense el jueves 9 de abril pidió al Congreso de Estados Unidos 83.400 millones de dólares en fondos extra para financiar las aventuras bélicas en Irak y Afganistán este año.

En la carta que le mando Obama a Nancy Pelosi, presidenta de la Cámara de Representante, solicitó a los congresistas aprobar su petición con rapidez ya que «los talibanes están resurgiendo y Al Qaeda amenaza a Estados Unidos desde sus refugios en la frontera afgano-paquistaní». (Ver: «Afganistán: la clave del Gran Juego del petróleo». APM 09/03/2009)

Otro punto que debe tenerse en cuenta en esta estrategia estadounidense es la decisión de aumentar la presencia de tropas de la OTAN en Afganistán y en el Este Europeo, más el reciente acuerdo con Francia para integrar la OTAN. «Cuando Francia y Estados Unidos actúan conjuntamente, el futuro es más radiante», ha señalado este año Obama.

Esto nos lleva a suponer que este esfuerzo presupuestario no se discute por más que la crisis económica mundial golpea fuertemente a todos los Países. Las guerras futuras gozan de muy buena salud.

Siguiendo esta línea, Pereyra Mele añadió: «rotos los paradigmas globalizantes de un desarrollo a perpetuidad de las naciones con el neoliberalismos, se vuelve en estos tiempos a reforzar la idea de los Estados naciones y dentro de esas estructuras el papel del sector defensa vuelve a tomar fuerte impulso».

Además agregó: «hoy podemos ver que el mundo no es menos violento y que no permite errores. Los principales países de la región que están modernizando sus sistemas de defensa son: Brasil, en lo terrestre la defensa de la amazonía, en el aire el control de su gigantesco espacio y en el mar la defensa de sus inmensos recursos naturales y para ello quiere tener submarinos nucleares».

«Venezuela -completó Pereyra Mele- por su necesidad de no ser dependiente del armamento estadounidense que a transformados a sus armas en obsoletas. Para ello busca nuevos proveedores como Rusia y China con traspaso de tecnología. Chile es la gran incógnita ya que en el aire, mar y tierra a adquirido material e instalado bases en el sur donde hay paso bioceánico».

Finalmente, el rol del sector defensa vuelve a tomar fuerte impulso para algunos países latinoamericanos. Pronosticando, la necesidad de tener un fuerte desarrollo de tecnologías propias para lidiar con las hipótesis de conflicto del Siglo XXI: alimentos, agua, energía y la atención de regiones escasamente pobladas pero altamente productivas.

Fuente: http://www.prensamercosur.com.ar/apm/nota_completa.php?idnota=4358