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Uruguay

El país postergado, ni verde ni liberado

Fuentes: Rebelión

Hoy sabemos que el Frente no ganó en primera vuelta y va a la segunda en Noviembre. En su articulo en vísperas de las elecciones, Stella Calloni (Uruguay: Mujica cerca de ganar en primera ronda) argumentaba que si bien es cierto que muchas promesas no se cumplieron Vázquez alcanzó innegables progresos sociales y mantuvo una […]

Hoy sabemos que el Frente no ganó en primera vuelta y va a la segunda en Noviembre. En su articulo en vísperas de las elecciones, Stella Calloni (Uruguay: Mujica cerca de ganar en primera ronda) argumentaba que si bien es cierto que muchas promesas no se cumplieron Vázquez alcanzó innegables progresos sociales y mantuvo una política exterior de integración latinoamericana, fundamental para el país y la región en estos tiempos. Desde Suecia, Liberación, favorecía timidamente el voto en favor de Mujica, no argumentando que un segundo gobierno del Frente beneficiaría al pueblo uruguayo sino que favorecería la defensa de intereses regionales y continentales. Porque no ha sido muy malo y por el bien del continente los argumentos en favor del mal menor se vuelven un inevitable. Desde aqui parece como mentira que alguien pudiese votar por un Lacalle o a un Larrañaga, aunque acá tenemos a Harper que es harina de ese mismo costal. Después de vivir un siglo, sin embargo, la votación mostró que aún existen y el plesbicito mostró algo peor.

Cuando hablan del Frente en el marco de los intereses regionales, me pregunto, ¿de cuales intereses regionales y continentales hablan? ¿cuales defiende el Frente? José Mujica, candidato a presidente, ha dicho que aspira a seguir el modelo de Chile o de Brasil, es que le gustaría mucho ser un Lula. Es que Lula es ya como Pelé y tiene casi su mismo significancia. Y en esa divisoria entre quienes buscan implementar un proyecto alternativo, como el ALBA, y quienes siguen fieles al imperialismo y sus tratados de «libre» comercio (México, Chile, Colombia), Mujica igual que Vazquez se sientan en el límite con las piernas colgadas, y listas para correr, al otro lado. Zabalza, con su ojo clínico, ha llamado al gobierno uruguayo el «rompehuelgas» de la integración latinoamericana.

No es por nada que Vázquez estuvo a punto de firmar un TLC (tratado de libre comercio) con Estados Unidos, y si no lo hizo fue porque dentro de sus filas hubo suficiente oposición como para que se tuviera que conformar con firmar el «primo» del TLC, un Tratado de Protección de Inversiones con Estados Unidos, esto con mucho alarde y una fé bien ciega. Cuesta creer que esta sea la misma fuerza política que en sus principios, allá en 1971, se planteaba abiertamente antiimperialista, antioligárquica, defensora de la soberanía nacional y de un proceso transformador en favor de la mayoría de los uruguayos. Bueno, no lo es, con los años se ha mimetizado tanto que perdió las alas, la boca, las manos, se le enfrió finalmente el alma como parecen marcar estas elecciones.

Levantando banderas

Algunos guerreros siguen vivos, uno ni sabe como. Se levantan cansados con los años a izar laa banderas con sus hombros. Delia Villalba, maestra, es una entre ellos, candidata mujer, una primera, y con voz clara y con mirada clara habla de dignidad y futuro verde. Lo ha dicho claramente, en nombre de la Asamblea Popular, en una entrevista por septiembre: el gobierno del Frente Amplio ha sido un gobierno neoliberal. El entrevistador parece que se cayó de la silla, neoliberal ¿como es posible?. En la práctica del gobierno esto es una realidad tan clara como el agua. Por aqui dicen que si sonas como pato y caminas como pato, ser pato es lo más razonable que te queda. Es una realidad que la prensa y el discurso frentista han querido pasarnos por gallina. Les ha ayudado la muleta del «se hace lo que se puede.» Para Delia Villalba: «Este gobierno intensificó la corriente neoliberal y se inclinó más a la oligarquía, al gran capital, a las multinacionales, y se separó del pueblo, de la gente que necesita, que también tiene sus derechos..» ( http://elpolvorin.over-blog.es/article-36729998.htm ).

