Marc Vandepitte | 

Al cabo de cuatro años puede que nos hayamos acostumbrado a los tópicos, vulgaridades y mentiras de Trump. Sin embargo, es algo irreal que un payaso tan incompetente y fraudulento pueda siquiera participar, y mucho menos tener una oportunidad de ganar estas elecciones presidenciales. Aún más grave es el hecho de que tal figura sea la segunda más votada de la historia, lo que demuestra el enorme declive del país.

Decía Miguel de Unamuno, “hay veces en que callar es mentir” y yo no quiero callar, a riesgo sin dudas, de no ser políticamente correcto, premisa que hoy rige casi todas las ideas y por ello no hay fructificación de las mismas.

Traducido del inglés para Rebelión por Sinfo Fernández

Emir Sader | 

El trumpismo surgió como nueva forma de liderazgo político, que buscaba representar las críticas vertidas contra la democracia liberal, el poder legislativo, el poder judicial y los medios de comunicación, desde una perspectiva de extrema derecha.

La derrota del presidente Donald Trump en las elecciones del 3 de noviembre es un hecho irreversible. Fue lograda por la alianza tácita de fuerzas sociales diversas y hasta antagónicas, que hacían imposible la reelección del magnate.

Nos arrancan un centenar de derechos conquistados para luego devolvernos uno, con un no tan sofisticado malabarismo, y nos inyectan luego la falsa sensación de que ¡lo hemos conseguido! «¡Yes we can!» sin tocar ni un pelo del estéril sistema: espejismo como táctica y estrategia.

Luke Elliott-Negri | 

La gente de izquierda pasa mucho tiempo discutiendo –y con razón– qué debería hacerse con el Partido Demócrata. Pero primero es necesario entender qué es en realidad el Partido Demócrata. Una pista: es mucho más complejo de lo que parece.

Ponernos en guardia y recordar que con Trump o con Biden seguimos a merced de la voracidad imperial por nuestros recursos naturales.

Que festejemos la derrota de Trump no implica apoyar o tener alguna expectativa en Joe Biden.

Una guerra civil en marcha

Pepe Escobar | 

Un recuento de votos sería absolutamente necesario en los seis estados en disputa: Wisconsin, Michigan, Pensilvania, Georgia , Nevada y Arizona. Esa decisión la debe tomar el Departamento de Justicia. Pero no lo hará.