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El Frente de Izquierda y los Trabajadores obtuvo 512 mil votos

Y la izquierda argentina logró el «milagro»

Fuentes: Página 12

Eufóricos, Altamira y Castillo festejaron haber pasado el piso obligatorio en las primarias, que seguirán cuestionando legalmente como inconstitucional. La campaña en Twitter y los picos logrados en algunos sectores. «Obreros y estudiantes, unidos adelante. Ya van a ver, ya van a ver, la clase obrera al poder», eran los cánticos a todo volumen que, […]

Eufóricos, Altamira y Castillo festejaron haber pasado el piso obligatorio en las primarias, que seguirán cuestionando legalmente como inconstitucional. La campaña en Twitter y los picos logrados en algunos sectores.

«Obreros y estudiantes, unidos adelante. Ya van a ver, ya van a ver, la clase obrera al poder», eran los cánticos a todo volumen que, junto al estruendo de los bombos, hacían difícil oír las declaraciones de los candidatos del Frente de Izquierda y los Trabajadores (FIT). «Hemos derrotado la valla que nos impusieron, dedicamos esta victoria a la memoria de Mariano Ferreyra, que nos inspiró en esta campaña», dijo Jorge Altamira con emoción en su voz, rodeado por los demás postulantes que, ahora sí, competirán en las elecciones generales de octubre. «Vamos por más, vamos por octubre, vamos camino a establecernos como cuarta fuerza», se envalentonó el candidato a presidente en el bunker del FIT. Afuera, en la vereda, todo era banderas rojas flameando.

Anoche había clima de festejo en la antigua casona de la calle Venezuela, sede del Partido Obrero, que funcionó como escenario conjunto para dirigentes y militantes de esa agrupación, y sus aliados del Partido de los Trabajadores Socialistas e Izquierda Socialista. El candidato a vicepresidente, Christian Castillo, reconoció a Página/12 que el resultado de las elecciones primarias de ayer no hubiera sido posible si los principales partidos trotskistas no hubieran concretado esta alianza. «Sí, obviamente fue un acierto hacer el frente, desde el PTS lo veníamos diciendo, nos permitió potenciar la fuerza de cada uno, una fuerza militante grande e intensa que se desplegó en cada rincón del país. A esto se sumó al acierto político de plantear una batalla correcta en estas primarias, haber interpelado alrededor del tema de la proscripción ligado a nuestro programa: las tercerizaciones, un salario igual a la canasta familiar, el 82 por ciento móvil, el derecho al aborto, entre otros aspectos», explicó el sociólogo y docente. «Es nuestra tercera victoria política, la primera fue en Neuquén (donde el FIT obtuvo una banca en la Legislatura), la segunda es la de Córdoba (la diputada Liliana Olivero renovó su cargo) y ésta, que es la más importante y en la cual un sector importante de la población nos ha dado su apoyo», agregó.

El test de ayer fue evaluado como positivo por Castillo con respecto a la próxima batalla. «Superamos la buena elección que hicimos en 2009, con listas separadas, y en algunas provincias hay resultados mejores; por ejemplo, en Córdoba le ganamos a la lista de José Manuel de la Sota, que llevaba como segundo al burócrata del Smata Omar Dragún, con nuestro candidato Hernán ‘Bocha’ Puddhu, delegado y despedido de Iveco», se entusiasmó Castillo. Página/12 le recordó que en esta elección no se eligen cargos. «Pero no vamos a estar tan lejos de pelear por diputados obreros y socialistas», respondió. Este diario le preguntó si el resultado había superado sus expectativas. «Uno siempre piensa en positivo, pero ya teníamos mucha respuesta en la campaña: en todo el país nos decían que nos iban a votar, en los trabajos se pasaban las boletas a escondidas de los patrones, pero para ser cautos no celebramos antes de tiempo», dijo el segundo en la fórmula. Y anunció que, aunque hayan conseguido los votos para competir en octubre, van a seguir la batalla judicial para que el piso del 1,5 por ciento sea declarado inconstitucional.

A Altamira lo buscaban por los pasillos, mientras respondía a cada medio, como estrella de rock, al decir de sus voceras. «No quería creer que hemos sobrepasado todo, hasta que escuché este coro de militantes; aunque usted no lo crea, mi satisfacción es por lo que me rodea, por esta felicidad de los compañeros, quiere decir que hicimos las cosas bien en medio de este derrumbe capitalista», dijo a Página/12 el referente del PO. «¿Qué destino tiene el Frente como tal?», le preguntó este diario. «Nos cohesiona y nos marca que nos dimos una política correcta; el próximo desafío es Tucumán», contestó.

Para Altamira, el 2,5 por ciento que obtenían al cierre de esta edición «supera las expectativas, que eran romper ese piso, y no es mérito de alguien en particular sino de una campaña elevada e intensa que desarrollamos». La intensidad la vivió en carne propia cuando el texto clave #unmilagroparaaltamira llegó al tope en Twitter, por iniciativa de los conductores de la mañana de radio La Red. Lejos de desmarcarse, como hubiera hecho un trotskista que no cree en milagros, Altamira festejó la ironía y respondió muy suelto a las sucesivas entrevistas. En casi todas se encargó de felicitar «a los compañeros que idearon y realizaron los spots televisivos», y bromeó con que algunos «jefes de propaganda» de otros partidos le preguntaron qué empresa los había hecho. «Sólo seguimos a nuestros predecesores, como aquel medio pelado y de baja estatura que en ocho meses convenció a millones, muchos de ellos analfabetos que para conseguir paz, pan y tierra los consejos obreros tenían que tomar el poder.»

José Castillo, dirigente de Izquierda Socialista y candidato a diputado nacional, se mostró satisfecho de haber superado la barrera del 1,5 por ciento, «con una tendencia que va subiendo». Y destacó que no los sorprendió el resultado porque «hicimos un gran trabajo militante, y con esos pocos segundos en televisión pudimos llegar a un sector de la población para que no se quede afuera la izquierda, superando ampliamente a Proyecto Sur, con un 4 por ciento en Capital, un 6 por ciento en Córdoba y el doble de votos que en las pasadas elecciones en Neuquén, fue un triunfo de la unidad de la izquierda». Afuera seguía la fiesta: «La proscripción se va a la puta madre que lo parió. Frente de Izquierda, patrones a la mierda».

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