 

A nivel nacional el gobierno del Frente ha favorecido con fiereza el modelo justamente opuesto al que defendía antes de subir. Y a nivel latinoamericano ha desprovechado oportunidades históricas de integración que pueden no volver a darse. Ha sido un crímen no estar con quienes históricamente deberíamos de haber estado, planteando a viva voz un modelo en favor de la justicia social y de la soberanía económica latinoamericana sustentable. Villalba habla sencillamente del modelo de gobierno que ella favorece: «Yo hablo de un gobierno más humano… que atienda la economía del hombre y que establezca buenas relaciones entre los uruguayos y en lo internacional. Que no nos apartemos, que no nos aislemos, como nos estamos aislando como país, dentro de América Latina…» ( http://elpolvorin.over-blog.es/article-36729998.htm ).

 

Pero, el gobierno del Frente prefirió ser fiel discipulo de las organizaciones financieras internacionales que tanto cuestionaba antes. El cambio fue brutal, un giro en aguas profundas con un golpe de mano. Se pospone un congreso, se cortan las bases con una cuchilla silenciosa y quedan flotando en tierra de nadie. Se sufrió un golpe de estado interno del que emergen, incuestionables los líderes, la cúpula. Bien acicalada, bien peinada y hasta «carismática». Se trata de un logro inusual en un organismo político que siempre despotricó contra el caciquismo y argumentó orgulloso que la historia la hace la gente, así en plural.

 

Después queda lo peor, el grupo político con el mayor número de militantes presos, torturados, violados, desaparecidos, comienza a favorecer desde el gobierno el «perdón y el olvido.» Por eso hoy el voto rosado, respuesta a tanta firma y tanto esfuerzo, no logró el apoyo suficiente, se enfrió todo aquello, y se llenó el espacio de palabras vacías, inconsecuentes, falsas, perdones de plástico, pláticas de cocodrilos que de alguna forman nos dijeron a todos que «los muertos muertos están» y que tenemos que olvidarnos la justicia. Es por todo esto que llegamos sin fuerzas para decapitar la Ley de Caducidad, se nos secó la voz en tanto intento. Nos pasa justo ahora, en el momento en que la Corte Suprema misma la dictamina inconstitucional en conexión al crimen contra Nibia Sabalsagaray. Pero hasta ayer Mujica, el de la boca suelta y las palabras sin sentido, confundía publicamente justicia con venganza, con su liviandad irrespetuosa disfrazada de viejo bobo, negándonos a todos los uruguayos, los de hoy y los del futuro, la justicia que merecemos: limpia, clara y justa.

 

El gobierno del Frente tampoco se ha molestado demasiado en demostrar la inmoralidad de la deuda externa que nos cobran, algo que con éxito y sin tanto discurso vano hizo el páis hermano de Ecuador. Algo que bien podríamos hacer nosotros. La deuda es inconstitucional y es impagable. Pero la estamos pagando con la sangre de nuestra gente, religiosamente. Y encima ridiculamente orgullosos de hacerlo, pavoneándonos de las lisonjas que el FMI, el BM o el BID nos tiran. Cuando las alimañas del camino te felicitan y saludan llegó la hora de dudar, yo pienso.

 

Si hablamos del modelo económico de país que el gobierno ha aceptado y defendido hasta en la Corte Internacional de La Haya, es desalentador. Se ha luchado con saña en favor del derecho al establecimiento de industrias contaminantes, como las pasteras, industrias que el Primer Mundo ya no quieren. La posición de Uruguay es tal que no sólo quiere aceptar la contaminación de sus aguas sino también las de sus vecinos, y que estos se callen y no se quejen durante el proceso. Alrededor del tema de las pasteras ha surgido el patrioterismo mas pueril y barato que recuerdo en mi país. Si las pasteras crean empleos, unos 200, hay empleos que más vale perder que encontrar. Las pasteras son mucho más caras de lo que parecen: no pagan impuestos, porque se asientan en zona franca, y mucho menos han de pagarnos todos los gastos de destrozo de carreteras, destrozos a la tierra y contaminación, uso y abuso de la tierra y su agua con el cultivo de plantaciones eucalipteras, materia prima de sus plantas, ni han de pagarnos las aguas contaminadas, el turismo perdido, la flora y la fauna muertas ni la gente enferma.

