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Entrevista a Ricardo Napurí, quien compartiera el proyecto político del Che al comienzo de los ‘60

«El Che es una figura mítica universal»

Fuentes: Rebelión

M.H.: Se cumple un nuevo aniversario del asesinato del Comandante Che Guevara en La Higuera en Bolivia. Me gustaría compartir contigo qué reflexión te merece este hecho. R.N.: Justo hubo un encuentro de oportunidad, ayer me encontré en la calle Corrientes con Juan Martín, el hermano del Che Guevara. Conversamos casi media hora. Nosotros fuimos […]

M.H.: Se cumple un nuevo aniversario del asesinato del Comandante Che Guevara en La Higuera en Bolivia. Me gustaría compartir contigo qué reflexión te merece este hecho.

R.N.: Justo hubo un encuentro de oportunidad, ayer me encontré en la calle Corrientes con Juan Martín, el hermano del Che Guevara.

Conversamos casi media hora. Nosotros fuimos juntos en el mismo avión que fletó Camilo Cienfuegos y llevó a la familia y muchos otros, entre ellos yo, a La Habana, y arribamos un día después de Fidel y su columna después de la victoria.

Le dije una cosa que quiero resaltar ahora, que pensando en la muerte de su hermano tenemos que reflexionar que el Che ya es un mito de contenido múltiple, comparado con Fidel, que todavía no está en esa condición porque tiene cuentas pendientes con la política y con la historia. El Che se fue a tiempo y los pueblos lo han rescatado como mito porque lo necesitan. Fidel todavía tiene cuentas porque vive, porque no ha hecho un balance autocrítico del proceso revolucionario que él gestó y también porque Cuba tiene intentos de reversión al capitalismo por la frustración del proceso, por las razones conocidas y por la ofensiva norteamericana. Después de su muerte se van a desatar montones de críticas, todavía no sabemos cómo se va a definir el rol de Fidel.

El Che, por el contrario, ya está saneado en la historia porque los pueblos lo han considerado mito. Eso le dije a Juan Martín, su hermano, y le justifiqué de paso el por qué. No es necesario decir lo que decía Mariátegui, que los pueblos necesitan un mito, en la medida que necesitan banderas políticas, hombres, instituciones, partidos o sociedades para tenerlos como eje en su comportamiento, en su cotidianeidad, en su combate incluso histórico. El Che los provee de ello, tal es así que es una figura universal en tanto mito. Además, le agregué que el Che es lo que deja como pensamiento y como escuela de vida, que es útil, aunque como en la vida todo es inacabado y contradictorio, todavía tiene que ajustar algunas cosas. Por ejemplo, todo el mundo reconoce su antiimperialismo y su anticapitalismo, pero ambos serían muy útiles hoy en la medida que la situación en el mundo y sobre todo en América Latina es peor que en su época.

En su época él expresaba una especie de ascenso universal del combate de los pueblos o de sus vanguardias en las que las relaciones de fuerzas parecían favorables a la revolución, hoy no, hoy tenemos un retroceso de las posibilidades revolucionarias y del anticapitalismo vigente o vivo respecto a esa etapa.

La idea del hombre nuevo es muy importante también, es una reflexión que él lleva frente a la crítica hacia al dogmatismo y al cretinismo estalinista, o sea, hacia la burocracia soviética y lo hacía a partir de su propia experiencia y de lo que intentaba hacer como aporte al proceso de la revolución cubana, que era un proceso en gestación que todavía no tenía parámetros.

Después, los pueblos rescatan de él su romanticismo, eso es muy profundo porque nosotros estábamos acostumbrados a trabajar sobre ejes de la lucha anticapitalista, la lucha por las consignas concretas, por lo cotidiano, pero en los pueblos hay una sensibilidad respecto de la gesta de estos mitos, que se manifiesta en el deporte con Maradona, por ejemplo. Son aspectos del comportamiento humano que todavía no están trabajados por la mayoría de la izquierda.

Sorprendentemente el Che no es un mito guerrillero, la gente no pone el eje allí, no solamente porque fracasó, sino porque obviamente el método guerrillero está puesto a prueba mucho más en los tiempos de retroceso actuales. La gente lo recuerda en tanto símbolo, muerto, ligado a las circunstancias de su muerte y a lo que los pueblos veían o necesitaban ver de él.

Conversé de este conjunto de hechos con su hermano y los transmito hoy porque es una buena introducción para responder a tu pregunta.

