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[Perú] ¡Que se vayan todos!

¡Por una Asamblea Constituyente libre, soberana y con poder ya!

Fuentes: Rebelión

El intento golpista de Pedro Chavarry al querer destituir a los fiscales Domingo Pérez y Rafael Vela, ad portas del informe de Odebrecht y en medio de la protesta de las y los trabajadores y la juventud, se convirtió en su contrario. «…Si hablo de condiciones para un gran enjuague -y aquí quiero ser prudente- […]

El intento golpista de Pedro Chavarry al querer destituir a los fiscales Domingo Pérez y Rafael Vela, ad portas del informe de Odebrecht y en medio de la protesta de las y los trabajadores y la juventud, se convirtió en su contrario.

«…Si hablo de condiciones para un gran enjuague -y aquí quiero ser prudente- es porque el presidente Vizcarra cometió en la mañana del lunes el desliz de cuestionar un aspecto clave del acuerdo con Odebrecht, el que permitiría a la empresa a operar y vender sus activos en el Perú. Pareció una bajada de llanta a la chamba de los fiscales y de su propio procurador anticorrupción…Al sacar a Vela y Pérez y, para remate, poner a Marcial Páucar , que estuvo dispuesto a dejar viajar a PPK, Chavarry ha tendido la mano al gobierno ofreciéndole perpetrar un gran enjuague…», escribió el periodista Fernando Vivas (El Gran enjuague, 02/01/19).

Y en efecto, el «puente» que lanzó Chavarry, fue el último bostezo, en nombre de Alan García, para tratar de llegar a un nuevo pacto político que supere la crisis de Lavajato y cierre la crisis del régimen político. Pero Vizcarra temía que, de llegar a un acuerdo con la mafia, podía también caer en una trampa como cayó su predecesor y contra quien, luego, conspiró: PPK.

Y es que si hay que algo caracteriza una crisis tan compleja y contradictoria como ésta es la desconfianza entre los dos bandos derechistas en pugna en esta «guerra civil» en las alturas entre el vizcarrismo y el aprofujimorismo (y por esto es que Keiko no se alineó con Alan en el espaldarazo a Chavarry), que tiene a las prisiones preventivas como un mecanismo de extorsión política, y al referéndum, como estrategia bonapartista reaccionaria y de contención de las protestas.

Y si bien es verdad Vizcarra criticó a Odebrecht, hay que mencionar que ni Carlos Bruce, como jefe de campaña de PPK, está investigado en el affaire Lavajato, ni existe premura, a pesar de las pruebas, de las investigaciones contra PPK, Toledo o Susana Villarán. Es más, hay un rumor de que el «Acuerdo» de los fiscales Pérez y Vela con la trasnacional, solo incluyen las obras como Interoceánica, tren eléctrico, Vía Cusco, más no las obras Westfield y Rutas de Lima, donde están involucrados PPK y Villarán, respectivamente.

«…El largo 2018 no se parece a ninguna de las etapas que vivimos en las últimas décadas. Liberados de la palabra crisis, que ya nos dice muy poco, el término rebelión -como rechazo al poder, revuelta y resistencia- podría resumir lo vivido como un conjunto turbulento e inconexo de varios movimientos cuyos rasgos más definidos son la crítica y la radicalidad más que el cambio mismo…», redactó el analista Juan De la Puente (La rebelión inconclusa, 28/12/18).

En su análisis, de la Puente, se lamenta que la rebelión no llegue a más y enfatiza que el sistema es fuerte. Pero lo que no dice el ex cuadro de las juventudes comunistas, es que justamente el referéndum además de bonapartizar peligrosamente al régimen, tiene como fin bloquear la tendencia a la rebelión popular y de esa forma el desarrollo de la conciencia política de las y los trabajadores para que así el Vizcarrismo neoliberal imponga su segundo paquetazo económico laboral (reducción de las vacaciones, despidos arbitrarios, reducción salarios en provincias, etc.), con la venia de la izquierda reformista «caviarizada» (que aceptó en el 2000 la constitución de 1993), para cerrar el déficit fiscal que bordea los $8 000 millones con un Estado sobre endeudado, con fugas de capitales, transnacionales que no pagan sus impuestos, caídas de los precios de metales y de la bolsa de Lima.

Por estas razones, surge la revista La Abeja (teoría, debate y actualidad),porque creemos que así como un insecto diminuto es necesario para la polinización del ecosistema y la sobrevivencia humana (que el capitalismo pone en peligro), también los humanos trabajadores necesitamos una expresión de ideas y debate para conquistar una sociedad feliz y con justicia social.

César Zelada. Director de la revista La Abeja (Teoría, análisis y debate).

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.