 

Además del monocultivo eucaliptero, el gobierno ha aceptado el monocultivo sojero y favorecido la soja transgénica, una especie de pesadilla que se llama round-up diseñada por el mismísimo diablo, si existiera, y que en la Tierra ha tomado forma de investigador al servicio de los agronegocios. Esta soja requiere toneladas de agrotóxicos, centro del negocio fructífero que representa, y entre estos tóxicos están los mas peligrosos contaminantes: glifosato (cancerígeno, neurotoxico, con efectos inmunológícos), atrazina, endosulfin, cipermetrina, Imidaclopridin. Neurotóxicos que estas «plantitas» fueron creadas para consumir por toneladas, y que terminan luego en nuestras aguas subterraneas y organismos. Y que matan hasta a las abejas, víctimas también, y con ellas la reproducción natural de la flora y la producción de miel o apicultura.

 

Los transgénicos nos transforman, en «experimento viviente,» sin discutir consecuencias para la población. Lejos de favorecer la Reforma Agraria, el gobierno, ha contribuído a la concentración de la tierra y al aumento de su extranjerización. La tierra ya no sólo está en pocas manos, esta en manos transnacionales.

 

Y aquello de la participación de los militares con UNITAS y las falsas misiones de «paz» de las Naciones Unidas en América Latina y Africa -sabiendo como fueron violados nuestros derechos humanos por militares educados en ese sistema, los enviamos a Haití y el Congo. Raúl Zibechi explica (Las miserias del doble discurso) que el grueso de la MINUSTAH en Haití es formada por Brasil, Uruguay, Argentina y Chile, que tienen gobiernos de «izquierda.» Son tropas, no médicos, como envía Cuba a salvar vidas. La diferencia es que Cuba es solidaria y combate el capitalismo, nuestros gobiernos no porque favorecen «las mismas políticas que están hambreando a los haitianos», como los agrocombustibles, a costa de alimentos. Hace 20 años Haití producía casi todo el arroz que consumía, hoy importa el 80% de los EEUU.

 

En contradicción con la imagen positiva que el Frente en el gobierno se ha encargado de crear y publicitar, la realidad es muy otra. como dice Zabalza, no es que no avanzamos es que retrocedemos. Entre el 2004 y el 2009, la masa salarial del Producto Bruto Interno ha disminuido del 30 al 20 por ciento, explica, la riqueza no se redistribuye hacia la población se concentra más y más entre los ricos. Hoy tenemos la «contra reforma» agraria, el país de los agronegocios, el Uruguay sojero( Zabalza habla de la campaña electoral, Lucas Silva, LA DIARIA en Tinku).

 

Lo que pasa adentro y la reacción afuera

 

Lo que pasa dentro del país indigna, pero las perspectivas de todo aquello que caminan por afuera también. Aunque bien implementado el engaño ha sido burdo. Se ignoran los esfuerzos de los pocos militantes que tratan de levantar banderas. Y afuera algunos los acusan con despajo de «ultraizquierdistas», como Radio del Sur lo hizo en octubre 25 desde Aporrea, etiquetando a Raul Rodriguez (Asamblea Popular) de ultra. La etiqueta es ridícula, con sabor a «intolerancia de otrora» justo cuando la crítica le pone trabas al libre flujo del Frente en el gobierno, esa cúpula que nos transplantó de nuevo al reino de los «caciques.» Pero a veces parece que afuera diera igual si los izquierdistas son izquierdistas o si se trate de la «izquierda a la mano,» esa que llena el espacio…Dentro del país el Frente juega el papel de matón mostrándose arrogante insoportable con los honestos mientras se exhibe paciente y conciliador con la oligarquía nacional. Mujica, candidato a presidente, los invita gentil desde la prensa a gobernar con él. A la Asamblea hay que quitarle el aire pero a Lacalle no, Lacalle -será pituco pero es un tipo «decente.» Es que los «cargosos» de siempre vienen a echar a perder la pichanga al gobierno, con proyectos y pensares del pasado. ¡Están locos esos!

 

Pero esto de confundir la paja con el trigo es más que injusto, peligroso. Injusto es siempre el maltrato cuando sigue dando las luchas verdaderas, en medio de traiciones en su propia casa. Duele, cuando te toca, cuesta separarse de una fuerza política que ha sido tu familia, tu vida. Y si lo hacen es porque no tienen otra, llegaron al límite moral (que suena terriblemente pasado de moda y razón para otro artículo).

 

Fundamentalmente es peligroso aceptar versiones seriamente adulteradas como genuinas. Se crea un «alter mundo» donde la izquierda no lo es, o se la acusa de «socialdemocracia» cuando lo que queremos decir es «traidora». Un mundo esquizofrénico pretende que todos somos «progresistas», «populistas», «izquierdistas,» aunque sigamos las mas estrictas normas «neoliberales» en la práctica. Si la unidad latinoamericana se basa en estas alianzas cuenta, lamentablemente, con tantos lobos adentro como afuera. Sin refugio donde guarecerse ha de morir exhausta. Cuidado, la paja confunde, diluye el trigo, y el trigo puede quedarse en nada.