Los cubanos incorporaron la guerra de guerrillas no como método sino como concepción única

M.H.: Quiero ir un poco hacia atrás, mencionaste el caso de Fidel, la diferencia con el Che respecto del tema del mito y tocaste hacia el final un tema que es el de la guerrilla. Si bien es cierto que se han apagado las críticas que sufría Guevara, en vida sí fue criticado y vos también lo criticaste.

R.N.: Es cierto.

M.H.: ¿Cuáles eran los temas que se discutían en aquel momento?

R.N.: Los temas eran respecto de la lucha armada, lo que pasa es que Cuba simplificó el problema porque todos los que éramos de izquierda teníamos la tradición trotskista y leninista, teníamos el ejemplo de la revolución rusa y pensábamos que las revoluciones que se produjeran de cualquier tipo, sobre todo anticapitalistas, en nuestros países serían calco y copia de lo que había ocurrido en la URSS. Ese era el modelo que todos, con algunas diferencias, manejábamos a pesar de que en el mundo había resistencias de diferente carácter, pero como ese era el tipo de revolución socialista más universal y clásica que teníamos, era el ejemplo.

Los cubanos incorporaron un problema múltiple porque plantearon la guerra de guerrillas, pero no como método sino como concepción única, aunque no lo dijeran terminó así, porque la guerra de guerrillas, que incluso hay un folleto de Lenin sobre esto, nunca fue desechado como método de los pueblos, sobre todo de los estratos campesinos para luchar contra sus opresores de ocasión. Pero Lenin lo hacía aparecer como un método más, pero de ninguna manera como único.

M.H.: Además lo planteaba como método defensivo.

R.N.: Sobre todo campesino.

M.H.: Después de la revolución de 1905.

R.N.: Claro, eso no podía crear socialismo porque siempre estaba la idea de la revolución obrera, pero los cubanos introdujeron un reduccionismo, en el sentido de que la guerra de guerrillas terminó siendo el foco guerrillero. Porque una cosa era el foco leninista campesino que partía de la acción de masas campesinas o de la acción de partidos políticos como los eseristas rusos o los propios bolcheviques, pero Cuba lo convirtió en un reduccionismo.

M.H.: ¿Ese reduccionismo no se basaba en alguna medida en la experiencia con la que habían accedido al poder en la isla?

R.N.: Voy a citar ejemplos de algunos guerrilleros que asumieron el compromiso como yo con Cuba, pero que asumieron posiciones críticas posteriores. La acusación de un reduccionismo de su propia revolución. La crítica que se hace, por supuesto constructiva, es que los cubanos hicieron un reduccionismo de su propia revolución, incluso el Che que fue el más hábil para presentar el modelo de guerrillas en el sentido de que solamente las guerrillas habían triunfado en Cuba.

No fue así exactamente, porque el movimiento 26 de Julio existía desde años antes, tuvo alcance nacional, hubo apoyo internacional vasto, hubo apoyo de partidos políticos. De tal manera, nunca el foco guerrillero inicial de los doce hombres que después se desarrolló en la Sierra Maestra estuvo aislado, tuvo el apoyo de las ciudades y apoyo internacional vasto.

Además, de la idea de que la guerrilla fue hecha en una isla, esto es importante porque cuando tienes guerrilla en países que están rodeados de países hostiles la cosa cambia de naturaleza por la intervención en diferentes sentidos de éstos. Entonces, el reduccionismo es que en Cuba nunca hubo una victoria a partir de la idea foquista, sino que es más compleja la cosa. Incluso, si bien quedaron doce después de la matanza que hizo Batista cuando desembarcaron y fueron a Sierra Maestra, obviamente, después se desarrollaron como una fuerza nacional con apoyo internacional reconocido y múltiple.

El combate en Bolivia fue más contra la naturaleza que los diezmó antes que los represores

M.H.: ¿Cómo fue el proceso político en el cual encuentra su muerte el Che en Bolivia?

R.N.: El proceso político era exactamente eso, un proceso, porque el plan del Che no era tan limitativo como lo planteaban algunos. Tenía la idea de crear una especie de guerrilla estratégica, por eso hay ciudadanos peruanos, además del compromiso de reclutar argentinos y chilenos. Él pensaba en 3.000 guerrilleros formándose en Cuba para después ingresar como una columna fundamental a la Argentina, por ejemplo.

