Policarpo Camacho, ¡en su eterna gloria!
Categoría: Territorios
«Está claro que si queremos un modelo más sostenible, el sistema alimentario mundial tiene que dar un vuelco total. Hay que avanzar hacia métodos de producción agroecológicos que apenas utilicen insumos externos y poner fin a la comida basura altamente procesada y devoradora de energía. Tenemos que dejar de mover las materias primas y los alimentos por todo el mundo como si el sistema alimentario fuera una agencia de viajes global y pasar a la producción y el consumo localizados».
El pasado 1 de agosto en México se vivió un ejercicio considerado por muchas personas como inédito; no lo fue en tanto sí mismo, es decir, como ejercicio de participación ciudadana: en años anteriores se han celebrado otras consultas en el país; algunas, inclusive, de mayor alcance que podrían haber transformado de raíz el pacto social del Estado mexicano. Sin embargo, sí lo fue en ciertos aspectos que valdría la pena reflexionar.
En América Latina y el Caribe se presentan o vislumbran nuevos desarrollos que deben impactar positivamente en la consolidación de lo que ha dado en llamarse segunda ola progresista. Esta ola se habría desencadenado con el surgimiento de nuevos gobiernos populares en la región, después de varias derrotas del progresismo desde Honduras y Paraguay hasta Brasil, Argentina, Ecuador, Uruguay y Bolivia.

Este año, las llamas vuelven a devorar millones de hectáreas en distintos puntos del globo terráqueo. Y lo hacen de una forma que parece cada vez más voraz.

La rigurosa ley religiosa que el rabinato aplica en Israel impide casarse a miles de parejas. Hay muchas que viajan al extranjero para contraer matrimonio mientras que otras simplemente conviven sin que el estado las reconozca. Es el caso del gimnasta Artem Dolgopyat, que acaba de lograr una victoria olímpica en Tokyo, y ha reabierto un anacrónico debate que no cuenta con ninguna posibilidad de resolverse.

Apoyar al pueblo cubano ha significado intervención armada, ocupación militar, cambio de régimen e intromisión política, todos hechos normales en las relaciones entre Estados Unidos y Cuba en los sesenta años antes del triunfo de la revolución cubana.

Y por fin, después de tanta presión de la derecha cavernaria, el gabinete fue juramentado. Y hubo más de una sorpresa. En primer lugar, está la designación del ingeniero Guido Bellido en el cargo de premier. Bellido es del círculo de confianza de Vladimir Cerrón. El resto de ministros, con excepción de los de Producción, Cultura, Justicia, Economía y Mujer, responderían a Perú Libre (PL).