 

 

 

El Viraje programático: los productos políticos.

 

Fernando Moyano (Uruguay. El espejo electoral…El populismo simbólico y lo que se nos viene, www.kaosenlared.net ), describe claramente la transformación del Frente y los «productos políticos» que ofreció a la venta al hacerse gobierno. El primero fue imponerle al «pueblo subalterno» -al pueblo frentista, la idea de que es preferible abandonar los projectos de transformación en favor del «cambio mínimo» con tal de no «desestabilizar» el país. El segundo fue ofrecer una forma de control social al poder real, ese que no elegimos nunca, una forma más efectiva que la tradicional y con menos muertos, que trata de controlar la «tribu» desde adentro. Y el tercero fue disciplinar la élite militante en la absoluta obediencia, y calmar el «hambre atrasada» quedandose con la plantilla del estado (el botín). Fue una pichanga «anunciada».

 

El «viraje programático«, explica Moyano, requiere el desmantelamiento de la estructura militante real que tiene influencia desde abajo, queda un «casco» de militantes burocráticos y una masa de votantes. Así se desmobiliza y desmoraliza a la clase trabajadora. La gente, lamentablemente, aprende que «los políticos son todos iguales.» Y el país queda atrapado en el círculo del mal menor electoral y en la fábula electorera, una especie de carnaval. Moyano habla de un «populismo simbólico,» que usa un estilo populista sin redistribuir riqueza ni favorecer movilización social alguna.La gente manipulada con el lenguage se conforma con el «candidato desprolijo,» que es Mujica, la ilusión de un «vuelco a la izquierda. » La metamórfosis completa: de partido de ideas a partido de caciques y la historia, una «sucesión de grandes hombres.» (blancos y acomodados, claro), y el mito: el carisma de Vazquez, el hombre gris.

 

La arrogancia, las culebras, el camino

 

Zabalza plantéa algo similar: el Frente Amplio se ha convertido en algo más «religioso» que político, una fé, un intangible. Mujica confunde a la gente pero va a ser continuista de Vázquez:. Hay arrogancia en los cuadros de gobierno, creen que la mayoría electoral los habilita a todo, arrogancia que « muchas veces se transforma en caradurismo,» explica. La disciplina partidaria jugó un papel, hay que obedecer y callarse a sabiendas de que el silencio le sirve a los ricos y perjudica a los «muchos sin nada» (Zabalza habla de la campaña electoral, Lucas Silva, LA DIARIA en Tinku).

 

Para Zabalza, el Frente está «repleto de culebras de derecha que definen el quehacer del gobierno.» Claro que no enfrenta al poder, prueba de fuego de cualquier cambio: «Se acumula fuerzas para arrebatarles el poder económico o se acumulan votos para medrar en el parlamento y los ministerios, mientras el poder sigue perteneciendo a los de siempre.» (Mentíme que me gusta, Voces del Frente, Recosur).

 

Para Zabalza la democracia representativa es el problema, favorece demagogia (su aceite fundamental). No se dice la verdad sino se trata de convencer votantes para que hagan lo que el poder desea. Su experiencia de guerrillero le enseñó que mientras la gente no esté lista no es mucho lo que se puede hacer: la vanguardia corre el peligro de alejarse y dejar al pueblo atrás. Ha pensado que en eso de avanzar los discursos sirven poco, el verdadero aprendizaje es la experiencia. Entonces, piensa, nuestro problema es que no podemos aún ofrecer un camino claro: desechada la via electoral, sin poder optar por la acción directa (sin la gente) nos queda solo la «búsqueda» (Entrevista con Jorge Zabalza: El Tupamaro Testarudo, Alvaro Hilario, 2008).

En esa búsqueda son válidas todas las opciones: la vuelta al principio, ojalá que a otra altura del espiral, el hacer lo que uno siente que puede hacer por los demás sin traicionarse, estar al acecho como Zabalza, y alguna otra creación que imaginamos se está gestando por allí en ese país que si bien pobre nunca ha carecido de recursos. La historia es una historia interminable, aunque tengamos un país perdido…

Rebelión ha publicado este artículo a petición expresa de la autora, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.