No olvidemos que lo de Jorge Masetti fue la avanzada y por eso él se llamó Comandante Segundo, porque esperaba la llegada del Che que venía a liberar la Argentina de acuerdo a su plan. Pero también se iban a desprender columnas a diferentes países. Juan Chang, que estuvo con él, fue el encargado de abrir un frente en el Perú, como otros en Paraguay o en Chile.

El proyecto era más vasto, lo que pasa es que no sólo se dio la traición del Partido Comunista boliviano, si bien es así, porque se comprometió a darle apoyo y después no lo hizo, el problema era que el Che iba como paracaidista a Bolivia, que era un país de otro tipo de tradiciones con movimientos insurreccionales, con movimientos campesinos y una tradición de combate obrero, de resistencias campesinas importantes. El Che llegaba con unos cuantos hombres como una especie de turista armado, por eso nunca tuvo apoyo campesino, incluso tuvo que comenzar la lucha armada en una zona hostil, donde no habían prácticamente grupos campesinos sino la selva misma. El combate no fue tanto con la represión sino con la naturaleza que los diezmó antes de que lo hicieran los represores.

Toda la formulación del proyecto estratégico del Che se vino abajo en la medida que no se habían cumplido los patrones básicos, una guerrilla tiene que estar asentada en una zona amigable con campesinos reales, con estructuras institucionales y sociales favorables, para que la guerrilla se mueva como pez en el agua. Esto no existió nunca en la selva, solo estuvo la hostilidad de la selva. Por lo tanto, la propia concepción era fallida desde el primer momento.

El balance entonces es múltiple. Y puntualmente, que el proyecto de la guerrilla que era el más novedoso y lo que tenía mayor vigor, se derrumbó porque no se cumplieron los patrones fundamentales de la implantación de focos guerrilleros en zonas amigables. Y segundo, obviamente, por el aislamiento que tuvo, porque aun en los compromisos que asumieron el Partido Comunista y otros, no se cumplieron y quedó expuesto. Por lo tanto, el proyecto inicial que podía tener cierta coherencia política, estratégica y lógica se derrumbó para devenir en el fracaso y en la muerte de casi todos los componentes de la guerrilla.

M.H.: Que fueron también las diferencias que tuvo con John William Cooke.

R.N.: Claro. Yo he contado también que convencí al Che de invitar a Silvio Frondizi a Cuba con la idea de que aportara conocimientos políticos y las ideas que él tenía de América Latina, en el momento en que todavía los cubanos transitaban por una especie de actitud imberbe respecto de la realidad de América Latina. Ahí nos encontramos con John William Cooke, tuvimos varias reuniones con el Che y Cooke le planteó que un foco o varios focos guerrilleros en Argentina eran algo absurdo porque existía el peronismo, las masas trabajadoras radicalizadas, una vanguardia sindical, etc. Todo un movimiento de masas, que si él apareciera como argentino solamente ahí, Cooke le garantizaba que gran parte de la izquierda peronista y sectores de trabajadores se nuclearían alrededor. Silvio estuvo de acuerdo y dijo que colaboraría.

Ese es un hecho importante porque fue una frustración enorme, porque si hipotéticamente el Che hubiera aparecido como ciudadano argentino y no como guerrillero, en un momento de radicalización de la situación política del país, quizás estaríamos hablando de otra historia para la Argentina. Pero el Che que tenía una formación no partidaria y no ligado a un trabajo de masas o a experiencias partidarias anteriores, rechazó la idea porque quería una cosa rápida y para él eso eran los focos guerrilleros, que fatalmente para él tendían a desarrollarse como movimientos de liberación nacional.

Yo coincidí cuando me comprometí para gestar con De la Puente y otros peruanos un movimiento guerrillero, con la idea del Che de que teniendo en cuenta que en Perú había un movimiento campesino muy radicalizado, el movimiento obrero y toda una situación favorable, en tener un compás de espera en la medida que el partido que iba a gestar la guerrilla se desarrollara como tal y luego se implantara en las zonas campesinas para producir la insurrección.

Él dijo que iba a hacer una excepción y que iba a venir con nosotros; no nos impuso la idea de los focos. Yo me comprometí con ese proyecto que me pareció razonable. La realidad después determinó que se frustrara. Por eso mi crítica es constructiva, yo estuve comprometido pero reaccioné en la medida que la situación me obligaba a buscar una salida que no fuera una especie de aventura revolucionaria.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.