1. El juez del Tribunal de Guatemala, Miguel Ángel Gálvez, inició este jueves una audiencia para recibir las pruebas que serán presentadas en un juicio abierto al ex dictador de ese país Efraín Ríos Montt bajo cargos de genocidio cometido contra poblaciones indígenas durante su régimen de facto, entre 1982 y 1983. Ordenó enjuiciar a […]
1. El juez del Tribunal de Guatemala, Miguel Ángel Gálvez, inició este jueves una audiencia para recibir las pruebas que serán presentadas en un juicio abierto al ex dictador de ese país Efraín Ríos Montt bajo cargos de genocidio cometido contra poblaciones indígenas durante su régimen de facto, entre 1982 y 1983. Ordenó enjuiciar a Ríos Montt y al ex general Mauricio Rodríguez por la matanza de mil 771 indígenas de la etnia ixil durante operativos militares entre 1982 y 1983, en el marco de la guerra interna que vivió Guatemala entre 1960 y 1996. Se deberá determinar la validez de las mismas e indicar a cuál Tribunal de Sentencia enviará el proceso para que se inicie el juicio oral y público. La pregunta es: ¿Llegará el presidente de Guatemala, militar derechista retirado Otto Pérez Molina, a hacer justicia como se requiere en estos casos de genocidio?
2. Guatemala es un país de poco más de 15 mil habitantes, con una economía esencialmente agraria y con una población indígena muy alta: para unos el 42 % y para otros el 51 %. El predominio de indígenas y campesinos o trabajadores de la tierra, no es un signo de atraso; pero en el sistema capitalista que controla el poder en el mundo, a los ejércitos, a los gobiernos, los medios de información e impone un tipo de cultura, los países que mantienen estas características de economía y vida (los africanos, asiáticos, centroamericanos) son siempre candidatos al saqueo y la expoliación. Guatemala, además de ser explotado por los países poderosos como EEUU, ha sufrido la opresión de todos los gobiernos, en particular de los militares; quizá sólo con la rara excepción de los gobierno de Juan José Arévalo y Jacobo Arbenz en los años que van de 1944 a 1954, acusados de «comunistas».
3. Obviamente el imperialismo encabezado por el entonces presidente y ex militar Eisenhower, su United Fruit Co. y su ejército lograron imponer con un golpe de Estado al general Castillo Armas en tiempos de la llamada «guerra fría». ¿Cómo podían permitir un programa de Reforma Agraria expropiatoria y la formación de un Partido del Trabajo con tintes «comunistas? Guatemala es esencialmente un pueblo perteneciente a la gran cultura maya, misma que formó parte del área mesoamericana, junto con otros pueblos de México. Además que fue parte de la Nueva España, por sus orígenes parece mantener mayor identidad con parte de México que con el resto de América. Pero Guatemala, al sufrir el militarismo abierto y la intervención descarada y brutal de los yanquis, no ha dejado de soportar a los milicos, incluso a gobiernos civiles con pensamiento militar.
4. Cuando gobernaron los generales Lucas García, Ríos Mont y Oscar Mejía, en los años que van de 1978-1986 se registró un genocidio de 250.000 víctimas mortales, de las cuales 45.000 continúan desaparecidas. El genocidio indígena hizo que un millón quinientos mil ciudadanos forzosamente fueran desplazados. ¿No se recuerda acaso que la guerra provocó el desplazamiento de cientos de miles de campesinos que arribaron a México en calidad de refugiados? Se decía entonces que los desplazados huían tanto de los guerrilleros como de los militares, ya que ambos bandos no respetaban «la neutralidad» de varias comunidades, causando además 667 masacres y que 443 aldeas completas desaparecieran. En enero de 1980 la situación en Guatemala pasó a ser objeto de atención mundial por la Matanza en la embajada española de Guatemala y posterior asesinato de 37 indígenas sobrevivientes del genocidio
5. La breve presidencia de Ríos Montt (1982-83) fue probablemente el período más violento del conflicto de 36 años: unos 60.000 muertes de civiles, en su mayoría indígenas desarmados. Se estima que más del 80% de estos horrores los causó el ejército. El 8 de agosto de 1983, Ríos Montt fue depuesto por su propio Ministro de Defensa, General Óscar Mejía Víctores, quién lo sucedió como presidente (Jefe de Gobierno) de facto de Guatemala (Ríos Montt sobreviviría para fundar un partido político, FRG). El actual presidente de la República, Otto Pérez Molina, según se ha publicado, formó parte de los encargados de vigilar la transparencia de dichas elecciones directamente en las urnas y que dándose cuenta del fraude, en marzo de 1982 dieron un golpe de Estado para evitar la toma de posesión del recién electo presidente militar Ángel Aníbal Guevara.
6. Las fuerzas guerrilleras, los gobierno cubano, de la Unión Soviética y sus aliados izquierdistas denunciaron a Ríos Montt. Incluso en mayo de 1982 la Conferencia de Obispos Católicos acusó a Ríos Montt de ser el responsable de cultivar la militarización del país y continuar las masacres de civiles por medios militares. Fue otro general, Mejía, quien en 1984 convocó a una Asamblea Constituyente para dar paso a un civil democristiano, Vinicio Cerezo, quien tomó posesión en 1986. A partir de enero de 2012 Guatemala es gobernada por Pérez Molina, un militar retirado con prestigio de derechista y de ser mano dura. Quizá esta confrontación entre poderosos ayude a que muchas cosas cambien para bien en la Guatemala pobre y oprimida, pero no se ven muchas esperanzas en que así sea porque no hay un movimiento social fuerte. Quizá sea sólo para esconder un poco de basura bajo la alfombra.
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